Tras el último gran susto por la seguridad de Amalia de Holanda, después de la detención de varios hombres por seguirla, la heredera al trono de Países Bajos vuelve a estar en el punto de mira. Y no está sola: su madre, Máxima de Holanda, le acompaña esta vez muy a su pesar.
La soberana y su hija mayor se han convertido en el centro de las críticas por su último gran desembolso del que la prensa alemana se ha hecho eco. Un capricho que no ha pasado desapercibido fuera de las fronteras del país de las dos mujeres y las sitúa en el centro de la polémica.
El miedo por la seguridad de Amalia de Holanda que ha vuelto a repuntar en los últimos meses
Amalia de Holanda es una de las herederas europeas que más atención está acaparando en los últimos años por su delicada situación en relación con su integridad. Hay que remontarse al verano de 2021 cuando se conoció que la hija de Máxima y Guillermo de Holanda estaba en el punto de mira de una importante banda de crimen organizado dedicada al narcotráfico que planeaba su secuestro. La amenaza provocó que la casa real holandesa actuara con contundencia y decidiera mandar a la joven, que ahora tiene 20 años, a vivir a Madrid de incógnito, confiando en la protección que la familia real española, con Felipe VI a la cabeza, podía garantizar a la futura reina.
Tras esta mudanza 'in extremis', Amalia de Holanda volvió un año después a Ámsterdam, donde ha protagonizado una serie de episodios que han vuelto a reabrir el debate en torno a su seguridad. El primero tuvo que ver con un altercado que se sucedió cerca de su apartamento, cuando los guardaespaldas de la heredera dieron la voz de alarma por la presencia de "hombres sospechosos". Semanas después, se organizó un fuerte dispositivo policial para detener a otros hombres, todos ellos ciudadanos holandeses, que supuestamente la perseguían en su coche. Aunque todo se debió a una equivocación, el miedo a un posible secuestro volvió a repuntar.
El cambio de imagen de Amalia de Holanda que no la ha 'salvado' de la última polémica con su madre
La presencia pública de Amalia de Holanda se ha visto reforzada en los últimos tiempos de cara a apuntalar su papel institucional. La última vez que pudimos verla fue durante el Día del Príncipe, una de las citas claves de Países Bajos, celebrada el pasado fin de semana. Junto a sus padres y su hermana Alexia, la hija mayor de Máxima y Guillermo de Holanda acaparó todas las miradas por su evidente cambio de imagen. Mucho más madura, la joven apareció luciendo un impresionante vestido de la firma Safiyaa que resaltaba su figura. Un diseño muy entallado de color verde con mangas tipo cape y escote lágrima que le quedaba como un guante.
La princesa de Orange completó su estilismo con unas sandalias de tacón de la marca Gianvito Rossi, bolso de pequeñísimas dimensiones del mismo tono dorado y una diadema de perlas de tan solo 10 euros a juego con sus pendientes, también de perlas. Una aparición estelar y del todo alabada que se ha visto empañada por las últimas informaciones que ha protagonizado de la mano de Máxima de Holanda tras un viaje a Grecia que ha supuesto un desembolso para las arcas del Estado considerable.
El último movimiento de Máxima de Holanda y su hija que no ha sentado bien a la opinión pública
"La princesa Amalia de Holanda es una auténtica reina de la 'jet set'. Prueba de ello, su reciente viaje a Grecia junto a Máxima de Holanda". Con esta frase, el 'Bunte' alemán se ha hecho eco de la última escapada que han realizado madre e hija al país heleno, con capricho incluido de 32.000 euros que no ha sido otro que el alquiler de un avión privado. De acuerdo con el experto en aviación Memmo Swart, la mujer de Guillermo de Holanda y la heredera partieron hacia el aeropuerto nada más terminar las celebraciones del día del príncipe y, desde ahí, tomaron un jet privado Pilatur PC-24 con capacidad de seis personas y destino a Atenas.
Se trata de una aeronave de negocios en la que se embarcaron Amalia de Holanda y su madre para acudir a un evento musical celebrado en el Odeón de Herodes Áticos, en la capital griega. Un concierto en honor a la filántropa y embajadora de la UNESCO (muy amiga de la familia real), Marianna Vardinoyannis, fallecida el pasado mes de julio. El carísimo trayecto de 32 mil euros ida y vuelta, no ha sentado especialmente bien entre la opinión pública holandesa por lo abultado del desembolso y por tratarse, finalmente, de un encuentro que tenía más que ver con la vida privada de Máxima de Holanda y su hija que con una cuestión pública necesaria.