El reciente reencuentro entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin está dando mucho de qué hablar. Ambos se reunieron para presenciar el partido de balonmano de su hijo Pablo Urdangarin en Granollers. Aunque la firma del divorcio entre la pareja parece inminente, toda la familia estuvo allí, incluidos sus otros hijos, Irene, Miguel, y la novia de Pablo. Sin embargo, lo que más ha llamado la atención es el afectuoso saludo entre la infanta Cristina e Iñaki: una sonrisa seguida de un beso en la mejilla, todo a la vista de todos.
Buena relación entre la infanta Cristina y su exsuegra
A pesar de que su relación terminó hace casi dos años, este gesto en público evidencia la cordialidad que aún existe entre ellos. De hecho, no es la primera vez que coinciden en un evento familiar. A finales de junio pasado, ambos estuvieron en la graduación de Irene en Ginebra, a la que también asistieron Juan Carlos I, doña Sofía, Victoria Federica y Felipe Froilán. Otro indicativo de la armonía entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin es que la hermana del rey Felipe VI sigue pasando algunos días de sus vacaciones de verano en Bidart, el tradicional refugio de la familia Urdangarin. Esta tradición comenzó en 1997, año en que contrajeron matrimonio. Además, la relación de la infanta Cristina con Claire Liebaert, su exsuegra, es excepcionalmente buena. Claire ha defendido a la infanta en diversas ocasiones, tratándola como a una hija.
Esta situación contrasta drásticamente con la relación post-divorcio entre la infanta Elena y Jaime de Marichalar. No se recuerdan gestos cariñosos entre ellos tras su separación. Uno de los últimos momentos que resuena en la memoria data de noviembre de 2007. Varias fotografías de la época mostraron a Jaime de Marichalar dando dos besos a la infanta Elena, en un intento por desmentir los crecientes rumores de separación que había entre ellos.
Relación distante
Meses antes, en septiembre, la pareja ya intent�� proyectar una imagen de unidad con un beso cordial, especialmente cuando acompañaron a sus hijos, Victoria Federica y Felipe Froilán, al inicio del colegio. Ese día, Jaime de Marichalar, con unas notorias gafas de sol, besó a la infanta Elena y comentó: “Con esto ya nos podéis dejar tranquilos”. Después de ese gesto, cada uno tomó rumbos separados en sus respectivos vehículos. Desde ese momento, la relación entre ellos ha sido notoriamente distante.
Al comparar a ambas parejas, es evidente la diferencia en cómo han gestionado sus respectivas separaciones. Mientras la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han optado por una resolución amistosa, beneficiando así la relación con sus hijos, la infanta Elena y Jaime de Marichalar eligieron mantener la distancia, evitando cualquier interacción pública que sugiriera cordialidad.