Era la imagen más esperada desde hace meses: Margarita de Dinamarca rodeada de todos los suyos, de sus dos hijos, sus nueras y sus ocho nietos. Todos ellos. El matiz es importante. Después de que la reina decidiera retirarle el título de príncipes a cuatro de ellos (los de su hijo menor, el príncipe Joaquín), se desató una auténtica guerra familiar. Hubo quejas y sentimientos de dolor expresados en público por parte de algunos de los agraviados y también salieron a la luz supuestas rencillas y rivalidades entre los hermanos... Esto obligó incluso a que la soberana entonase una disculpa pública, aunque no echase para atrás en su decisión. Desde entonces, no se les había vuelto a ver juntos... hasta este domingo 16 de abril. La reina Margarita cumplía 83 años y nadie quiso amargarle su gran día.
Máxime cuando la monarca todavía está convaleciente de una delicada operación de espalda, llevada a cabo el pasado 22 de febrero, que la ha obligado a estar de baja de sus obligaciones oficiales, dejando a su hijo mayor, el príncipe heredero Federico, como Regente del reino. Margarita aún debe proseguir con su rehabilitación, pero a su pueblo le ha alegrado enormemente volver a verla. Hace unos días reapareció para ver la tradicional procesión de antorchas desde el palacio de Fredensborg (lo hizo primero de pie, apoyada en un bastón, y luego sentada desde su puerta) tras casi dos meses de ausencia.
"Es genial estar aquí de nuevo", dijo la veterana monarca, sin perder la sonrisa. Y parece que ha llegado para quedarse. Su nueva aparición en una fecha tan señalada como su aniversario no ha podido ser mejor.
Como es tradición, Margarita de Dinamarca salió a saludar desde el balcón del palacio de Amalienborg, su residencia oficial en Copenhague, para recibir las felicitaciones de su pueblo y compartir su felicidad. No era para menos. En pie y arropada por toda su familia, esta era la inyección de energía que necesitaba tras una etapa difícil de salud. Quizás por ello los suyos no quisieron fallarle.
Estaban el príncipe Federico y su esposa, la princesa Mary, con sus cuatro hijos: Christian (segundo en la línea de sucesión), Isabella y los mellizos Vincent y Josephine. También el príncipe Joaquín y su mujer, la princesa Marie, con los dos hijos mayores de él (de su primer matrimonio con Alexandra Manley), Nicolás y Félix; y los dos menores de la pareja, Henrik y Athena. Estos cuatro ya no son príncipes, sino condes de Monpezat.
Pese a las duras declaraciones del príncipe Joaquín, afirmando que había sido innecesario causar tanto dolor a sus hijos, esta vez quiso acudir a la llamada de su madre en un día tan importante para ella. Un gesto con el que, tanto él como su familia, demuestran que saben perdonar y seguir adelante por el bien de todos. Eso sí, ya han anunciado que el próximo verano se mudarán a vivir a Washington, después de llevar los últimos cinco años residiendo en París.
El próximo 18 de mayo tendrá lugar la Confirmación de su hijo Henrik en la capital francesa, pero parece que su abuela, la reina Margarita, no se desplazará debido a su comprometida movilidad física en estos momentos. De momento, ha soplado las 83 velas de su cumpleaños, aparentemente en paz y reconciliada con los suyos, al menos en público. Hacía cinco años que la soberana no cumplía con esta tradición de salir al balcón en su aniversario. En 2019 y 2022 lo cvelebró en el palacio de Marselisborg, en Aarhus; y durante la pandemia en 2020 y 2021 lo festejó de forma privada debido a las restricciones.