Desde hace unos años se han puesto de moda las rutinas de varios pasos para el cuidado de la piel. Si la piel del rostro solo pudiera absorber una determinada cantidad de producto estos cuidados faciales no serían efectivas. ¿Merece la pena aplicar tantos productos si no penetran en la piel?

Las tendencias de cuidado de la piel han ido evolucionando a lo largo de los años y, desde hace un tiempo, han aumentado significativamente los pasos de la rutina facial. Solo hay que revisar las rutinas de algunas influencers o los famosos 10 pasos de la rutina coreana. ¿Son realmente necesarios tantos pasos? ¿Puede la piel absorber tantos productos? Las expertas despejan todas las dudas.

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¿Tiene la piel una tasa máxima de absorción?

En caso afirmativo no serviría de nada aplicar capas y capas de producto. Si la piel solamente puede asimilar cierta cantidad de productos, la llamada Tasa de Absorción de la Piel, no tendría sentido tener una rutina facial compleja y con muchos pasos. ¿Esto es así? Parece ser que, efectivamente, la piel tiene una capacidad máxima de absorción.

Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga en Byoode, explica que “la piel tiene un máximo de absorción de cosméticos, pero esto no va determinado por la condición del tejido cutáneo en sí, sino por los cosméticos que apliquemos y en qué orden lo hacemos. Es primordial saber cómo aplicar los productos y por cuales optar en cada paso para que esa tasa pueda ser mayor o menor”. ¿Cómo podemos saber la tasa de absorción de nuestra piel? Veamos cómo podemos sacarle el máximo partido a nuestra rutina para evitar desperdiciar producto.

¿Hay que tener en cuenta el orden de los productos?

Las cantidad de cosméticos que puede absorber la piel depende de dos factores “por un lado, es fundamental cómo preparamos la piel para que absorba mejor. Una piel acondicionada y preparada es más receptiva a mayor cantidad de productos”, señala Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza. Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8, añade que “lo segundo a tener en cuenta son los productos que aplicamos. Si usamos texturas acuosas, la piel puede absorber mucho. Si son texturas oleosas, se crea un efecto barrera que impermeabiliza la piel y no permite que pueda asimilar más”.

Por ejemplo, en los 10 pasos de belleza coreanos se tiene muy en cuenta la textura de los productos a la hora de realizar el ritual de cuidados. Después de la limpieza siempre se comienzan a aplicar los pasos de hidratación desde el más ligero al más untuoso para facilitar la penetración de activos. De esta manera, la piel puede absorber más producto y quedaría sellada con el último paso de hidratación.

La tasa de absorción de la piel, por tanto, puede ampliarse jugando con los productos que vamos a aplicar. En primer lugar es recomendable realizar una doble limpieza para retirar impurezas y exfoliar la piel periódicamente (incluso en pieles sensibles) para ayudar a la piel a regenerarse y eliminar células muertas. Una vez tenemos la piel preparada para recibir el tratamiento solo hay que tener en cuenta las texturas e ir aplicando las más ligeras antes. Por eso los tónicos y esencias son más livianos que el sérum y este a su vez más ligero que la crema hidratante.

El orden de los ingredientes también es importante en la tasa de absorción 

Una vez tenemos claro que para aumentar la tasa de absorción, o cantidad de producto que absorbe la piel, hay que poner el foco en los ingredientes. Los principios activos se tienen en cuenta por los fabricantes a la hora de incluirlos en los productos y tener determinadas texturas. 

Bella Hurtado, directora técnica de Boutijour asegura que “los tónicos y los sueros humectantes se suelen recomendar al inicio de la rutina. Productos ricos en ingredientes como el ácido hialurónico, la niacinamida… siempre deben ir primero. Después, avanzaremos hacia productos con mayor peso molecular, es decir, que su molécula sea más grande y penetre menos en la piel. En este sentido, nos podemos encontrar con determinados sueros de vitamina C, derivados del cobre, con péptidos… aquellos que quizás sirvan para atender preocupaciones más concretas”.

Finalmente, se aplicarían los productos que ayudan a la piel a retener humedad impidiendo la deshidratación y sellando la barrera cutánea. “Los últimos productos de la rutina facial deberían ser aquellos que aportan una mayor emoliencia como la manteca de karité, el escualano o las ceramidas”, argumenta Isabel Reverte, directora técnica de Rosalique.

el orden de los productos afecta a la tasa de absorción
El orden en el que apliquemos los productos cosméticos va a afectar a la tasa de absorción. (Pexels)

¿Deberíamos aumentar la tasa de absorción cosmética?

La tendencia de aplicar capas y capas de producto como en la belleza coreana choca frontalmente con tendencias minimalistas del cuida de la piel como el ayuno cosmético o el skinimalism (reducir la rutina). ¿Son igual de efectivas? ¿Aumentar la capacidad de absorción de la piel para aplicar más productos en el rostro es necesario? Como decía la canción, todo depende.

Marta Agustí, experta en cosmética y asesora de rutinas en Purenichelab segura que “depende de cada persona, su estilo de vida, el tipo de piel y, sobre todo, de lo que quiera conseguir. Si alguien quiere resolver muchas preocupaciones y viene de una piel poco acondicionada, se verá beneficiada de rutinas completas de muchos pasos, como la coreana”. Sin embargo para aquellas pieles que están saturadas, y empiezan a dar problemas por la aplicación de muchas activos, una rutina minimalista tendría más sentido.

Observa tu piel y sus necesidades. Desmaquilla tu piel siempre por la noche, realiza una doble limpieza, exfoliaciones periódicas y aplica tus productos de cuidado hidratantes desde la textura más ligera a la más rica. Conocer tu piel y adaptarse a las circunstancias es clave para elegir la mejor rutina en cada momento. No siempre es necesaria un ritual de infinitos pasos para tener una piel sana y bonita.