Mallorca y París, estos son los centros de la Familia Real este verano. Dos destinos de ida y vuelta con un claro ganador. Porque la cita olímpica es demasiado tentadora como para dejarla pasar y, oh, lo sentimos, pero este año la isla balear tiene todas las de perder.
Los Reyes y sus hijas están con un pie dentro y otro fuera. Desde luego que estamos ante un veraneo real extraño, diferente. Mallorca es guay, pero es que París c'est trop y mola un montón...
En honor a la verdad, esto ya lo sabíamos desde hace tiempo. La Casa Real aseguró que Don Felipe y compañía tenían la intención de apoyar a los deportistas españoles en los Juegos Olímpicos. In situ.
Unos dándose el relevo a los otros (primero Leonor y Sofía; después su madre, la Reina Letizia; y ahora mismo el Rey Felipe) para que hubiera una presencia constante en la capital francesa. Así que sorpresas, lo que se dice sorpresas, pocas. Quien avisa no es traidor.
Otro asunto es el corazoncito. Aceptar la inevitable realidad. Porque ha habido, y hay, cierto malestar en Mallorca.
Por parte de los locales, a causa de las escasas salidas públicas de nuestros 'royals' en sus calles, pueblos y enclaves más emblemáticos. La costumbre de los últimos años los ha llevado por todos los rincones. Este año casi ni han coincidido los cuatro juntos.
No olvidemos que su presencia impulsa y promociona la isla de manera espectacular. Así viene siendo desde hace más de 50 años, cuando los empresarios mallorquines cedieron a nuestra realeza el uso y disfrute del palacio de Marivent como referente del paraíso mediterráneo.
Pero desde la época del Rey Juan Carlos a la actualidad, la foto de las vacaciones ha mermado sin remedio. Ya no hay cumbre de Borbones en la isla, ni rastro de aquellos paseos en yate... La estancia de Don Felipe y su familia se limita a apenas diez días.
Las fotos esquivas del veraneo real en Mallorca
Por otro lado está la prensa. Los medios que se desplazan a Mallorca para cubrir el verano real han (hemos) tenido poco que rascar. Después de la recepción oficial que tuvo lugar en Marivent, la cosa ha estado más bien sosa. Y en estos momentos, con nuestros móviles en la mano, la máquina exige contenidos casi al segundo.
El Rey Felipe ha estado compitiendo en la Copa del Rey Mapfre de Vela y con cada jornada repitiéndose la misma estampa a bordo del Aifos, la noticia se esfumaba y dejaba de ser interesante. Qué le vamos a hacer. La Reina Sofía (85), la más enamorada de Mallorca, solo se dejó ver un día en barco siguiendo a su hijo en las regatas.
El soberano cogió un bonito bronceado en la bahía de Palma y desde ahí poco después se marchó a París, relevando a Letizia, quien lo había estado dando todo.
Para entonces, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía ya habían vuelto de Francia tras pasar cuatro días de intensas aventuras olímpicas, pero se encerraron en la residencia veraniega para disfrutar como adolescentes despreocupadas (habían hecho más que suficiente por la causa).
Leonor y Sofía, con amigas en Mallorca
Todo lejos del ojo público, sin testigos. En la piscina o navegando hacia las calas cristalinas de la cercana isla de Cabrera. Hasta se dice que han invitado a unas amigas del internado de Gales. Desconocemos si tienen pandilla en Mallorca. No parece.
Así que con los 'royals' fuera de la vista, a la prensa poco le quedaba por hacer en la isla, salvo esperar a alguna sorpresa. Ese pequeño milagro que compensara el viaje.
Llegó la noche del pasado domingo, cuando al fin pudimos ver reunido al "núcleo duro", todos juntos por primera vez en Mallorca este verano.
Los Reyes y sus hijas salieron a cenar al restaurante Mia, situado en el puerto de Portixol de Palma, acompañados por la soberana emérita, la tía Irene de Grecia y el matrimonio Fruchaud. A sus puertas, las sillas de ruedas de las veteranas con problemas de movilidad coparon el centro de una foto a la que parecían resistirse.
No podemos creer que, controlando estos aspectos de la comunicación como lo hacen, no fueran un poco más generosos. Nada costaba que posaran los cuatro, con la abuela Sofía, limpiamente ante los objetivos, pero no hubo concesiones. Por mucho que fuera una salida privada, nobleza obliga.
Mucho nos tememos que esta será la única imagen global que quede de sus vacaciones "oficiales".
La Princesa Leonor se ha sacado el carnet de conducir
Eso sí, a última hora, en la tarde del martes 6 de agosto, la Casa Real nos ha 'regalado' otro posadito, pero en esta ocasión solo con la Reina Letizia, sus hijas y la Reina Sofía. El Rey seguía en París.
Un paseíto por el centro de Palma que huele a despedida y que nos deja, como gran noticia, a la Princesa Leonor al volante de un coche. La heredera, de 18 años, ya se ha sacado el carnet de conducir. Y todos confían en ella.
Corre una leyenda (¿negra?) que dice que a Letizia no le encanta tanto Mallorca. O al menos el plan de pasar sus vacaciones bajo el escrutinio de todo el mundo. Tras dos décadas, ella continúa regresando cada verano a Marivent y todavía seguimos hablando de esto.
Ha demostrado por activa y por pasiva que eso no es del todo verdad, pero el rumor sigue latente. Y de hecho, la Reina es la que más marcha mete en cada aparición, consciente de lo que 'se les pide'.
Siempre nos quedará París
París ha sido la excusa perfecta si ese es el caso. El mayor acontecimiento deportivo como escenario para animar a nuestros atletas, gozar con sus logros y pasear nuestros colores con orgullo. Los Reyes y sus hijas han cubierto un amplio espectro de competiciones y no han reparado en gestos efusivos y de alegría felicitando cara a cara a los deportistas.
Los cuatro no se han quitado los polos oficiales de la delegación española. Mensaje: ahí se va a lo que se va.
Tras sus compromisos en Mallorca, el último en aterrizar en París ha sido el Rey Felipe. El monarca también nos está ofreciendo otra versión diferente de su persona, más distendido, relajado, fuera de los más rígidos protocolos. Con su gorra, sus gafas de sol, en vaqueros y camiseta, prosiguiendo así la saga de talismanes reales.
Por cierto, aparte de la simpatía que nos ha generado verle comer con los atletas en la Villa Olímpica, otra anécdota se refiere precisamente a su camiseta roja de licra. Sí, le marcaba un poco de tripita. Con todo nuestro respeto, Señor.
La tripita del Rey Felipe, ¿realidad o efecto óptico?
El monarca, de 56 años, es altísimo y delgado, deportista con galones, amante de la vela, el pádel (que le ocasionó el año pasado una lesión en la mano) y otras disciplinas más... Pero una foto traicionera ha delatado que puede que tenga que visitar el gimnasio para endurecer el abdomen.
Con su intensa agenda puede que le resulte difícil sacar tiempo para las pesas, pero en ese sentido, su esposa es el gran ejemplo fit. Los brazos tonificados de la Reina han vuelto a ocupar titulares en la prensa internacional.
El encuentro del Rey Felipe con sus colegas de la realeza
El Rey Felipe, que fue abanderado en Barcelona '92, ha coincidido en París con otros 'supporters royals', como los reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia y el Gran Duque Enrique de Luxemburgo.
Y hasta la princesa Amalia, la heredera de Países Bajos, a la que los Reyes acogieron durante el año pasado cuando la joven estudiaba en Madrid, huyendo de las amenazas de la mafia holandesa. Los dos juntos en las gradas, súper emocionados y derrochando confianza, nos recordaban a un padre y una hija.
Los Juegos Olímpicos siguen avanzando hasta su fin, el próximo domingo 11 de agosto. Hasta ese día, la Familia Real estará presente de una u otra forma apoyando a los deportistas españoles. Más raro va a ser verles otra vez en Mallorca. Al menos a los cuatro juntos. Si nada lo impide, París gana.
En los últimos tiempos estamos observando a una 'nueva' Familia Real. Un giro en su estrategia que se ha materializado en su flamante cuenta de Instagram, mucho más ligera que otros cauces de comunicación de la Casa Real y para cuyo contenido colaboran los propios protagonistas con 'selfies' y mucha actitud positiva. El siglo XXI se instala en La Zarzuela.
Quizás ha llegado el momento de cambiar otras costumbres. También en lo que se refiere a sus vacaciones. Aunque estos Juegos Olímpicos, tan cercanos, han alterado el curso normal, se perciben sensaciones, todo evoluciona y se renueva. El décimo aniversario de los Reyes ha marcado un claro antes y un después.
Y con Leonor y Sofía como incorporaciones más activas ahora que son mayores y cuando se están revelando como valores en alza para la institución, el pódium está asegurado. ¡Queremos más!