La boda de Tamara Falcó e Iñigo Onieva fue de cuento de hadas. Aquel 8 de junio, la flamante pareja se daba el 'sí, quiero' en el Palacio de El Rincón frente a la friolera de 400 invitados. No se escatimaron en gastos, en detalles, en regalos... Tampoco en patrocinios ni exclusivas. Y, claro está, todo eso hay que tributarlo. La cifra orientativa que tendrá que desembolsar el nuevo matrimonio es, como mínimo, prohibitiva para la mayoría de mortales y ascendería a 800.000 euros. Así se ha llegado a este vertiginoso número.
La boda millonaria de Tamara Falcó también tributa
Patricia Suárez, presidenta de la Asociación de Usuarios Financieros (ASUFIN) tiene las matemáticas del bodorrio del año claras. Según sus cálculos tentativos, la marquesa de Griñón va a tener que pagar, y mucho, por su enlace. "Tamara ha hecho de su boda un evento mediático y ella vive de su imagen. Ha gestionado su boda como una verdadera profesional", ha indicado hoy en el programa 'Así es la vida'.
En total, la hija de Isabel Preysler y su marido se habrían llevado por el día más importante de sus vidas unos 1.750.000 euros que se repartirían al 50%. Pero claro, de ese monto, hay que ir extrayendo porcentajes. Por un lado, los de la exclusiva que vendieron de, aproximadamente, un millón de euros. De ahí, la agencia tributaria se llevaría el 25% en caso de haberla cobrado a través de una sociedad. "Que sería lo más lógico", ha puntualizado la experta.
Los regalos de boda ascenderían a 400.000 euros
Por otro lado estarían los patrocinios que pudiera haber gestionado Tamara. Ya sea el vestido de boda, los 'cocktails', el catering, etc... Todo lo que haya estado 'sponsorizado', tiene un precio ante Hacienda. Esto porque no se perciben como regalos, sino como pago tras formalizar un contrato. "No es un obsequio ni una donación, son pagos en especies. Las empresas tienen que declarar un valor de mercado", ha explicado Patricia. De ahí habría que restar otro 25%.
Por último, los regalos que recibieron de sus seres queridos que también hay que declarar. Teniendo en cuenta que la marquesa e Iñigo invitaron a 400 personas y, cada uno, se pudo dejar unos 800-1.000 euros para agasajar al matrimonio, estaríamos hablado de 400.000 euros solo en esta partida. "Y eso es un donativo y hay que tributar por ello", subrayaban desde ASUFIN.
Una vez extraídos los porcentajes, faltaría el mazazo final: aplicar el IRPF a lo que queda 'limpio' que, en este caso, sería del 40%, ha recordado la experta. Tras escuchar este desglose astronómico, Antonio Montero, colaborador del programa de Telecinco, no ha podido evitar hacer un chascarrillo. "Si Hacienda somos todos, tenemos que agradecerle a Tamara e Iñigo porque están repartiendo con todos nosotros”. Y no le falta razón.