La Coronación de Carlos III ha dejado grandes anécdotas. Camilla, temerosa ante la posibilidad de que su corona acabara en el suelo, el Príncipe Harry sin visión en la abadía por culpa de un sombrero o el emotivo gesto del Rey a su hijo, Guillermo de Inglaterra, son solo algunos de los recuerdos que nos deja esta cita del 6 de mayo. Aunque ni mucho menos son las únicas, pues hay dos detalles que han tenido lugar en cuestión de segundos y ambos están relacionados con los hijos de Guillermo y Kate Middleton. Mientras Charlotte de 8 años ha sido pillada hurgando en su nariz, su hermano Louis de 5 no dejaba de bostezar.
A pesar de que ambos se han comportado a la perfección durante la ceremonia, eso no quita que sean niños y que en algún momento tengan gestos cargados de naturalidad. Ambos han llegado a la Abadía junto a los pajes de honor y lo han hecho con trajes impolutos que no han pasado desapercibidos para nadie. La princesa Charlotte con un vestido y una capa de Alexander McQueen que llevaba varios bordados que representaban las cuatro naciones del Reino Unido y el pequeño Louis con una túnica Hainsworth Garter Blue Doeskin con varios adornos. Los dos ocupaban un puesto privilegiado en el templo, por lo que estaban muy a la vista y por lo que sus gestos han sido analizados al milímetro.
Charlotte ha estado muy pendiente de su abuelo
George y Charlotte se han esforzado al máximo por estar pendientes de la coronación de su abuelo, así como de la sencilla ceremonia que también se ha hecho para Camilla, un día que los dos han compartido en familia y con otros 2.000 invitados. Sus padres y ellos son el futuro inmediato de la monarquía, lo que les ha llevado a convertirse también en protagonistas involuntarios de un mismo encuentro.