Isabelle Junot, además de aristócrata, es coach nutricional y, a través de su cuenta de Instagram en la que se dedica a la divulgación sobre alimentación consciente, ha compartido con sus followers la forma en la que se ha estado cuidando en una de sus escapadas vacacionales para demostrar que salirse de la rutina no tiene por qué ser un descontrol en los hábitos saludables.

Una escapada de lo más saludable

Para Isabelle la alimentación consciente es la clave para evitar atracones y culpa, el círculo vicioso en el que muchas personas, incluida ella hace años, se ven inmersas. La marquesa de Cubas, a través de su experiencia y de su formación, trata de trasladar a sus seguidores y a sus clientes, un estilo de vida saludable en el que se terminen por fin las dietas restrictivas, las prohibiciones y la relación tóxica con la comida.

En una de sus últimas escapadas, he querido compartir su día a día con sus seguidores explicando que es posible disfrutar saliendo de la rutina sin obsesionarse con las calorías y sin tener un descontrol en los hábitos saludables.

Isabelle explica que en esa escapada realizó varias cenas copiosa o, como ella misma dice, “a lo grande”. Por este motivo despertaba con poquísima hambre así que para no saltarse el desayuno optó por tomar zumo de apio, algo que, confiesa, no suele hacer.

El zumo de apio es ideal para eliminar líquidos y toxinas. El apio es casi un 95 % de agua, por eso es un excelente diurético. Ayuda a eliminar líquidos excedentes del organismo y desintoxica el hígado. Además, es antiinflamatorio y cardiosaludable ya que contiene polisacáridos, antioxidantes y fitosterol, lo que reduce la inflamación y ayuda a bajar el colesterol. El zumo de apio, sin duda, es una excelente opción para darle una ayuda al cuerpo después de un exceso de alimentos en la cena del día anterior.

Cero obsesiones y cero culpa

Cuando salimos de nuestra rutina, sobre todo en las vacaciones de verano, podemos sentirnos abrumados al cambiar nuestra dieta pero Isabelle defiende que podemos darnos tregua y aumentar, como ella, alimentos que quizás no tomamos tanto durante el resto del año pero que de manera puntual no pasa nada y no hay que culpabilizarse ni sentirse mal por ello.

Isabelle explica en su cuenta que esos días tomaba más hidratos y menos proteína de lo que ella acostumbra pero que “no pasa nada, feliz”. No hay que volverse loco y permitirse el disfrute si no nos descontrolamos. Con moderación podemos permitirnos cambios en la dieta sin ningún problema.

Otro de sus cambios en la rutina fue que aprovechó para comenzar el día con clases de yoga y respiración. “Normalmente me aburre un poco pero era una razón más para empezar el día muy lento, presente y con intención”, explica Isabelle.

No todos los cambios en nuestras rutinas tienen que inclinarse en la balanza hacia el lado menos positivo, también podemos probar técnicas o actividades que no solemos realizar, que nos sacan de nuestra zona de confort o que nos puedan hacer un aporte en el cambio de rutina que estamos experimentando. Practicar yoga por la mañana ayuda a activar los músculos y las articulaciones. 

También libera endorfinas, también conocidas como “la hormona de la felicidad”, así que es una disciplina que aporta bienestar físico y mental. Hacerlo por la mañana te permite disfrutar de esa sensación de relajación durante todo el día. Además, conectar con la respiración de forma consciente ayuda a vivir más el momento presente y a comenzar el día con más energía.

¿Y la alimentación en vacaciones?

La marquesa de Cubas señala que después de su clase de yoga ya sentía hambre así que desayunaba lo que más le apetecía, tostada con aguacate, tomate, espinacas… y ¿por qué no? Algo de bollería, si tenía ganas, sin atracones y sin ansiedad. En una de sus fotografías en las que aparece ella frente a dos cestas de bollos, afirma que “Hace tiempo esto lo hubiese comido con ansias. Ahora como de manera práctica. Proteína y me apetecía luego unas galletas”. En el equilibrio está la clave.

A continuación, Isabelle colgaba la foto de su comida donde “siempre intento añadir color y fibra”. La coachoptó por coloridos platos en su escapada como el que muestra, una ensalada con gambas, espinacas, naranja y lechuga.

Lo ideal es mantener una relación sana y consciente con la comida, no descontrolando en vacaciones pero sin volverse loco contando calorías. Podemos disfrutar de pequeños caprichos, no prohibiéndonos nada, y encontrando nuevas formas de cuidar el cuerpo y la mente.

¿Te sumas al movimiento de alimentación consciente de Isabelle Junot?