El sábado 22 de abril Tamara Falcó e Íñigo Onieva celebraron en casa de Isabel Preysler una fiesta de pedida. La pareja lleva comprometida meses pero, desde su segunda oportunidad, no habían hecho nada similar. En la vivienda de Puerta de Hierro reunieron a 25 invitados, todos familiares y amigos muy cercanos. La Marquesa de Griñón, para celebrar este hecho, le regaló a su prometido un reloj de más de 50.000 euros de la firma suiza Patek Philippe. Un ejemplar del modelo Nautilius 5712/1A, de cuerda automática y con toque deportivo. Por su parte, él le otorgó una exclusiva pieza de joyería: una pulsera de oro. Hoy ya luce en 'El Hormiguero' esta pieza llena de orgullo por el significado que tiene: "Son rubíes, la ha hecho el tío de Íñigo, hecha a mano. Resulta que es la piedra del amor y no lo sabía".
En total son ocho las gemas preciosas que componen este diseño exclusivo. "Han puesto uno por cada hermano que tengo. Somos en total nueve, cuatro por parte de padre y otros cuatro por parte de madre", explica ante la cámara. La pulsera llegó en una fiesta que daba comienzo a las 21:00 horas. Querían juntar a las familias antes del gran momento el 8 de julio en El Rincón cuando se den el sí quiero. "Estábamos muy nerviosos pero desde el principio hubo muy buen rollo. La puerta ya sonaba a las 21.01 por los Onieva, no es la puntualidad de los Preylser. Mi hermana llegó media hora tarde y mi madre cuando pudo, se me hizo eterno", bromeaba.
De esta fiesta ya hemos podido ver las primeras imágenes gracias al primo de Tamara Falcó, Álvaro Castillejo. Fue un momento único lleno de sorpresas, incluso para los padres de ellos: "Hubo musicon por sorpresa. Un grupo se 'metió' y no lo sabía ni mi madre. Todo el mundo se echaba la culpa pero fue Íñigo y mi primo". El novio, Íñigo Onieva, fue el encargado de poner el toque de sabor a la noche y amenizó toda la velada: "Trajo a unos cocteleros y la espera no se hizo nada largo. Pusimos también el vino de mi padre".
La vajilla, un aspecto esencial para Tamara Falcó e Íñigo Onieva en su pedida
Las fiestas de Isabel Preysler siempre están llenas de glamour y la pedida de Tamara Falcó, su hija, e Íñigo Onieva no iba a ser menos. Una vez supieron el número total de comensales llegó uno de los momentos delicados de la organización de este evento, las vajillas. La colaboradora de Antena 3 desveló que no esperaba encontrarse con un número impar, 25, "bastante nefasto porque las vajillas son de doce en doce". Tras una búsqueda exhaustiva optó por una exclusiva vajilla que su madre tenía a buen recaudo. "Vale la pena mencionar que mi madre tiene una habitación de vajillas. Estaban pintados a mano, todos diferentes. Eran del tío Miguel (Boyer), auténticas joyitas".
Todos los que allí se reunieron terminaron encantados y alargaron la fiesta hasta bien entrada la madrugada, hasta las cuatro. A falta de conocer la lista definitiva de invitados son muchos los que ya desean que llegue ese día. Pablo Motos bromea sobre ello con la novia sobre esto cuando tiene ocasión y, tras escuchar todo el relato de la noche del sábado de su pedida, le reconoce que "estamos deseando ir a tu boda y pillar un buen pedo". Como buena anfitriona, Tamara Falcó les aseguraba a sus compañeros de antena que estuvieran tranquilos: "Los mismos de los cócteles van a estar ahí, así que no os preocupéis".