Han pasado 20 años desde que la Reina Letizia definió a Doña Sofía como "ejemplo impagable". Unas palabras que pronunció en 2003 con motivo de su primera comparecencia pública después de anunciar su compromiso con el, por aquel entonces, Príncipe de Asturias. La escena ha pasado a la historia, no tanto por lo que Letizia dijo de su suegra, sino porque fue la primera vez que pudimos ver en vivo y en directo el carácter arrollador de la futura Reina de España. "Déjame terminar...", le decía a Don Felipe, después de que este le interrumpiera. Hoy, en su 51 cumpleaños, las palabras de la Reina sobre la emérita resuenan más que nunca. Una verdadera declaración de intenciones, por aquel entonces, sobre su ejemplo a seguir como nuevo miembro de la Casa Real española. Mucho ha sucedido desde entonces: la abdicación del rey emérito, el estallido del caso 'Noos', el altercado a las puertas de la Catedral de Palma... Desavenencias y roces varios que han trastocado la relación cercana e íntima que las dos mujeres se profesaban en un primer momento.
La Reina Letizia y Doña Sofía, una relación dinamitada
"A partir de ahora y de forma progresiva voy a integrarme en esta nueva vida con las responsabilidades que conlleva y con el apoyo y cariño de los Reyes y el ejemplo impagable de la Reina", pronunció una solemne Letizia, ante la atenta mirada de su futuro marido, vestida de impecable blanco y visiblemente nerviosa. Con su primer pronunciamiento oficial, la periodista agradecía la acogida que había recibido por parte de la Reina Sofía desde que su hijo le trasladó sus intenciones de casarse con ella. La madre de don Felipe se encargó, entonces, de mostrarle el camino y prepararla para el complicado cargo que estaba a punto de inaugurar como mujer del futuro Jefe del Estado español.
La complicidad de la mujer de don Juan Carlos y su nuera era más que visible en cada aparición pública. Su sintonía era innegable. La Reina Letizia se convirtió en la protegida de la Emérita, a pesar de la tensa relación que, en cambio, mantenía con sus cuñadas, las Infantas Elena y Cristina. Poco a poco, doña Letizia fue haciéndose su sitio en Zarzuela y encontrando su "personaje" mediático y personal, dentro de las dinámicas de palacio.
El motivo que lo cambió todo: el nacimiento de Leonor y Sofía
La relación entre ambas cambió con la llegada de la Princesa Leonor y la Infanta Sofía. Afianzada ya en el cargo, la Reina Letizia marcó la pauta sobre todo lo relativo a sus hijas, incluidas las visitas. Según desvelaron en ese momento fuentes cercanas a Casa Real, la madre de las pequeñas obstaculizó algunos encuentros abuela-nietas, aludiendo a que las niñas tenían una rutina y un horario que cumplir. No ayudó a rencauzar la situación la presencia constante de Paloma Rocasolano, madre de Letizia, que se hizo más y más habitual en el recinto de Zarzuela donde vivía el matrimonio.
La abdicación de Don Juan Carlos a favor de su hijo no hizo más que acrecentar el distanciamiento. El traspaso de poder consolidó más si cabe a Letizia, ahora al frente de la Corona junto a su marido. En ella y Felipe VI recayó la ardua tarea de recomponer la cuestionada monarquía española a ojos de una parte importante de la sociedad tras los escándalos protagonizados por el Emérito. En ese camino, no quedaba otra que poner tierra de por medio con sus predecesores. Doña Sofía fue la gran damnificada de esta decisión, a pesar de que siempre dejó claro que antes que Reina era abuela. Desde entonces, las visitas de la Emérita a la Princesa Leonor y la Infanta Sofía fueron menguando.
El suceso que hizo estallar todo por los aires
El apoyo público de doña Sofía a su hija Cristina tras el estallido del caso 'Noos' y la implicación de Iñaki Urdangarín supuso un antes y un después en el deterioro de la relación entre Letizia y su suegra. Una imagen de la madre del Rey, Cristina, su marido y sus nietos en vísperas de la imputación de Iñaqui fue un mazazo para la Reina que abrió una brecha insalvable.
Pero si hubo un suceso que hizo estallar todo por los aires eso fue el tenso momento vivido a las puertas de la Catedral de Palma en abril de 2018, al finalizar la misa de Pascua. En un vídeo que circuló como la pólvora se veía a la Reina Letizia interponiéndose entre Doña Sofía, la Princesa Sofía y la Infanta Sofía cuando las tres posaban ante las cámaras. Una situación rocambolesca que evidenció la mala relación entre ambas mujeres.
Del "ejemplo impecable", al respeto mutuo de puertas para afuera
En los últimos años, parece que las aguas se han calmado. Prueba de ello son los momentos que Letizia y Sofía han protagonizado este verano en Palma de Mallorca, donde han acudido en familia al cine, a cenar y han presidido varios actos juntas. Eso sí, siempre en compañía de Felipe VI o las niñas. De cara al público, parece que la relación se rige ahora por la cordialidad y el respeto mutuo, pero sin la complicidad que, en algún momento, caracterizó su trato. De puertas para dentro, en la intimidad de palacio, solo ellas saben en qué punto se encuentra su personal –o no– conexión.