Rojeces, vasos sanguíneos dilatados, granitos en mejillas, nariz, mentón y frente... Todos estos síntomas pueden estar advirtiendo que padeces rosácea. Esta enfermedad de la piel es común sobre todo entre los 20 y los 50 años. Y, dado que los factores hormonales son clave en ella, las mujeres son más propensas a sufrirla. Te contamos cómo puedes plantarle cara.
Principales causas
Aunque en su aparición intervienen múltiples factores, un 40% de los pacientes tienen antecedentes de rosácea en su familia. Además, otros factores que pueden provocarla son el alcohol, las comidas picantes, los cambios bruscos de temperatura, la exposición al sol y el estrés.
¿Cómo se puede controlar?
La rosácea es una enfermedad crónica, o lo que es lo mismo, no tiene cura. Pero sí es posible controlar y minimizar sus signos mediante unos cuidados minuciosos. Y mucho ojo, porque esta enfermedad no solo puede empeorar, sino que siempre suele hacerlo si no empleamos los cosméticos adecuados. Es muy importante que las pieles que sufren rosácea eviten productos con fórmulas a base de cualquier ácido o que contengan un alto contenido en alcohol o fragancias, por su capacidad de irritar. Es preferible emplear cosméticos con pocos ingredientes, libres de perfumes y especialmente formulados para pieles con rosácea.
Así debes actuar frente a un brote
La limpieza, la hidratación y la protección solar diaria son fundamentales. Si estamos en fase de brote, lo ideal es utilizar productos que no necesiten aclarado y que no se tengan que frotar. Elige limpiadores suaves y que vayan enriquecidos en activos calmantes e hidratantes, como aguas termales, glicerol o niacinamida. Respecto a las cremas, lo más aconsejable es optar por activos que refuercen la barrera cutánea, como el ácido hialurónico.
No renuncies a maquillarte
Eso sí, para ello es imprescindible elegir cosméticos para pieles sensibles y que estén adaptados también a la zona ocular, que suele ser una de las más delicadas. Además, es mejor optar por maquillaje corrector, para cubrir bien las rojeces o los granitos inflamados.
Prevenir es mejor que curar
La rosácea tiene tres principales fases: la eritema, que es como se denomina a los pacientes que presentan una rojez difusa por la cara, predominantemente en mejillas, nariz, frente y barbilla. La fase papulopustulosa, que es cuando también aparecen granitos en mayor o menor intensidad (y que van y vienen), y la fase fimatosa, en la que se produce además un engrosamiento de la piel de la zona afectada y existe ardor y escozor. Lo mejor para evitar que las lesiones se desarrollen y se acerquen a la fase más avanzada es actuar cuanto antes y acudir al dermatólogo, además de evitar a toda costa los factores desencadenantes de las rojeces.Sigue bajando, hemos recopilado cinco cosméticos infalibles para pieles con rosácea (y debes probarlos ya).