¿Piel reactiva? Si crees que es tu caso, te aconsejo que sigas leyendo. Lo primero que solemos olvidar es que la piel es un órgano fundamental para nuestro organismo, encargado de realizar infinidad de funciones. Una de las más importantes es la de protegemos de todos los enemigos que nos “atacan” desde el exterior. Algo que sufre de manera especial una piele reactiva. Lo primero que siente es una sensación de sequedad que llega a incomodar, incluso a provocar picor. La piel está más tirante y pueden salir rojeces, excamaciones. La primera consecuencia y más directa es que la células no reciben los nutrientes ni el oxígeno que necesitan y la piel está debilitada. De ahí esa sensación de tirantez y sequedad.
¿Cómo mejorar la salud de una piel reactiva?
El primer punto a tratar es la fase de limpieza facial. Utiliza productos específicos que no agredan ni alteren la piel. Es fundamental evitar alcoholes y ácidos que, lejos de ayudar, empeoran su estado. Lo mejor es que contengan productos con propiedades repone-lípidos que calmen y eviten las sensaciones desagradables de tirantez posterior. Las texturas que mejor recibe una piel reactiva y sensible suelen ser aquellas lechosas que aportan frescor y estén libres de tensioactivos con glicerinas para evitar el secado excesivo. En aceite son también grandes aliadas, mejor que geles, ya que ayudan a deshacer incluso los maquillajes waterproof.
Cosmética especial para una piel sensible
Otra clave es el uso de tratamientos y cosmética específica. Aconsejo emplear
Factor de Crecimiento Epidérmico para incrementar la síntesis de colágeno y elastina y aportar firmeza en tu piel. Se trata de proteínas encargadas de estimular los procesos metabólicos que regeneran y reparan nuestro tejido. No olvides tampoco incorporar Vitamina C porque su función iluminadora y antioxidante es clave.