Cada vez hay más pieles sensibles y reactivas que necesitan unos cuidados especiales. Te contamos cómo identificar la piel sensible y cómo puedes tratarla eficazmente.
Tener la piel sensible es una condición cada vez más habitual entre la población. Famosas como Mar Saura, Nieves Álvarez o Juana Acosta, han confesado abiertamente que su piel es sensible y/o reactiva, condición que a muchas de ellas les ha llevado a crear su propia línea cosmética. Este tipo de piel lleva asociados una serie de síntomas incómodos como picores, descamación, irritación o quemazón, síntomas que pueden llegar a ser graves y limitantes. Utilizar productos indicados para pieles sensibles es imprescindible para recuperar y reparar la función de la barrera protectora cutánea.
¿Qué es una piel sensible? Posibles causas
Una piel sensible es aquella que, ante un factor externo o interno a todas luces inofensivo, reacciona de manera desproporcionada provocando molestias y alteraciones cutáneas. Algo así como el proceso que se da en el sistema inmune y las alergias. Los síntomas pueden durar una o varias horas y la persona que lo padece va a verse obligada a variar su rutina cosmética para aliviar estos efectos. Los productos para pieles sensibles están especialmente formulados para calmar, reparar y prevenir síntomas que, en muchos casos, llegan a crear verdaderos problemas dermatológicos que acarrean también malestar emocional.
La piel sensible es más frágil y también imprevisible. Hay factores externos que pueden desencadenar la sensibilidad en la piel, el frío, el calor, el viento, la polución, los cambios bruscos de temperatura, productos cosméticos… pero también hay elementos internos como el estrés o la alimentación que pueden debilitar la barrera cutánea provocando piel sensible. Estos agentes pueden desencadenar la liberación cutánea de sustancias proinflamatorias causantes de síntomas molestos e incómodos.
En una piel sensible o con tendencia a la sensibilidad (o reactiva) aparecen síntomas como picores, enrojecimiento, quemazón, sequedad, descamación, eczema, escozor… Algunas veces esas sensaciones desagradables no llegan a ser visibles y son únicamente percibidas por la persona que tiene la piel sensible. En cualquiera de los casos hay que tener especial cuidado y visitar al dermatólogo para que haga un diagnóstico, aunque no siempre es fácil.
¿Tu piel podría ser sensible? Presta atención si:
- Tu piel se enrojece con facilidad al exponerse al sol, al frío o incluso en una ducha con agua caliente.
- Determinados tejidos textiles hacen que tu piel se irrite y aparezca picazón o quemazón.
- Tu piel presenta descamación, sequedad, picor y tirantez de manera habitual.
- La piel no tolera bien determinados productos cosméticos.
- Tu piel se altera en los cambios de estación.
¿Es lo mismo una piel sensible que una piel reactiva?
Una de las confusiones más frecuentes es la de equiparar la piel sensible con la piel reactiva. La definición más actualizada de piel sensible es de 2017 cuando un grupo de expertos europeos llegaron a un consenso. Una piel sensible sería aquella que presenta “un síndrome definido por la aparición de sensaciones desagradables (escozor, ardor, dolor, prurito y sensación de hormigueo) en respuesta a estímulos que normalmente no deberían provocar tales sensaciones. Estas sensaciones desagradables no pueden explicarse por lesiones atribuibles a ninguna enfermedad de la piel, que puede parecer normal o presentar eritema. La piel sensible puede afectar a cualquier parte del cuerpo, especialmente la cara».
Recientemente los expertos han considerado que era necesario distinguir este llamado síndrome de piel sensible general de la sensibilización a determinados productos o sensibilizaciones selectivas. El termino sugerido en estos casos es el de piel reactiva.
En resumen, una piel sensible presenta los síntomas ante agentes inofensivos y una piel reactiva es aquella que presenta esta sintomatología de manera puntual ante determinados cosméticos o agentes externos.
¿Todas las pieles sensibles son iguales?
Los expertos de la Academia Española de Dermatología y Venerealogía (AEDV), señalan que hay diversos estudios que han observado que existe una conexión entre la piel sensible y una disrupción de la función de la barrera epidérmica. Según los factores a los que reacciona la piel sensible los dermatólogos la clasifican en tres tipos:
- Muy sensible: Piel reactiva a una gran variedad de factores externos e internos, con síntomas agudos o crónicos y un fuerte componente psicol��gico o emocional.
- Sensible ‘medioambiental’: Serían aquellas pieles claras, secas y finas, con tendencia al rubor y reactivas ante factores ambientales primarios como el sol o el viento.
- Sensible ‘cosmética’: Aquella piel que es reactiva de manera transitoria a productos cosméticos específicos.
El síndrome de piel sensible afecta más a mujeres que a hombres. ¿Cómo podemos tratar esta afección? La cosmética específica es una de las mejores estrategias para calmar y aliviar las molestias de la piel sensible y reactiva.