A pesar de los intentos de la casa real danesa por dejar atrás el pasado, los rumores de crisis todavía sobrevuelan a Mary y Federico de Dinamarca. Atrás quedó el tsunami mediático generado por las imágenes del monarca paseando por las calles de Madrid con Genoveva Casanova, pero no las consecuencias.
Las dos últimas imágenes que ha protagonizado el matrimonio no hacen, sino, ahondar más en la herida. Son la enésima prueba de que la estrategia de comunicación y marketing por la que se han decantado los reyes del país nórdico no está obteniendo los resultados que se esperaban.
Las agendas institucionales de Federico y Mary de Dinamarca, cada vez más independientes
Han sido unos meses muy complicados para Mary de Dinamarca. También para su marido, a pesar de ser él quien puso a su matrimonio y la propia credibilidad de la corona danesa en el centro del debate público con su forma de proceder en su vida más íntima y privada. Su amistad con Genoveva Casanova ha marcado un antes y un después en la pareja real que trata de revertir los efectos del escándalo que sacudió en noviembre la actualidad mediática. Mucho ha cambiado desde ese entonces. De primeras, que ya no hablamos del futuro heredero de una de las monarquías más antiguas de Europa, sino de la persona al frente de la institución.
Los intentos del hijo de la Reina Margarita de Dinamarca y la exabogada por zanjar la polémica suscitada han dado sus frutos. Eso es indudable, pero con matices. Todavía se suceden los cuestionamientos sobre el verdadero estado de la relación marital de la pareja que resurgen con fuerza con cada aparición pública de ambos. Juntos y por separado.
De hecho, cada vez resulta más frecuente esto último, lo que, sin duda, no ayuda a amainar las aguas. Prueba de ello, las dos últimas imágenes que ha difundido la casa real de Dinamarca en las que, una vez más, se percibe que sus agendas institucionales están más distanciadas que nunca. Una realidad (y estrategia comunicativa) que, a ojos de la opinión pública, tiene un significado simbólico de lo que podría ser su vida en común.
Federico de Dinamarca con sus hijos y Mary 'dedicada' a la ebanistería
Como un aficionado más, Federico de Dinamarca se ha dejado ver en sus redes sociales oficiales que, valga el apunte, comparte con su mujer, ataviado con la camiseta de la Selección de fútbol danesa. Lo ha hecho con sus hijos pequeños, los gemelos Vincent y Josephine, vestidos igual que él para la ocasión con el objetivo de animar al equipo de su país en su debut en la Eurocopa. Una estampa de lo más idílica con la que la casa real busca reforzar, no solo el compromiso del soberano con el deporte nacional, sino su versión más paternal.
Días antes, los responsables del Palacio de Christenborg difundían una imagen de su mujer en su cuenta conjunta de Instagram, que presidía un plan muy diferente. Mary de Dinamarca ha centrado sus esfuerzos de la última semana en la creación de una nueva mesa de comedor para el Castillo de Fredensborg (la residencia veraniega de la familia) para la que ha trabajado mano a mano con los ebanistas reales y diseñadores varios. Para su configuración, se ha mandado traer pino de Tasmania, estado australiano donde nació la reina, "y otros 14 tipos de este material que cuentan historias de cerca y de lejos", reza la publicación.
La estrategia de la Casa Real danesa que sigue generando muchas dudas entre los expertos reales
El hecho de que la popularidad de Federico de Dinamarca haya caído en picado en relación con la de su mujer es un motivo más que suficiente para que se hayan tomado medidas. Una de ellas es la de potenciar la agenda institucional de Mary de Dinamarca, al margen de la del padre de sus cuatro hijos y viceversa. El problema de esta decisión es que coincide con un resurgir de las dudas en torno a un posible distanciamiento de ambos. Los coletazos del escándalo del monarca todavía hacen estragos.
Más después de que varios expertos reales hayan cuestionado sus últimas apariciones públicas conjuntas. No convencieron sus gestos de cariño y sus muestras de cercanía recientes, como las que materializaron con motivo del 175 aniversario de la Constitución de Dinamarca a principios de junio y, antes de aquello, durante su viaje de Estado a Noruega, el primero desde la abdicación de Margarita II.
"A Mary de Dinamarca, su nuevo cargo le ha proporcionado una nueva confianza y sentido de poder, mientras que Federico parece cada vez más incómodo. Es muy llamativo su forma de encarar este nuevo capítulo de sus vidas en el que muestran un casi total desprecio el uno por el otro", en palabras de la experta en lenguaje no verbal Judi James. Un análisis tajante que no deja mucho lugar a las dudas.