En la eterna búsqueda de la felicidad del ser humano, el comienzo de año es una oportunidad perfecta para hacer algunos cambios o ajustes en nuestra vida que nos enfoquen hacia esa meta soñada.
Teniendo en cuenta que la felicidad es un camino y no el destino, podemos mantener ciertos hábitos en nuestra vida que nos lleven a un proceso que nos genere bienestar y felicidad. Digamos que la felicidad se equipararía a una forma de vida. Si quieres sentirte mejor esta año pon estos hábitos para ser más feliz en tu lista de propósitos.
Vive el presente
Este hábito es importantísimo mantenerlo para evitar esa sensación angustiosa de que la vida se nos escurre entre los dedos. La técnica de mindfulness, o vivir el presente, consiste en centrar la atención y la conciencia en el aquí y el ahora, sin dejarse llevar por el pasado o el futuro. Vivir el presente nos permite disfrutar de cada momento, valorar lo que tenemos, afrontar los problemas con más calma y optimismo, y desarrollar nuestro potencial.
Estar presente es un aprendizaje continuo que nos permite crecer, atrevernos, ser más agradecidos, generosos y, además mejora nuestra confianza y autoestima. También es un bálsamo para alejar el estrés y la ansiedad. Si hay un ajuste que deberías hacer este año para ganar en bienestar es este.
Para ir adquiriendo este hábito puedes empezar por meditar unos minutos al día, e ir aumentando progresivamente. Hay muchas meditaciones guiadas en internet que pueden ayudarte a comenzar este camino.
Haz ejercicio
Parece que es la típica cantinela pero no tiene nada que ver con alcanzar un cuerpo supuestamente normativo sino realmente a tener un mayor bienestar en tu vida. Hacer ejercicio es una de las mejores formas de cuidar nuestra salud física y mental y no nos vamos a cansar de repetirlo. Cuando hacemos ejercicio, nuestro cuerpo experimenta una serie de cambios fisiológicos que mejoran nuestra salud y nuestro estado de ánimo.
Aumenta el flujo sanguíneo, que permite transportar más oxígeno y nutrientes a los tejidos, especialmente a los músculos, el cerebro y el corazón. Esto mejora el rendimiento físico, la función cognitiva y la prevención de enfermedades cardiovasculares. Pero vamos a lo que nos importa en este texto, el bienestar emocional. Hacer ejercicio físico promueve la liberación de hormonas y neurotransmisores, como la dopamina, la serotonina, las endorfinas y las encefalinas. Estas sustancias químicas nos producen una sensación de euforia, placer, satisfacción, calma y bienestar. También nos ayudan a reducir el estrés, la ansiedad, la depresión y el dolor.
También fortalece el sistema inmunológico, que nos protege de las infecciones y de la inflamación. El ejercicio estimula la producción de células y anticuerpos que combaten los agentes patógenos y las sustancias nocivas. Favorece la eliminación de toxinas y radicales libres mediante el sudor y la respiración.
Duerme más
Muchas veces sacrificamos horas de sueño en pos de realizar ese millón de tareas que parece que siempre tenemos pendientes. Este es uno de los peligros del multitasking, que dormimos menos y peor. Dormir al menos 7 u 8 horas diarias debería ser un objetivo primordial para sentirnos más despejados y relajados por las mañanas.
Cuando dormimos, nuestro cuerpo y nuestra mente realizan funciones esenciales que nos ayudan a mejorar nuestra calidad de vida:
- La consolidación de la memoria y el aprendizaje. Dormir nos permite fijar y reorganizar la información que hemos adquirido durante el día, facilitando el recuerdo y el conocimiento.
- La regulación del apetito y el metabolismo. Nos ayuda a mantener un equilibrio hormonal que influye en nuestro hambre y nuestra saciedad, así como en el uso de la energía y la glucosa.
- El aumento del rendimiento físico y mental. Proporciona la recuperación y la energía necesarias para afrontar las actividades diarias con mayor eficiencia, concentración, creatividad y agilidad.
- La prevención de enfermedades y el fortalecimiento del sistema inmunológico. Dormir nos protege de los problemas cardiovasculares, la diabetes, la obesidad, el deterioro cognitivo y la depresión, entre otros. Además, dormir mejora nuestras defensas contra las infecciones y las inflamaciones.
- El desarrollo de la inteligencia social y emocional. Nos permite regular nuestras emociones y mejorar nuestro estado de ánimo, lo que repercute en nuestra autoestima, nuestra empatía, nuestra comunicación y nuestra convivencia con los demás.
Dormir es mucho más que un simple descanso, es una inversión en nuestra salud y nuestro bienestar, que nos permite disfrutar de una vida más plena y feliz.
Exponte más al sol y sal a la naturaleza
¿Quién no siente un mejor ánimo cuando hace un día soleado? La luz solar estimula la producción de serotonina, la hormona de la felicidad, que influye en nuestro ánimo, apetito y sueño. Si a esta exposición al sol le sumamos un paseo en plena naturaleza conseguimos, no solo disfrutar de la belleza y la tranquilidad del entorno, sino que también nos va a aportar mucha paz y armonía.
Exponerse al sol es la mejor forma de sintetizar vitamina D de manera natural. Esta vitamina es esencial para la absorción de calcio y el fortalecimiento de nuestros huesos, dientes y músculos. Además, mejora nuestro sistema inmunológico y nos protege de algunas enfermedades.
¿Sabías que la luz solar mejora nuestra capacidad visual? Esto nos ayuda a concentrarnos y a leer mejor. Además, la exposición al sol en la naturaleza nos anima a practicar actividad física, lo que nos proporciona energía, bienestar, agilidad y resistencia.
Es importante tomar precauciones para evitar los daños que la radiación solar puede causar en nuestra piel, como quemaduras, envejecimiento prematuro y cáncer de piel. Por eso, se recomienda usar protector solar, ropa adecuada, sombrero y gafas de sol, y evitar las horas de mayor intensidad solar.
Construye una bonita red social
En las llamadas zonas azules, las regiones más longevas del planeta, se ha comprobado que tener contacto humano diario con la familia, los amigos y los vecinos es clave para prolongar los años de vida en plena forma y con unos niveles de bienestar envidiables.
Establecer vínculos afectivos de confianza, respeto y apoyo mutuo nos hace sentir más acompañados, valorados y queridos, esto hace que mejor nuestra autoestima automáticamente, y también nuestra seguridad. Esta red nos permite poder compartir experiencias, opiniones, consejos, recursos… y nos ofrece un apoyo emocional que nos ayuda a afrontar dificultades o pérdidas que podamos sufrir en nuestra vida.
Participa en actividades que supongan relacionarte con más gente como grupos de baile, senderismo, yoga, ajedrez, cocina o lectura ¡lo que más te guste! Estrecha lazos con tus amigos y vecinos, y cuida tu relación familiar. Esto va a hacer que desarrolles habilidades de comunicación, empatía, asertividad y cooperación que nos van a hacer sentir un mayor bienestar y nos van a ayudar a desarrollar el sentido de pertenencia.
¿Vas a apuntar estos hábitos para ser más feliz en tu lista de propósitos de este año?