El pasado sábado tuvo lugar el esperadísimo Baile De la Rosa 2024, un evento que está marcado por los estilismos de gala impecables en los que cada invitada intenta seguir a rajatabla el dresscode establecido. La temática de este año era ‘Disco años 70 y 80’ y la dirección creativa —Christian Louboutin— decidió que el brillo iba a ser el leitmotiv de esta gala benéfica.
La familia Grimaldi asiste cada año a esta increíble cena y el foco de la prensa está situado en todos y cada uno de los looks que la familia real monegasca luce. Siempre se espera que las apuestas de moda sean originales y que encajen con la temática de la noche, pero este año hubo dos asistentes que lucieron el mismo look. Aunque cada día es más usual hacer 'match' con un look, coincidir en un evento con un diseño de este valor es, cuando menos, anecdótico.
En este caso, el look repetido lo llevaba la mismísima Charlene de Mónaco, que apostó por un precioso y lujosísimo diseño de Elie Saab que, de repente, desfiló delante de sus narices en otra invitada. ¿Quién fue? ¿A cuánto ascendía el precio de este diseño? Te lo contamos.
El mono de paillettes que llevó Charlene de Mónaco y su doble en el Baile De la Rosa 2024
La 'Princesa Triste' no pudo verse más espectacular anoche. Su buen gusto está siempre presente en cada uno de los eventos a los que asiste, pero anoche a una invitada se le encendió la misma bombilla que a la esposa de Alberto II de Mónaco. El diseño que lució tenía truco. Dada la temática disco, la princesa consorte pensó que el brillo y las lentejuelas podían ser una buena idea para asistir a la gala anual que celebra el comienzo de la primavera. Además, ató muy bien todos los cabos sueltos, pues pensó en el que es, probablemente, el rey de los bordados en la alta costura actual, el diseñador libanés Elie Saab.
Los retoques y el precio del jumpsuit que llevó Charlene de Monaco en el 'Bal de la Rose'
El diseño que escogió pertenecía a la última colección 'ready to wear' de la firma, pero Charlene quiso 'tunearlo' para que encajara mejor con su figura y con la estética de la fiesta. Le quitó la capa, un motivo con el que el diseñador juega muchísimo, pero que es cierto que no encaja en una fiesta con temática 'disco'. También le cerró el escote para que no fuera tan pronunciado y con esos dos retoques, el mono parecía mucho más setentero: las lentejuelas bicolor, los pantalones acampanados, todo fue un acierto.
Este mono está disponible en la página oficial de la firma a un precio de 8,125 $, lo que se traduce en 7.498 euros, más los retoques y el ajuste del vestido. Una cifra que para la familia real monegasca parece ser irrisoria, pero hubo una invitada que quiso competir, sin saberlo, con Charlene.
El diseño de Antonella de Orleans-Borbón, un poquito más barato
La invitada que provocó este duelo de estilo fue la actual esposa de Alvaro-Jaime de Orléans-Borbón y Parodi Delfino (desde 2007), primo lejano del Rey Juan Carlos I de España, Antonella de Orleans-Borbón.
La aristócrata italiana acudió con su hija Eulalia, que es la ahijada del rey emérito y también llevaba un diseño similar. Antonella eligió exactamente el mismo diseño que lució Charlene en distinto color, pero no lo tuneó, mantuvo la capa, las mangas y el escote en uve. Su diseño lucía un gradiente en las lentejuelas que iba del azul turquesa en la parte del busto, al rosa fucsia en la zona del bajo del mono.
¿La diferencia? El precio. El coste del modelo de Elie Saab que eligió Antonella era de 5.248 euros, unos 2.000 euros menos por el cambio de color de las paillettes. Antonella completó el estilismo con una choker plateada, unos pendientes discretos y un bolso de mano también de lentejuelas doradas. ¡Menos mal que no eligió el mismo tono! El 'momento twins' hubiera sido memorable, pero en este caso pasó casi inadvertido.
El inesperado encuentro entre Charlene de Mónaco y Antonella de Orleans-Borbón ataviadas con el mismo mono de Elie Saab deja patente la universalidad del buen gusto y la sofisticación de las invitadas a la gala. A pesar de la coincidencia, ambas mujeres lucieron el diseño de manera impecable, y demostraron que la verdadera distinción no reside solo en la exclusividad de la prenda, sino en la manera en que se luce. Este inesperado episodio nos recuerda que, en última instancia, la elegancia va más allá de la marca o el precio de la vestimenta, y reside en la actitud y el porte de quien la viste. ¿Quién fue tu favorita?