El vestido de novia de Teresa Urquijo está copando las redes sociales. Desde su paseíllo hacia el altar, la salida de la parroquia San Francisco de Borja junto a su esposo y su chotis que, a estas alturas, ya es completamente viral. Esta joya diseñada por el modisto Pedro Rodríguez en el 1961 para las nupcias de la abuela paterna de la ya esposa del Alcalde de Madrid, Teresa de Borbón-Dos Sicilias con Íñigo Moreno y de Arteaga se ha convertido en una herencia familiar que ha ido cambiando ligeramente de generación en generación. No obstante, los últimos retoques a la prenda han hecho que se parezca indudablemente al de una royal que hace ya 35 años se dio el ' sí, quiero' con el hijo de un rey.
El diseño del vestido original ha dado una vuelta con el paso de los años. En un primer momento cuando lo llevó la abuela de Teresa, hija mayor del infante Alfonso, duque de Calabria, esta prenda lucía un cuello barco, mangas francesas y falda línea A con cola. Posteriormente, en el año 1995, la madre de Teresa Urquijo, Beatriz Moreno de Borbón-Dos Sicilias, para su enlace con Lucas Urquijo y Fernández de Araoz descubrió un poco el escote, pero mantuvo la silueta corola de la falda y las mangas.
El vestido de novia heredado de Teresa Urquijo y sus modificaciones
Sin embargo, esta silueta no parecía convencer del todo a Teresa, por lo que mantuvo la lujosa tela del vestido, repleta de brocados sobre base de raso y bordada con finos hilos de plata, y lo rediseñó. Y es aquí donde los parecidos con otro famoso diseño empiezan a ser más que razonables.
El vestido de novia de Rosario Nadal en su boda con Kyril de Bulgaria
Corría el año 1989, un 15 de septiembre, en la capilla de Santa Ana del Palacio Real de la Almudaina. Kyril de Bulgaria, hijo del Rey de Bulgaria Simeón II y Margarita Sajonia-Coburgo-Gotha, se casaba con Rosario Nadal en una boda de 400 invitados a la que asistieron, entre otros royals, el Rey emérito Juan Carlos, la Reina Sofía, la infanta Elena, la infanta Cristina y Felipe VI. Kyril y Rosario llenaron las portadas de las revistas y causaron sensación con sus estilismos para el enlace, ambos iban impecables. El vestido que llevó la novia, que por aquel entonces aún no era la musa de Valentino Garavani, era obra del diseñador catalán Gustavo Puente. Su vestido le sentaba como un guante y contaba con un busto ceñido, con un cuello chimenea muy original, mangas abullonadas tres cuartos y una falda recta con un poco de volumen en los laterales.
Parecidos razonables: las conexiones entre el vestido de Teresa Urquijo y Rosario Nadal
Las similitudes entre ambos vestidos son muchas. A pesar de las diferencias en la textura del tejido, el material y el acabado, el parecido entre los vestidos de Teresa Urquijo y Rosario Nadal está en los detalles que definen el diseño. Desde el cuello chimenea hasta la silueta del busto y las mangas abullonadas revelan una conexión estética objetiva.
Sin embargo, la ahora esposa de Martínez-Almeida decidió desviarse sutilmente del diseño original que habían llevado sus antecesoras y optó por una falda columna. Esta elección eliminó el volumen excesivo del corte línea A para lograr un equilibrio perfecto entre el maxi velo y las mangas abullonadas. Esta adaptación nos hace preguntarnos si los puntos en común son inspiración o una coincidencia fortuita. En cualquier caso, el vestido le sentaba de maravilla y, tanto si la inspiración es real como si no, demostró tener una gran habilidad para personalizar su look nupcial para una boda de mañana de este calado; y para realzar los puntos fuertes de su silueta con elegancia.
En la intersección entre la moda nupcial y la historia de la alta sociedad, siempre han surgido ecos de estilos pasados. La semejanza entre los vestidos de novia de Teresa Urquijo y Rosario Nadal no solo nos invita a reflexionar sobre la atemporalidad de la elegancia, sino que también nos sumerge en un cautivador diálogo entre dos épocas y dos mujeres relacionadas con la realeza que, a través de su gusto, han dejado una huella imborrable en el imaginario de las bodas de alto copete. La moda trasciende las fronteras del tiempo y del espacio; y conecta el ayer con el hoy en un baile de siluetas y detalles que perdurarán en la memoria colectiva y, por supuesto, en las hemerotecas.