El Rey Felipe VI le ha tomado el relevo en los Juegos Olímpicos de París, primero, a sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, y, después, a la Reina Letizia, a quien la prensa británica bautizó con un genial apodo. Era el único miembro de la casa real que faltaba por asistir a la cita olímpica y secundar a nuestros deportistas con su presencia y su apoyo.
El soberano se trasladó desde Mallorca, donde ha iniciado sus vacaciones de veraniegas con su familia, a la capital francesa, donde se reunió con la delegación española y disfrutó de varios partidos y encuentros como un fan más. Un viaje que ha dejado, además, una de las imágenes más emotivas que se reencuentran: el reencuentro de Felipe VI con Amalia de Holanda, a quien acogió en Madrid cuando la vida de la joven estaba en peligro.
La ajetreada agenda veraniega del Rey Felipe VI: de París a Mallorca y regreso a la capital francesa
Están siendo unos días muy 'moviditos' para el Rey Felipe VI. Después de acudir a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos en compañía de la Reina Letizia, el monarca ponía tierra de por medio para competir en la Copa del Rey Mapfre en Mallorca, donde también presidió la entrega de premios. Tras una cena en familia en la capital mallorquina del que las cámaras dieron buena cuenta y a la que no faltó la Reina Sofía, el padre de Leonor y Sofía cogió de nuevo un avión (el Falcon 900) para plantarse una vez más en París. Como antes que él hizo su mujer y sus hijas, el monarca no ha dudado en apoyar in situ a los deportistas españoles que participan en la cita olímpica, evidenciando el compromiso de la Corona con el deporte nacional.
Nada más poner un pie en París, Felipe VI se trasladó hasta la Villa Olímpica para saludar a los nuestros, entre deportistas, trabajadores y voluntarios, y hacerse las pertinentes fotografías con sus 'fans'. La presencia del hijo del Emérito, por supuesto, no pasó desapercibida y nadie quiso dejar pasar la oportunidad de conocerle. Tras esta primera toma de contacto, el Rey acudió a varios encuentros, luciendo en todo momento el look olímpico que también caracterizó en días pasados el estilismo de la Princesa Leonor, la Infanta Sofía y doña Letizia. En el caso de Su Majestad, optó por un polo rojo, vaqueros y zapatillas blancas.
La gran complicidad y cariño entre el monarca español y Amalia de Holanda en los Juegos Olímpicos de París
Pero si ha habido un momento de la visita del Rey Felipe VI a los Juegos Olímpicos de París que ha captado todas las miradas, ese ha sido el entrañable reencuentro que ha protagonizado con Amalia de Holanda. El marido de la Reina Letizia y la heredera al trono vieron juntos y en primera fila la final de baloncesto 3x3 femenina en la que España se disputaba la preciada medalla de oro frente a Alemania.
El partido, que acabó con el equipo español colgándose la plata, evidenció el gran cariño que se profesan don Felipe y la hija de Guillermo y Máxima de Holanda. Sentados el uno junto al otro, no dejaron de comentar el partido, celebrar el buen hacer en la cancha del equipo español, abrazarse con cada punto a favor o sufrir cuando el marcador iba en contra... Una actitud relajada y natural con la que ambos pusieron de manifiesto la gran complicidad que caracteriza su estrecha relación.
El viaje a Madrid de la heredera al trono de Países Bajos gracias a la ayuda de Felipe VI
"El año pasado las circunstancias la obligaron a vivir en Madrid. Desde allí pudo continuar sus estudios en la Universidad de Ámsterdam. Esto fue posible gracias a los amables esfuerzos de muchos de sus compatriotas y de usted mismo. Una conmovedora demostración de amistad en un momento difícil. Me gustaría agradecerle a usted y a todos los que ayudaron a organizar esto". Con estas palabras, el rey Guillermo de Holanda desveló el pasado mes de abril que el Rey Felipe VI había acogido a su hija Amalia en la capital española. Lo hizo durante la cena de gala con motivo del viaje de Estado de Sus Majestades a Países Bajos.
La heredera al trono se trasladó a vivir a España para proseguir sus estudios y retomar su vida con la máxima normalidad posible, después de las graves amenazas que recibió de la mafia. Nada se sabía hasta ese momento sobre cómo don Felipe había intermediado para que Amalia pudiera salir de su país y pasar inadvertida y, más aún, la había acogido con los brazos abiertos de cara a normalizar la nueva e insólita situación de la joven y garantizar su protección y bienestar. El gesto que tuvo don Felipe con su 'protegida', sin duda, ha generado un vínculo inquebrantable entre la corona real española y la de Países Bajos. Y también entre Su Majestad y la heredera, como demuestran las fotografías de su bonito reencuentro.