Anoche, Berlín se vistió de gala para celebrar los 25 años de la embajada nórdica en Alemania, un acto que reunió a lo más granado de la realeza escandinava. El Palacio de Bellevue acogió a invitados de la talle de Federico y Mary de Dinamarca, Victoria y Daniel de Suecia y a Haakon y Mette-Marit de Noruega invitados por el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y su esposa, Elke Büdenbender. Todos los ojos estaban puestos en sus looks para esta ocasión tan especial, pero fue Mary de Dinamarca quien acaparó los comentarios... y no precisamente por las mejores razones. Su estilismo, un llamativo vestido rojo de Carolina Herrera, ha levantado una ola de críticas,
En un evento de estas características, de noche, el dress code suele exigir que las mujeres vistan de largo y los hombres de etiqueta, y eso ya da manga ancha para innovar, llevarte las imposiciones a tu terreno u optar por lo clásico, que 'nunca' falla. Sin embargo, pese a los amplísimos horizontes que podrían haber escrutado las royals invitadas, algunos looks se quedaron a medio gas. El estilismo de Mary de Dinamarca no pasó desapercibido, pero lamentablemente no por las mejores razones.
El look de gala de Mary de Dinamarca en su visita a Berlín
No es ningún secreto que los looks de la realeza están siempre bajo la lupa de la opinión pública. Desde los vestidos de gala hasta los complementos más pequeños, todo es analizado, a veces sin piedad, tanto por expertos como por los seguidores más atentos del mundo la moda. Y es que cuando formas parte de la Casa Real, la vestimenta importa más de lo que parece.
Anoche, Mary de Dinamarca decidió estrenar un vestido de Carolina Herrera para esta ocasión tan especial. La pieza, confeccionada en un mikado de seda de color rojo, no llegó a convencer a todo el mundo y entendemos perfectamente el porqué. El color del diseño no encajaba del todo con las tendencias que llevan la batuta este otoño, pero, aun así, el corte del vestido y su forma de combinarlo, tampoco sorprendieron.
Las críticas al vestido de Mary de Dinamarca durante su último viaje a Alemania
Entre los muchos ojos críticos que se posaron sobre el look de la reina Mary, el de la experta en realeza Ana Polo Alonso fue quizás el más contundente. La escritora de las biografías 'Sissi' y 'La reina Isabel II', no se guardó nada cuando compartió su opinión sobre el estilismo de Mary en sus redes sociales. El tweet fue directo y contundente: "Nunca pensé que diría esto, pero el look de Mary me parece horrible. El peor que le he visto jamás. No sé qué le está pasando en el viaje oficial a Alemania, pero menudo horror de ropa".
El comentario fue, sin duda, un golpe para el estilismo de la princesa, y es difícil no entender el porqué de su crítica.
Para completar su look, Mary de Dinamarca eligió una serie de complementos que, aunque con mucho peso sentimental, tampoco lograron elevar el estilismo. Uno de los detalles más significativos fue la elección de los pendientes nupciales de diamantes y perlas, los mismos que llevó el día de su boda. Mary quiso combinar sus accesorios y usar las perlas como hilo conductor, pues sus pendientes y su calzado contaban con estos adornos. ¿Bonitos? Sí, pero no exactamente originales ni rompedores.
Otro de los accesorios que incorporó fue una pulsera de perlas con un camafeo central con la imagen de Josefina de Dinamarca y Suecia. Esta joya, reservada solo para las reinas, es una pieza única y cargada de historia, pero en esta ocasión, parecía más un detalle secundario que no conseguía acaparar el protagonismo que merecía.
Los estilismos de Mette-Marit y Elke Büdenbender en el Palacio de Bellevue
No obstante, el desatino parecía algo contagioso, pues el resto de invitadas a la velada no lo hicieron mucho mejor. La mujer del presidente apostó por un vestido de paillettes azules que tampoco le hacía justicia; Mette-Marit, por su parte, se decantó por un vestido largo con estampado floral que vimos demasiado casual para una cena de este calado. Una mala noche la tiene cualquiera.
Si bien es comprensible que el protocolo exigiera un vestido de gala sobrio y sin tiara, lo cierto es que este estilismo no cumplió con las expectativas. En una velada tan importante, Mary de Dinamarca quedó en segundo plano, algo poco común para alguien con tanto estilo como ella.