Alberto y Charlene de Mónaco acaban de celebrar sus 13 años de fatal aniversario, como buena parte de los expertos en realeza califican su matrimonio. La pareja lleva desde el comienzo de su relación haciendo frente a los constantes rumores de distanciamiento y crisis que no cesan. Ni siquiera a pesar de los intentos de mostrarse más cercanos en sus contadas apariciones públicas conjuntas.
Ahora bien, al contrario que la gran mayoría de los mortales, cuando la situación se pone insostenible, el hermano de Carolina de Mónaco tiene una vía de escape para quitarle 'presión' a la convivencia marital. Así es el impresionante refugio secreto de Alberto de Mónaco, alejado de miradas indiscretas y del ruido mediático de Mónaco.
La tristeza de Charlene de Mónaco que no ayuda a disipar las dudas sobre su matrimonio
El 2 de julio se cumplieron 13 años de la boda por todo lo alto de Alberto y Charlene de Mónaco. Un día que marcó un antes y un después en la casa real monegasca sin prever que, al poco tiempo, la exnadadora criada en Sudáfrica coparía un sinfín de titulares por su evidente tristeza. Desde entonces, han sido más que habituales los rumores de distanciamiento a los que ha tenido que hacer frente el matrimonio, además de las múltiples polémicas que ha protagonizado el soberano por sus escarceos múltiples. El problema es que, cada aparición pública de la pareja en solitario y también en conjunto, es analizada con lupa y las conclusiones no les son favorables en ningún caso.
"Charlene de Mónaco está completamente sola y, en gran medida, muy protegida", señaló el 'Bunte' alemán en uno de sus últimos artículos, disparando las especulaciones sobre la verdadera situación de la princesa. El cuestionamiento que ha caracterizado la unión de Alberto de Mónaco y su mujer ha sido una constante desde el minuto uno, que no logran quitarse de encima el fantasma de la 'conveniencia'. Se dice que detrás de la decisión hubo un acuerdo bien urdido para acallar las críticas en torno a la vida poco protocolaria y a todo tren del hermano de Carolina de Mónaco.
La vivienda favorita de Alberto de Mónaco de la que poco o nada se sabe
En siglo y medio de historia, solo una persona ha podido documentar el interior del Castillo de Marchais, propiedad de los Grimaldi desde entonces y construido en el siglo XVI. Fue en el año de 2022, cuando un conocido periodista francés se adentró en la exclusiva mansión adquirida en primera instancia por Carlos III de Mónaco. Situada en el norte de Francia, no lejos de la frontera con Bélgica, es la residencia preferida de Alberto de Mónaco y también de Carolina, donde acuden cuando necesitan de un lugar donde pasar desapercibidos y sin nadie, más allá del servicio, que les moleste.
Como recoge el diario francés 'Point de Vue', fue gracias a la determinación del actual soberano de Mónaco que el Castillo de Marchais sigue en pie completamente renovado. De pequeño, pasó ahí sus mejores veranos, en compañía de Rainiero y menos de su madre, Grace Kelly, que siempre fue una figura ausente en la vida de sus hijos. El objetivo del marido de Charlene de Mónaco con la recuperación de la increíble mansión siempre fue el de tener una "isla de tranquilidad" donde los paparazzis no pudieran molestarle.
La vida "normal" del soberano de Mónaco en Marchais cuando las cámaras no le ven
Marchais es el lugar predilecto de Alberto de Mónaco para escaparse los fines de semana, especialmente en la época estival, Dicen los locales (450, según los últimos sondeos), que es habitual verle tomando café en el pueblo cercano del mismo nombre. "Le dejamos en paz cuando le vemos, pero él habla con todo el mundo. A veces va a al bar de Liesse y se toma copas con los vecinos. Pero tratamos de dejarle en paz. El soberano viene aquí para estar tranquilo, relajarse y moverse con tranquilidad", le contó un residente al diario 'La Voix de Nord' en 2019 sobre las rutinas de Alberto de Mónaco cuando se traslada a Marchais.
Entre septiembre y febrero, el castillo alberga alguna que otra partida de caza con la que el marido de Charlene agasaja a sus amigos, porque él no es gran aficionado a este "deporte". Los alrededores del Castillo son inmensos: 1.500 hectáreas de jardines, campo y bosques, que lo convierten en un auténtico tesoro natural En el interior del edificio principal, se custodian numerosas obras de arte, muebles y objetos decorativos de valor incalculable. Se desconoce de cuántas habitaciones dispone la residencia favorita de Alberto de Mónaco, aunque, según los expertos, podríamos estar hablando de no menos de 30. Tampoco se tienen datos sobre cuánto personal de servivio trabaja para mantenerlo a punto para cuando la familia real monegasca decide 'esconderse' del mundanal ruido y buscar algo de calma.