Elena Tablada ha compartido con sus seguidores una reflexión que, aunque podría parecer superficial, tiene un gran trasfondo. Deshacerse de lo que ya no usas, mantener orden en casa y trabajar el desapego son ejercicios de crecimiento personal que hacen que aumente el bienestar no solo del entorno, también de la mente y el espíritu.

El nuevo orden en la vida de Elena Tablada

En su cuenta de Instagram, Elena Tablada habla de la necesidad constante de su madre de acumular “mi mamá como buena hija de la revolución todo lo guarda”, algo que ella le reprendía pero que ha acabado por hacer también ella en casa. “De repente me veo que hago lo mismo”, confesaba.

Lo que ha hecho Elena para evitar el caos en su casa y, por ende, en su mente, ha sido hacerse con organizadores para poner todo en su sitio. “Cuando pones tu casa en orden, también pones en orden tus asuntos y tu pasado. Como resultado, puedes ver con claridad lo que necesitas en tu vida y lo que NO”, explicaba. Al más puro estilo Marie Kondo, podemos ver a Elena en su vídeo de Instagram, organizar y poner orden en su casa, algo que le ayuda también a poner orden en su mente.

Ordenar la casa va mucho más allá de lograr un espacio limpio y organizado; es una actividad con un profundo impacto en nuestro bienestar físico, mental y emocional. Vivir en un entorno caótico o desordenado puede generar estrés, ansiedad e incluso sensación de agotamiento, mientras que un espacio ordenado favorece la calma, la claridad mental y un mayor enfoque.

“La limpieza y el orden es un acto de amor propio y cuidado hacia ti mismo, tu familia y tu hogar”, señalaba Elena en sus redes. Y es que dedicar tiempo a organizar no solo mejora la estética de nuestro hogar, sino que también nos permite sentirnos más en control de nuestro entorno, algo fundamental en momentos de agobio o sobrecarga. El simple acto de clasificar objetos, liberar espacio y crear armonía en nuestro hogar puede ser terapéutico, ayudándonos a desconectar del ritmo frenético del día a día y centrándonos en el momento presente.

Una mejora de vida

Además de su impacto emocional, ordenar tiene beneficios prácticos que repercuten en nuestra calidad de vida. Un espacio funcional nos permite encontrar lo que necesitamos de forma más rápida, ahorrando tiempo y reduciendo el estrés de las búsquedas innecesarias. Al deshacernos de lo que ya no usamos, ganamos espacio y claridad, fomentando un consumo más consciente y sostenible.

Ordenar, como hace Elena Tablada, también nos permite redescubrir objetos que creíamos perdidos o que ya no valorábamos, dándoles un nuevo uso y evitando compras impulsivas. En habitaciones como el dormitorio, un entorno despejado y minimalista mejora significativamente la calidad del sueño, ya que nos ayuda a relajarnos y desconectar antes de descansar.

Vivir en un espacio que transmite paz y organización tiene un efecto positivo en nuestra productividad, nuestras relaciones y nuestra autoestima. Ordenar puede convertirse en un hábito transformador que nos conecta con nuestras prioridades, nos invita a reflexionar sobre lo que realmente necesitamos y nos motiva a mantener un estilo de vida más equilibrado. Al cuidar de nuestro hogar, también estamos cuidando de nosotros mismos, ya que el entorno en el que vivimos es un reflejo de cómo nos sentimos y cómo queremos vivir.

Tips para ordenar la casa y recuperar el equilibrio emocional

  1. Empieza por áreas pequeñas: Abordar toda la casa de golpe puede resultar abrumador. Comienza con un cajón, un estante o una pequeña habitación. Este enfoque gradual te permitirá mantener la motivación y sentir la satisfacción de los logros inmediatos.
  2. Establece prioridades: Identifica las áreas que más afectan tu bienestar. Tal vez sea la cocina, donde pasas mucho tiempo, o el dormitorio, que debería ser tu santuario de descanso. Dedica tiempo a esos espacios para sentir un impacto emocional inmediato.
  3. Deshazte de lo innecesario: Haz una limpieza profunda y elimina lo que ya no utilizas o no te aporta valor. Divide los objetos en tres categorías: conservar, donar y desechar. Recuerda que un hogar menos abarrotado es un hogar más equilibrado.
  4. Utiliza el método “uno entra, uno sale”: Para evitar que el desorden vuelva, adopta la regla de que por cada objeto nuevo que entre en casa, otro debe salir. Este hábito fomenta un consumo más consciente y mantiene el equilibrio.
  5. Organiza por categorías: Agrupa los objetos similares en un mismo lugar. Por ejemplo, guarde todos los libros en un estante específico o reúna los artículos de limpieza en un único armario. Esto facilita encontrar lo que necesitas y mantener el orden.
  6. Aprovecha cajas y organizadores: Utiliza cajas, cestas o separadores para ordenar cajones y armarios. Asignar un lugar específico para cada cosa evita que el desorden vuelva a acumularse.
  7. Establece una rutina de mantenimiento: Dedica 10-15 minutos al día para ordenar y mantener los espacios limpios. Este hábito te ayudará a evitar el desorden acumulado y sentir que tienes el control.
  8. Hazlo personal y significativo: Incluye elementos decorativos que te transmiten calma, como plantas, velas o fotografías que te hagan sentir bien. Crea un espacio que te inspire y refleje tu personalidad refuerza el equilibrio emocional.
  9. Pon música o convierte la tarea en un ritual: Acompaña el proceso de orden con música relajante o motivadora. Esto transforma la tarea en un momento agradable y ayuda a mantener el foco.
  10. Celebra cada avance: Cada área ordenada es un paso hacia un hogar más equilibrado y una mente más despejada. Permítete disfrutar de los resultados y del bienestar que trae vivir en un entorno organizado.