Mary de Dinamarca ha vuelto a escena. El escándalo originado a raíz de las fotos del príncipe Federico y Genoveva Casanova en Madrid la han situado en una posición muy complicada, como princesa y, por supuesto, como esposa. Tras la publicación de la escapada del heredero, todos los ojos se han dirigido hacia ella. Ante el posible ultraje y la lógica decepción, los gestos de Mary se analizan de manera pormenorizada. Ya ocurrió cuando le pilló la noticia en pleno viaje oficial de los Reyes de España en Dinamarca. Y después, durante su discreta asistencia en la jura de la Constitución de su hijo mayor, el príncipe Christian. Ahora la princesa ha regresado al trabajo, tratando de dar normalidad a una situación delicada, cumpliendo con su agenda como si tal cosa. Aunque esto no sea así exactamente.
La procesión va por dentro, reza el dicho. Esto se puede aplicar para la princesa Mary ahora más que nunca. Anoche acudió a una recepción en el ayuntamiento de Copenhague con motivo de la visita oficial de la vicepresidenta de Vietnam, Su Excelencia V õ Th K Ánh Xuân. En esta ocasión, Mary de Dinamarca acudió a la cita en solitario. No era la primera vez que se encontraba con la invitada, pues el año pasado Federico y Mary visitaron el país asiático en un viaje de negocios. Intencionado o no, esta mañana era el príncipe Federico el que se citaba con la mandataria en el palacio de Amalienborg. Es decir, que han procurado no mezclar las agendas del matrimonio.
En estos días no se habla de otra cosa que de la vida conyugal de los príncipes herederos. Y nadie evita considerar una de las opciones a disposición de Mary de Dinamarca: el divorcio. Una posibilidad que la princesa contempla, según afirma la prensa danesa, mientras continúa con su labor y aclara la situación real con su marido, suponemos que en la intimidad.
De momento, esta reaparición en público nos deja algunas pistas. La princesa Mary acudió vestida de terciopelo rojo vino, con un diseño repetido de Beulah London, un color que se asocia a la subida de ánimo. Sus joyas de rubíes combinaban con el vestido.Pero lo más importante era su sonrisa. Mary de Dinamarca es muy consciente de que la importancia de sus reacciones, y posó ante las cámaras notoriamente más relajada que en sus anteriores comparecencias. Así como en pleno estallido de la polémica, en caliente, la princesa no pudo evitar la tensión y frialdad respecto a su marido, en esta ocasión denotaba ya una asimilación de los acontecimientos. Una especie de aceptación que, sin duda, la ayudan a seguir adelante.
La princesa Mary de Dinamarca sale de su encierro
Desde la firma de la Constitución de Christian, Mary no ha vuelto a posar junto al príncipe Federico, quien sí ha continuado haciendo frente a una agenda oficial más intensa, entre ellas para asistir a la tradicional Caza del Rey. Hacía justo una semana tras la anterior salida pública de Mary de Dinamarca. La princesa heredera ha estado recluida en palacio sin dar más explicaciones. La Casa Real danesa se ha pronunciado sobre este asunto con un claro comunicado en el que afirmaba no comentar nada sobre la "vida privada" de los miembros de la Familia Real. Mientras tanto, los días avanzan y se espera que el tsunami que les amenaza no acabe por arrasar al matrimonio, cumplirá el próximo febrero su veinte aniversario de boda. El goteo de noticias, como un vídeo del príncipe solo por Madrid, no cesa y sigue alimentando la polémica. Lo que es esperanzador es ver que la princesa Mary poco a poco va saliendo a la luz.