Cuentan que alguien, alguna vez, ha visto sonreír a Juan Urdangarin. Y todavía se le está buscando... Perdonad la ironía, pero es que el mayor de los cuatro hijos de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin no puede ser más serio, reservado y formal. Demasiado quizás. Claro que, acostumbrados a la ampulosidad mediática de sus primos Marichalar (Vic y Froilán), cualquier cosa se queda en nada. Aun así, seguro que muy a su pesar, tenemos que hablar de él.

Juan Urdangarin se muestra como un joven serio y reservado

Juan Urdangarin se muestra como un joven serio y reservado.

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Juan, con todo lo 'royal' que es, no deja de ser un gran desconocido para el público. Él es el segundo de los ocho nietos de los Reyes eméritos y el séptimo en la línea de sucesión al Trono de España.

Sin embargo, en los últimos días se ha visto de nuevo bajo los focos, y probablemente haya quedado deslumbrado cual cervatillo en una carretera nocturna. Y es que es noticia por su supuesta mudanza a La Zarzuela. Pero, ¿qué hay de verdad en todo ello? 

La pretendida mudanza de Juan Urdangarin a La Zarzuela con su abuela la Reina Sofía

El joven se instalaría en las dependencias de su abuela materna, la Reina Sofía. Una mansión situada muy cerca del llamado Pabellón del Príncipe, donde residen sus tíos los Reyes Felipe y Letizia y sus primas Leonor y Sofía

Hecho importante es que junto a la querida emérita ya viven sus hermanos menores, Miguel e Irene Urdangarin. Un detalle que, sin duda, influiría bastante en esta decisión. Vamos, que la residencia oficial de la Corona se ha convertido casi en un coliving. No nos extraña porque sabemos lo caros que están los alquileres en Madrid.

Juan Urdangarin y su abuela materna, la Reina Sofía

Juan Urdangarin y su abuela materna, la Reina Sofía.

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La abuela, que tiene a su lado a su hermana Irene, estará encantada de revivir los salones palaciegos gracias al trote juvenil de sus nietos, a los que podrá preguntar sobre las cosas modernas de hoy en día, por si se está perdiendo algo, con los que podrá animar las largas horas del día...

Y no es que Doña Sofía no tenga cosas que hacer, porque a sus 85 años su vitalidad es envidiable, pero siempre viene bien tener gente joven alrededor. Eso revitaliza a cualquiera.

La nueva vida de Juan Urdangarin tras una difícil ruptura amorosa

Pero esto no es lo único llamativo de esta 'nueva vida' que Juan Urdangarin estaría a punto de emprender. Recordemos que el joven últimamente ha estado residiendo en Londres. El joven estudió Relaciones Internacionales y Economía en la universidad británica de Essex y ahora estaba trabajando en la empresa de Alejandro Agag, yerno de Aznar, enfocada en la Fórmula E.

Juan Urdangarin es el fiel apoyo de su madre

Juan Urdangarin es el fiel apoyo de su madre.

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Dicen que ha dejado su puesto, aunque otros más maliciosos apuntan incluso a que le habrían despedido. que se va a tomar un año sabático, al estilo de otros 'royals' europeos, y sin ir más lejos su propia hermana Irene.

Y se habla también de que el desamor le devuelve a la capital española. ¿Whaaattt? ¿Cómo? ¿Que Juan Urdangarin tenía novia, que no nos hemos enterado, que encima han roto y que ahora su corazón sufre? A ver, a ver, paremos un momento. Sorry, too much information.

¡Pues sí que es discreto este Juan! Ahí estaba a lo callandito, mientras bajo la superficie se desarrollaba todo un dramón.

Juan Urdangarin, ante su futuro 

Madrid es una ciudad en la que el primogénito de Doña Cristina nunca ha echado raíces. Juan (un nombre con peso en la familia Borbón, el del bisabuelo que nunca llegó a reinar, al que se le suma a Valentín de Todos los Santos) nació en Barcelona, pero a los diez años se trasladó con su familia a Washington y desde ahí, en 2014, volvieron a empacar para marcharse a Ginebra (Suiza).

Un periplo internacional que coincidió (y fue motivado) por la caída en desgracia de su padre a raíz de su proceso y posterior condena por el Caso Nóos.

Juan y Pablo Urdangarin, los hijos mayores de la Infanta Cristina

Juan y Pablo Urdangarin, los hijos mayores de la Infanta Cristina.

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Es comprensible empatizar con el palo que tuvo que suponer para unos hijos ver al patriarca en prisión. Puede que esa sea una de las causas de la esquivez que destila Juan Urdangarin. O simplemente se trata de su carácter. Hemos de reconocer que también fue un niño serio.

Ni en ocasiones familiares felices, como el último 60 cumpleaños de su tía la Infanta Elena, se le veía relajado ante las cámaras. A la salida del restaurante madrileño en el que lo festejaron, Juan se escondía detrás de los otros jóvenes Borbones más populares, como Froilán y Victoria de Marichalar y ahora sus hermanos Pablo (la estrella) e Irene.  

Los Urdangarin y los Marichalar tras celebrar el 60 cumpleaños de la Infanta Elena

Los Urdangarin y los Marichalar tras celebrar el 60 cumpleaños de la Infanta Elena.

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Juan Urdangarin parece vivir muy cómodo en la sombra. Durante toda su vida le hemos visto relativamente poco, de ahí el misterio sobre su figura. Aunque dadas las circunstancias, quizás esta era la mejor estrategia: desaparecer, hacer mutis, ponerse de lado.

Así se ha evitado muchos disgustos y ha gozado de una mayor libertad. Los vástagos Urdangarin siempre han sido percibidos por la prensa como unos buenos chicos, responsables y educados, lo cual es la mejor campaña de márketing posible.

El próximo 29 de septiembre Juan Urdangarin cumplirá 25 años y parece un señor mayor. Más maduro, más adulto, un señor de mirada sobria que se ha rapado las patillas de antaño y se mesa la barba. Es como si soportara sobre sus hombros el peso de una mochila bien pesada, algunas de cuyas cargas conocemos.

Todo sigue igual para el hijo mayor de la Infanta Cristina

Ahora bien, la historia podría dar un giro de 180 grados. Y todo esto de lo que venimos hablando sea una pura ficción. Porque, según Hola, citando a fuentes cercanas, nada de esto es verdad. Juan no se viene a Madrid, Juan no tenía novia y, por tanto, tampoco ha roto ninguna relación, y Juan continúa trabajando en Londres. ¿Cómo nos quedamos? 

Lo que sí es cierto es que Juan Urdangarin ahora se muestra en público más que nunca, que ha perdido el miedo. Una actitud más abierta que, curiosamente, va en paralelo con la nueva vida que sí ha iniciado su padre al lado de otra mujer, Ainhoa Armentia, tras separarse de la Infanta Cristina.

El Rey Juan Carlos, sus hijas y nietos en la boda de José Luis Martínez Almeida

El Rey Juan Carlos, sus hijas y nietos en la boda de José Luis Martínez Almeida.

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Juan Urdangarin acude a eventos familiares, visita a su abuelo Don Juan Carlos en Abu Dabi y hasta va de invitado a los ecos de sociedad, como la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida.

Ahí precisamente acompañaba a su madre. ¡Y ahí esbozó una sonrisita! Una muy sutil, una en la que los labios no se despegaron, que apenas se tensaban en la comisura hacia el rabillo de los ojos. Una sonrisa etrusca de manual. Da que pensar: de la boca cerrada no se escapan los secretos.

Juan Urdangarin, con su madre y su abuelo

Juan Urdangarin, con su madre y su abuelo.

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De tan reservado, Juan corre el riesgo de parecer hosco, aunque en realidad poco sabemos de su personalidad y puede que nos precipitemos en pintar una imagen equivocada. Quizás solo es un gran tímido.

Noble y solidario lo es seguro, como lo prueban los cinco meses que pasó como voluntario en Camboya en la ong que dirige el religioso Kike Figaredo, donde luego ha seguido sus pasos su hermana pequeña.

Juan Urdangarin, el perfecto caballero para su madre

Y otra cosa: Juan Urdangarin ejerce de perfecto caballero, de señor, de acompañante oficial, el que presta su firme brazo a su madre. Un ademán que nos provoca una ternura inevitable.

Puede que poco a poco Juan esté encontrando su sitio en este bosque borbónico, tan lleno de raíces y ramas enredadas. 

La Infanta Cristina, del brazo de su hijo Juan en Windsor

La Infanta Cristina, del brazo de su hijo Juan en Windsor.

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Este verano Juan Urdangarin ha disfrutado de vacaciones en Grecia y en Bidart, donde le hemos visto feliz, entre chapuzón y chapuzón, junto a sus hermanos Miguel e Irene. En su salsa, en privado, se ha esfumado su habitual gesto adusto y seriote. 

Así nos gustas más, Juan. Te invitamos a liberarte, a soltar una carcajada, a dormir a pierna suelta, a aflojarte el cinturón, a ser joven y hasta a meter la pata. Un día sin risas es un día perdido.