Intentar llegar a todo haciendo malabarismos a diario le pasa factura a nuestro cerebro. Te contamos por qué no es una buena idea acostumbrarnos a la multitarea y cómo afecta a nuestra salud mental.
La vida diaria que impone la sociedad actual es realmente ajetreada. El trabajo, la casa, los hijos, las gestiones, estudiar, la vida social, el autocuidado… son muchos frentes abiertos y es difícil lograr una buena organización diaria. ¿La solución es la multitarea? Parece que tenemos que hacer muchas cosas al mismo tiempo para conseguir los objetivos diarios, sin embargo, el multitasking es un riesgo que pone en jaque nuestras habilidades cognitivas y nuestro bienestar.
¿Cómo afecta el multitasking al cerebro?
¿Es saludable para nuestro cerebro hacer varias cosas a la vez? La psicóloga Ana Morales explica a SEMANA que “cuando abordamos múltiples tareas al mismo tiempo, estamos pidiendo a nuestro cerebro que realice un acto de malabarismo que no es natural para su funcionamiento óptimo. Esta práctica puede reducir la efectividad con la que llevamos a cabo nuestras tareas y causar un desgaste cognitivo a largo plazo”.
¿Qué tipo de alteraciones cognitivas puede provocar el multitasking? “La neuroplasticidad, nuestra capacidad cerebral de formar nuevas conexiones y adaptarse, puede verse comprometida, lo que afecta áreas fundamentales como la atención y el control ejecutivo. Estas áreas son el motor que nos permite organizar nuestras acciones y pensamientos para alcanzar objetivos complejos y regular nuestras emociones”, señala la experta.
No estar enfocados en una única tarea acaba generando un problema grave. Como expone la psicóloga, la multitarea también pone en riesgo nuestra atención sostenida: la capacidad de mantener un enfoque constante en una tarea durante períodos prolongados, crucial para aprender y completar trabajos analíticos. Al interrumpir esta atención, limitamos nuestro pensamiento analítico y la solución de problemas avanzados, lo que puede tener un impacto negativo en nuestra vida laboral, bienestar personal y relaciones sociales.
Es fundamental comprender estos impactos y adoptar estrategias para minimizar la multitarea, mejorando así la función cerebral y nuestro desempeño general. Las prácticas que promueven el enfoque singular y una gestión del tiempo efectiva nos ayudan a fortalecer nuestras habilidades de control ejecutivo y atención sostenida.
La multitarea provoca estrés y ansiedad
Aunque a priori puede parecer la única salida, o una forma de aumentar la productividad, lo cierto es que abonarnos a la multitarea nos va a hacer pagar un precio muy alto. Al dividir nuestra atención, comprometemos la precisión y el cuidado necesarios para el pensamiento crítico y la toma de decisiones, aspectos esenciales para el éxito en el entorno laboral y en la vida cotidiana.
Además de dejar esa huella en la vida laboral, ¿qué más áreas puede afectar la multitarea? “El impacto puede extenderse a nuestras capacidades cognitivas fundamentales, como la memoria. Al tratar de manejar varias tareas a la vez, podemos entorpecer nuestra habilidad para retener y procesar información, tanto a corto como a largo plazo, lo que es vital para el aprendizaje y la retención de conocimientos”, advierte Morales, y añade que: “ Además, la sobrecarga que impone la multitarea puede ser un caldo de cultivo para el estrés crónico, que es un factor de riesgo conocido para problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión”.
¿Cómo puede afectar esta falta de foco constante a nuestras relaciones personales?” El constante cambio de atención que requiere la multitarea puede erosionar la calidad de nuestras interacciones. La falta de atención plena en las conversaciones y en los momentos compartidos con otros puede disminuir la empatía y la conexión con los demás”, afirma la experta.
Por lo tanto, podemos sacar la conclusión de que simplificar nuestra manera de trabajar y vivir no solo mejora la eficiencia, sino que también protege nuestra salud mental y enriquece nuestras relaciones.
Estrategias para evitar que la carga mental diaria nos afecte
Ante el torbellino de responsabilidades diarias, es crucial adoptar estrategias que alivien la carga mental para mantener nuestra salud y eficacia. Ana Morales nos da unas pautas a seguir para minimizarla:
- Las tareas de una en una: Aumenta la eficiencia al concentrar toda la atención en una sola tarea.
- Aplica la técnica Pomodoro: Mejora la productividad trabajando en intervalos con pausas intermedias para refrescar la mente.
- Aprende a priorizar tareas: Identifica y atiende primero las tareas más críticas utilizando herramientas como listas de tareas.
- Reduce las interrupciones: Crea un entorno de trabajo con menos distracciones para mantener la concentración.
- Delega: Comparte responsabilidades para aliviar la carga individual y fortalecer el trabajo en equipo.
- Aprende a decir "No": Establece límites personales claros para evitar el exceso de compromisos.
- Practica ejercicio regularmente: Activa el cuerpo para mejorar la claridad mental y elevar el ánimo.
- Nútrete con consciencia: Eligiendo alimentos que nutran tanto tu cuerpo como tu mente.
- Descansa con calidad: Prioriza el descanso nocturno para revitalizar las capacidades cognitivas y físicas.
- Atrévete a poner límites personales: Diferencia claramente entre el tiempo de trabajo y personal para facilitar la recuperación completa.
La incorporación de la meditación y el mindfulness en nuestra rutina diaria puede ser un antídoto efectivo contra el multitasking. Dedicar tan solo 30 minutos al día a estas prácticas puede estimular la neuroplasticidad y revitalizar nuestra capacidad de concentración, ofreciendo un camino para recuperar un estado mental equilibrado y mejorar nuestra calidad de vida de manera significativa.
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