Según transcurren los años y, sobre todo a partir de los 50, es mucho más notable la pérdida de firmeza en la piel, una mayor sequedad y la aparición de líneas de expresión más marcadas. Las necesidades de la piel cambian y tener una rutina facial adecuada es muy importante. Ingredientes como la niacinamida, las ceramidas y los péptidos son clave para revitalizar, fortalecer y devolverle a tu piel su luminosidad natural. Te damos todas las claves sobre los tres activos de moda.
Niacinamida: el ingrediente del momento
Mucho se está hablando sobre la niacinamida en los últimos tiempos y esto ocurre porque es un ingrediente muy top, capaz de abordar una amplia gama de problemas cutáneos. Este derivado de la vitamina B3 es un activo versátil que se encuentra en sérums, cremas y tónicos, tiene una alta tolerancia por lo que es apto para casi todos los tipos de piel, incluidas las más sensibles. Lo amamos.
Uno de los mayores atractivos de la niacinamida es su capacidad para mejorar la barrera cutánea, esencial para mantener la hidratación y proteger la piel de agresores externos como la contaminación y el clima extremo. Al reforzar esta barrera, ayuda a combatir la sequedad, el enrojecimiento y la sensibilidad. También es conocido por su efecto antiinflamatorio, lo que la hace ideal para pieles con problemas como el acné o la rosácea. Otro punto a su favor.
La niacinamida tiene propiedades iluminadoras que ayudan a reducir las manchas oscuras y la hiperpigmentación, logrando un tono de piel más uniforme y luminoso con el uso constante. Deja la piel impecable. Es un buen regulador de la producción de sebo, y se ha convertido en un aliado clave para pieles mixtas y grasas. Por si fuera poco, estimula la producción de colágeno y elastina, lo que contribuye a una piel más firme y con menos líneas de expresión. ¿Alguien da más?
Incorporar la niacinamida en la rutina de cuidado diario es muy sencillo, ya que se puede combinar con otros activos como el ácido hialurónico, los antioxidantes o los retinoides sin perder efectividad ni causar irritaciones.
Ceramidas: esenciales para las pieles maduras
Las ceramidas son otro de los ingredientes que deberías tener muy en cuenta en tu rutina facial. Son lípidos esenciales que forman parte de la barrera protectora de la piel. Se encuentran de manera natural en las capas más externas de la epidermis y actúan como un "cemento" que una las células de la piel, manteniendo su estructura, hidratación y resistencia frente a agresiones externas.
A medida que envejecemos, la cantidad de ceramidas en nuestra piel disminuye, lo que puede conducir a sequedad, irritación y un aumento en la aparición de arrugas. Por eso, los productos que contienen ceramidas son la solución perfecta para las pieles maduras.
Estas sustancias tienen la capacidad para restaurar la barrera cutánea, que es esencial para retener la humedad y proteger la piel frente a contaminantes y factores irritantes. Esto ayuda a mantener la piel más hidratada y suave, y también la hace más resistente y menos propensa a la sensibilidad. Su acción reparadora las convierte en un ingrediente ideal para pieles secas, dañadas o con problemas como dermatitis o rosácea. Todo un ingrediente básico de neceser.
Otro punto clave es su efecto antiedad: al reforzar la barrera de la piel y mantener los niveles de hidratación óptimos, las ceramidas contribuyen a una piel más tersa, firme y con menos líneas de expresión. Piel rejuvenecida en 3, 2 1. Puedes incorporarlas en tu rutina diaria a través de sérums, cremas o limpiadores, un gesto que va a marcar una gran diferencia en la salud y el aspecto general de tu piel, devolviéndole su luminosidad natural y protegiéndola del envejecimiento prematuro.
Péptidos: piel más lisa, suave y jugosa
Los péptidos son otro de los ingredientes que se ha erigido como uno de los imprescindibles en la rutina facial de una piel madura. Son cadenas cortas de aminoácidos que forman la base de las proteínas esenciales para el cuerpo, como el colágeno, la elastina y la queratina, fundamentales para la estructura y la firmeza de la piel. ¿Por qué los vas a amar? Porque favorecen los procesos naturales de reparación de la piel y combaten los signos del envejecimiento.
Si hay algo que destaca de este súper ingrediente es su capacidad para estimular la producción de colágeno. Esto lo que hace es mejorar la firmeza y elasticidad de la piel, reduciendo la aparición de arrugas y líneas de expresión. Una maravilla. Además, su acción reparadora contribuye a fortalecer la barrera cutánea, lo que se traduce en una piel más hidratada y protegida frente a agresores externos como la contaminación, los rayos UV o los cambios de temperatura.
Los péptidos también tienen propiedades calmantes y antiinflamatorias, así que son un ingrediente ideal para pieles sensibles, irritadas o propensas a problemas como el acné. Incluso pueden ayudar a mejorar el tono y la textura de la piel, favoreciendo una apariencia más uniforme y radiante.
Son tres ingredientes estrella perfectos para incluir en la rutina de pieles maduras, que pueden mezclarse sin riesgos y que juntos trabajan en sinergia para lograr una piel más firme, hidratada y radiante. ¿Te animas a incluir estos activos en tu rutina de skincare?