El Año Nuevo siempre empieza con una de las grandes galas de la realeza: el tradicional banquete que ofrece la reina Margarita de Dinamarca en el palacio de Amalienborg. A esta cita estaban invitados sus dos hijos, el príncipe Federico y el príncipe Joaquín, con sus respectivas esposas. Sin embargo, solo asistió la del primero, la princesa Mary. La princesa Marie causó baja sin que se sepan las causas. Si bien es cierto que se tiende a pensar que las evidentes tensiones familiares de los últimos meses (a raíz de que la reina haya quitado el título de príncipes a los cuatro hijos de su hijo menor) hayan podido influir en ello.
La reina Margarita acudió vestida con un traje azul, tocada con su juego favorito de joyas de diamantes y grandes perlas y luciendo en su pecho la Orden del Elefante (la orden de caballería más antigua del país, que se compone de un elefante esmaltado con diamantes incrustados en una cadena de oro). La princesa Mary destacaba con un vestido brillante y luciendo bronceado recién llegada de sus vacaciones en Australia.
También asistió su hermana menor, la princesa Benedicta, con la que este año ha pasado las Navidades ante la ausencia de sus hijos (ambos de viaje en el extranjero), además de los miembros del Gobierno y del Parlamento.
Justo esta gala tenía lugar al poco de emitirse su habitual Mensaje de Año Nuevo, sobre el que este año se ha puesto la lupa más que nunca, precisamente a causa de la situación familiar. Margarita de Dinamarca es una mujer que suele afrontar las cosas de cara, por duras que sean, y en esta ocasión ha vuelto a demostrarlo. Después de hacer un recorrido por el momento actual, con especial hincapié en la guerra de Ucrania y el agradecimiento por su Jubileo de Oro, la soberana ha finalizado su discurso refiriéndose a la 'guerra' que se lidia en palacio, con honestidad y sinceridad.
"Para la mayoría de nosotros, la familia es una de las cosas más importantes de la vida. Vemos cómo nuestros hijos crecen y cómo afrontan los cambios de la vida cada uno a su manera. Estamos felices por ellos, nos preocupamos y les deseamos que lo hagan bien. Siempre he sentido un amor enorme por toda mi familia. Las diferencias y malentendidos pueden surgir en cualquier familia, también en la mía. Todo el país ha sido testigo de eso", dijo la soberana mirando directamente a cámara.
"Que la relación con el príncipe Joaquín y la princesa Marie haya pasado por dificultades me pone triste. Ahora hemos tenido un periodo más tranquilo y tiempo para la reflexión y estoy segura de que nuestra familia se puede embarcar en el Año Nuevo unida con confianza, comprensión y un nuevo coraje".
La soberana también hace una referencia explícita a todos sus nietos (aunque cuatro de ellos hayan manifestado públicamente su malestar por la decisión de la abuela): "Todos mis ocho nietos son una fuente de gran alegría para mí. ¡Cómo han crecido, el tiempo vuela! El próximo octubre el príncipe Christian cumplirá 18 años. Será un día especial, que todos estamos esperando".
Por último, Margarita de Dinamarca termina con sus mejores deseos: "Mi deseo y esperanza es que en el Año Nuevo la gente pueda vivir en paz y armonía de nuevo y que la alegría de vivir prevalezca de nuevo. Todos debemos contribuir a ello".