Ayer mismo Mary de Dinamarca reaparecía para cumplir un compromiso en solitario. Fue para asistir a una recepción en el ayuntamiento de Copenhague con la vicepresidenta de Vietnam, que estaba de visita en el país nórdico. Entonces nos llamó la atención su atuendo en terciopelo de color vino y una sonrisa algo forzada. Unas horas más tarde, la princesa ha vuelto al trabajo y además acompañada por el príncipe Federico. Era el momento más esperado. ¿Cómo ha sido su reencuentro público? El mal trago aparentando normalidad dentro de la delicada situación que atraviesan a causa de la escapada del heredero a Madrid (y sus fotos con la mexicana Genoveva Casanova) era evidente.
También era innegable el morbo ante una nueva cita conjunta del matrimonio. Las aguas andan turbulentas en palacio y sus caras lo decían todo, o casi todo. En esta oportunidad, la princesa Mary de Dinamarca no se molestó en sonreír ante las cámaras. Su actitud recia, casi estatuesca, quedan ya para la historia. La opinión pública se posiciona mayoritariamente a su lado y en estos momentos ella procura mantener la dignidad.
Los príncipes Federico y Mary, de brazos cruzados en la mesa
El caso es que el rostro de la esposa era inmutable. Apenas una mueca seria y profesional. Nada más. Ni un gesto de acercamiento o distensión con su marido, que estos días se ve arrasado en titulares dentro y fuera de su país ante un viaje que revela detalles más que sospechosos (el vídeo del príncipe caminando solo por la capital de España ha sido la última gota). Mary de Dinamarca solo esbozó una sonrisa para posar con el embajador del Clima de Dinamarca, Tomas Anker Christensen, con el que la pareja se reunió para debatir los puntos antes de la próxima cumbre sobre el cambio climático de la ONU COP28, en Dubai, que tendrá lugar el próximo diciembre.
La Casa Real danesa se apresuró a sacar un comunicado en el momento del estallido del escándalo para afirmar que no comentaba la "vida privada" de sus 'royals'... pero para eso ya está el resto del mundo.
A juzgar por la actitud de Mary de Dinamarca, las cosas no se han calmado de puertas para adentro. Puede que, de momento, decida continuar al frente, ejerciendo su papel institucional de manera intachable, pero también parece obvio que su esposo tendrá que hacer más esfuerzos para volver a ganarse su confianza. Y ella no se lo está poniendo fácil.
La princesa, vestida con un sencillo look de corte ejecutivo, con blusa rosa y pantalón negro, no hizo concesiones hacia su marido en esta cita. El lenguaje corporal de ambos sentados en la mesa de reunión era un poema: los dos miraban a su interlocutor, sin interactuar entre ellos, con los ojos fijos hacia el frente y con sus brazos cruzados puestos encima del tablero, como poniendo una barrera protectora. Gestos que denotan la alta tensión que viven en estos momentos.
Federico y Mary, dos semanas de turbulencias tras el escándalo
La pareja ha tenido varias pruebas de fuego desde que saltó la polémica. Los actos celebrados en caliente, cuando fueron los anfitriones de los Reyes de España de visita oficial, supusieron todo un desafío. Tanto Federico como Mary trataban de controlar sus gestos a duras penas. La princesa dejaba traslucir su tensión y evitaba las miradas con su marido, mientras el príncipe heredero se tocaba nervioso su reloj y se acercaba a su esposa, quien a su vez le evitaba en cuanto podía. Ni un culebrón podría reflejar el drama volcánico que se estaba desarrollando...
Ahora ambos han vuelto a hacer de tripas corazón. La agenda oficial no podía esperar mucho más para volver a unirlos sin despertar todavía más comentarios. Federico y Mary de Dinamarca, juntos de nuevo. Y esta entrevista de trabajo ha sido la ocasión, no perfecta, pero algo es algo. Durante todos estos días, la prensa local se ha ocupado del tema más candente de la actualidad. El futuro rey de Dinamarca está en entredicho y no se evita el asunto más delicado. ¿Podría el matrimonio enfrentarse a un divorcio? Han salido a la luz incluso las duras restricciones que condicionarían esta posibilidad, sobre todo para Mary de Dinamarca. Por ahora, la princesa se mantiene firme.