El tiempo pasa para todos, royals y 'civiles', para bien y para mal. Sin embargo, la última imagen que ha dejado la reaparición de Alberto de Mónaco ha impactado y mucho. No hacía tanto que no le veíamos en vivo y en directo. La última vez, el pasado mes de mayo, durante su participación en un programa de televisión monegasco en la que demostró sus dotes culinarias.
El príncipe soberano del pequeño país ha participado en la entrega de la llama olímpica a su paso por Mónaco, junto a su mujer, Charlene. Su transformación física no ha dejado indiferente a nadie, que contrastaba y mucho con la apariencia del todo rejuvenecida de la madre de sus gemelos.
La transformación física de Alberto de Mónaco que no ha pasado desapercibida
Falta algo más de un mes para que den comienzo los Juegos Olímpicos París 2024. El próximo 26 de julio se sucederá la inauguración de la cita olímpica después de cuatro años. Antes de aquello, la icónica llama, símbolo del evento, se está paseando por todos los continentes y pasando de mano en mano de personajes ilustres para continuar su recorrido hasta la capital francesa. El último en recibirla en su país ha sido Alberto de Mónaco, en compañía de su mujer y los gemelos que el matrimonio tiene en común, Jacques y Gabriela.
El 'traspaso de poderes' hubiera pasado sin pena de gloria, más allá de lo anecdótico del momento, si no fuera porque el soberano del Principado se ha dejado ver en un estado físico que difiere mucho del que ha hecho gala en sus últimas apariciones institucionales. Vestido de blanco impoluto y con ropa deportiva muy ajustada que resaltaba sus formas, el marido de Charlene de Mónaco se ha mostrado muy desmejorado, como han apuntado varios medios de comunicación extranjeros. No ha ayudado el apretado cinturón que se ha endosado que resaltaba, más si cabe, sus formas.
Los intentos del marido de Charlene por disimular su anatomía
Las comparaciones entre Alberto de Mónaco con su mujer han sido odiosas, con un saldo del todo negativo para él y favorable para Charlene. No en vano, a la exnadadora olímpica se le ha visto muy sonriente y atlética, rejuvenecida, incluso, vestida con igual atuendo al de su marido, pero que, al contrario que él, le quedaba como un guante. Al hermano de Carolina de Mónaco le ha sido imposible disimular su abultado vientre, a pesar de que en varias instantáneas del acto ha tratado de cubrir su anatomía situándose detrás de sus hijos.
Las fotografías del acto han generado un gran impacto en redes sociales, como no podía ser de otra forma. Unas imágenes que han desviado la atención de Charlene de Mónaco después de que la prensa extranjera diera la voz de alarma por su delicada situación anímica. En las últimas semanas, la cuñada de Estefanía de Mónaco ha vuelto a saltar a todos los titulares por su estado anímico y aislamiento en el seno de la familia Grimaldi.
El príncipe Alberto de Mónaco rompe su silencio en medio de la preocupación por su mujer
No es habitual que Alberto de Mónaco se pronuncie en público sobre sus cuestiones personales. Mucho menos teniendo en cuenta las polémicas que ha protagonizado en las últimas décadas por sus escarceos amorosos, al más puro estilo Federico de Dinamarca, y a las que no se ha referido más allá de alguna declaración aislada cuando no le ha quedado otra y el escándalo se ha vuelto insostenible.
La grabación de un documental sobre su familia, 'Los hijos del principado: esplendor y drama', que se emitirá en la cadena alemana ZDF en agosto, ha sido la excusa perfecta para que el monarca rompa su silencio sobre algunas cuestiones que le preocupan y que se le hacen cuesta arriba. Como, en ocasiones, lidiar con su rol al frente del Principado. "No es fácil afrontarlo. Es difícil aparecer en público y dar discursos. Tuve que aprender muy joven lo que se esperaba de mí", sentencia Alberto II.
La soledad de Charlene de Mónaco que la ha puesto en el centro del foco mediático
Sus palabras coinciden con las últimas informaciones que se tienen a Charlene de Mónaco y ha desvelado el 'Bunte' alemán. "Está rodeada de gente, tiene sus propios trabajadores a su servicio, pero está completamente sola y, en gran medida, muy protegida. El hermoso mundo de la ilusión de Charlene tiene sus trampas. ¿En quién puede confiar realmente? ¿Con quién habla de sus preocupaciones y miedos sin que el resto del mundo se entere?", se preguntan en Alemania. Unas dudas que dejan entrever que tanto aislamiento le estaría pasando factura a la exdeportista de élite.
Con la reaparición de la mujer de Alberto de Mónaco, la opinión pública del Principado puede estar, como mínimo, más tranquila. No, en cambio, con la realidad del soberano que, a sus 66 años y a juzgar por las últimas imágenes que ha protagonizado portando la llama olímpica, no se estaría cuidando todo lo que debería.