En tiempos en los que la inteligencia artificial está más de moda que nunca, paradójicamente la inteligencia emocional sigue siendo un gran desafío. Nagore Robles ha compartido en sus redes sociales un momento de vulnerabilidad y conexión emocional queriendo normalizar y visibilizar estos procesos tan importantes para mejorar la salud mental.
El momento más vulnerable de Nagore Robles
Nagore ha querido compartir una experiencia que, aunque a priori pueda parecer negativa, ha sido un proceso enriquecedor y de aprendizaje para ella. En muchas ocasiones tenemos que transitar emociones que pueden resultarnos demoledoras, sin embargo, no huis de ellas, no camuflarlas y mirarlas directamente a la cara como ha hecho Nagore, es una de las características de la inteligencia emocional, según los expertos.
“Ayer me pasó algo sorprendente, al menos para mi consciencia, y creo que, aunque he pasado muchas veces por este estado, nunca había conectado tanto con mis emociones; exploté y no podía parar de llorar”, explicaba Nagore Robles en sus redes sociales sorprendiendo a sus seguidores.
La colaboradora de televisión apuntaba: “Os pongo en contexto: Me desperté torcida, negativa y absolutamente agotada. Últimamente estoy más cansada de lo normal, pronto extenderéis porque, pero evidentemente como hacemos todos asistí a mi trabajo para darlo todo y dejar mis emociones a un lado. No pude ocultarme y mientas terminaba de entregar mi trabajo empezaron a brotar lágrimas tímidas que un minuto más tarde se convirtieron en un llanto imparable. No sabía qué me ocurría, así que decidí pasear, respirar y sentarme con los ojos cerrados”.
Después de exponer este episodio en el que sus emociones estaban a flor de piel y en el que las abrazó, Nagore señalaba que no era la primera vez que lo sentía pero sí la primera vez que lo enfrentaba de esa manera, con madurez, desde una forma sana y consciente: “Me he despertado muchas veces con el pie izquierdo pero no respondía así, con sensibilidad, con vulnerabilidad o madurez; sino con ironía, sarcasmo, frialdad y lejanía. Conecté con todas las veces que había escondido mi fragilidad y dolor en una alfombra para bailar sobre ella, y me sentí orgullosa de observarme con cariño y compasión, sabiendo que hacía lo que podía para sobrevivir de las situaciones que me tocaron vivir. Con todo este texto lo que quiero decir es que cada una tenemos nuestros tiempos, nuestras herramientas y nuestros aprendizajes. Poco a poco queriéndome y entendiéndome un poquito más”, comentaba en el vídeo que ha colgado jugando con su perro Nash.
El poder de la inteligencia emocional
Jorge Moreno, psicólogo de Nara Psicología, explica que a diferencia del cociente intelectual (CI), que evalúa habilidades relacionadas con el pensamiento y el pensamiento lógico, la inteligencia emocional se enfoca en la habilidad para identificar, entender y regular nuestras emociones, además de interpretar y gestionar las de quienes nos rodean. Este concepto lo popularizó el psicólogo Daniel Goleman, y se considera fundamental no solo para el desarrollo personal, sino también para la interacción social y el éxito en diversos ámbitos de la vida.
La inteligencia emocional se centra en aspectos como la empatía, la autorregulación y las habilidades sociales. Una persona emocionalmente inteligente sabe cómo manejar el estrés, resolver conflictos de forma asertiva, motivarse en situaciones desafiantes y fortalecer sus relaciones. Además, esta capacidad no es innata, sino que puede desarrollarse con práctica y autoconciencia, lo que la convierte en una herramienta poderosa para mejorar la calidad de vida en general.
Según el experto, desarrollar la inteligencia emocional cuenta con múltiples beneficios como mejorar las relaciones sociales favoreciendo una comunicación más afectiva, o tener una mayor resiliencia frente al estrés ya que nos permite enfrentar los desafíos con mayor claridad mental. También ayuda a tomar decisiones con una mayor información ya que la conciencia emocional ayuda a alinear intuiciones y emociones. La inteligencia emocional también ayuda a que entendamos mejor nuestras fortalezas y debilidades y conectemos con nuestros valores personales, de esta manera podemos vivir en una mayor sintonía con nuestra esencia. Ese es el camino que está transitando Nagore Robles y ha querido visibilizarlo para normalizar la importancia de la salud mental en nuestra calidad de vida.
Cómo desarrollar nuestra inteligencia emocional
Según los expertos, la inteligencia emocional se puede cultivar y mejorar. ¿Qué estrategias serían las más adecuadas para conseguir desarrollar nuestra inteligencia emocional? El psicólogo Jorge Moreno nos da algunas de las mejores claves para conseguirlo y mejorar nuestro bienestar:
- Reflexiona sobre tus emociones: Dedica unos minutos cada día para analizar cómo te sientes, identificar los factores que generan esas emociones y comprender cómo afectan tu rutina y tus decisiones.
- Gestiona el estrés de manera efectiva: Incorpora prácticas como la meditación, ejercicios de respiración profunda o actividades físicas regulares para disminuir el estrés y fortalecer tu habilidad para enfrentar desafíos emocionales.
- Desarrolla empatía: Escucha con atención a los demás, valida sus emociones y ofrece apoyo sincero, mostrando interés genuino por lo que están experimentando.
- Mejora tu comunicación emocional: aprende a expresar tus emociones y pensamientos de forma directa y respetuosa, además de establecer límites sanos para fomentar relaciones más equilibradas.
- Busca ayuda profesional si la necesitas: Si manejar tus emociones o mejorar tus relaciones se convierte en un desafío, considera acudir a un terapeuta o especialista que pueda brindarte orientación y herramientas prácticas.
Gestionar las emociones de manera sana y consciente como ha hecho Nagore, es clave para mantener un equilibrio emocional y mejorar nuestra calidad de vida. Cuando somos capaces de reconocer, comprender y regular nuestras emociones, reducimos el impacto negativo del estrés, tomamos decisiones más acertadas y fomentamos relaciones personales más saludables.
Esta gestión nos permite responder a las situaciones con mayor calma y claridad, en lugar de reaccionar impulsivamente, y contribuir a nuestro bienestar mental, físico y social. Además, al ser conscientes de nuestras emociones, podemos identificar patrones, trabajar en áreas que necesitan mejorar y desarrollar habilidades como la empatía, la resiliencia y la comunicación asertiva, lo que enriquece todos los aspectos de nuestra vida diaria.