Nuria González trata de superar el luto tras el fallecimiento de su marido. Fernando Fernández Tapias falleció el pasado el 25 de octubre de un ataque al corazón en su casa madrileña. Una noticia que cogió a todos los que le querían por sorpresa. Aunque tenía 84 años y había estado delicado de salud en los últimos meses, nadie esperaba este fatal desenlace. Desde entonces, su viuda está enfocada en acompañar a sus hijos, Iván y Alma, muy afectados tras la irremplazable pérdida de su padre. Esto al tiempo que se suceden los titulares sobre el supuesto conflicto que mantiene con los hijos mayores del empresario. Ahora se ha conocido que Nuria recibió unas misteriosas cartas anónimas a su casa que podrían desvelar más detalles sobre la relación que mantenía su marido con cuatro de sus hijos mayores, fruto de sus anteriores matrimonios.

Nuria González sale del tanatorio con sus hijos
Nuria González sale del tanatorio con sus hijos, Alma e Iván, tras el último adiós a Fernández Tapias. Foto: Gtres.

La millonaria fortuna de Fernández Tapias gracias a su dilatada carrera empresarial

Hay que remontarse a 2018 para entender en qué contexto recibió Nuria González las cartas. Por aquel entonces, Fernández Tapias ya había roto definitivamente con tres de de los cuatro hijos (Fernando, Borja, Bosco e Iñigo), nacidos de su primer matrimonio con Victoria Riva de Luna. El empresario y Chiqui, como apodan cariñosamente a la gallega, perdieron a Bosco en un fatal accidente de submarinismo en 2010. Su cuerpo apareció dos años después, momento en el que se pudo certificar su muerte oficialmente.Los mensajes que empezó a recibir Nuria por aquel entonces contenían palabras de aliento y apoyo para ella. Según 'Vanitatis', estaban escritos a mano y los sobres llegaban sin remitente a la espectacular casa valorada en 3 millones de euros de Fefé y su ahora viuda. El impresionante chalet está localizado en la impenetrable urbanización madrileña Puerta de Hierro, donde viven varios de los bolsillos más acaudalados del país. Con una superficie de 2.262 metros cuadrados, de los cuales, 1.300 son habitables, consta de tres plantas, cinco dormitorios y otros tantos baños. No falta la piscina y varios espacios comunes al aire libre en el jardín.

Nuria González recibió cartas anónimas antes de la muerte de Fernández Tapias
Nuria González y Fernando Fernández Tapias en un funeral. Foto: Gtres

El contenido de los misteriosos mensajes dirigidos a Nuria González

Las cartas (al menos una) llegaron al domicilio coincidiendo con la jubilación de Fernández Tapias. Por lo visto, el emisario quería dejarle claro a Nuria González que parte de los empleados de su marido estaban a su lado. Durante su prolífera carrera, Fefé se despuntó como uno de los grandes empresarios de nuestro país. Gracias a su incansable labor en el ámbito empresarial, amasó una gran fortuna al frente de sus compañías multimillonarias, la mayoría dedicadas al sector naval y conservero. Tuvo un papel importantísimo al frente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), de la que fue presidente durante 7 años. Su fervor madridista le llevó a la vicepresidencia del Real Madrid, de la mano de Florentino Pérez, su gran amigo. En resumen, fue un personaje reconocido y querido a partes iguales.En 2021, Fernando, Borja e Iñigo llevaron a su padre a los juzgados para solicitar su incapacitación. Una demanda a la que, posteriormente, se unió su hija Sandra, fruto del matrimonio de Fernández Tapias con Juana García-Courel. Nuria, que fue su compañera de vida durante más de dos décadas, se convirtió en ese momento en su principal y mayor apoyo. El juicio siguió adelante y el juez decretó la incapacidad parcial del gallego. En una jugada maestra, Fefé nombró a su mujer tutora de sus asuntos médicos y a Florentino Pérez responsable en el ámbito económico jurídico-administrativo. Esto con el objetivo de blindar a Nuria una vez él faltara y de cara a la repartición de la herencia con sus hijos mayores. Esos a los que, según cuentan fuentes cercanas a la pareja, Fernández Tapias nunca perdonó.