Una experiencia traumática condiciona nuestra vida presente, aunque ni siquiera seamos conscientes. El método Brainspotting supone un diálogo interno que ayuda a gestionar el dolor para retomar las riendas de nuestra vida sin sufrimiento.
Vivir mejor y ser más feliz es la aspiración de cualquier persona pero muchas veces tenemos un lastre invisible que nos lo impide. La técnica Brainspotting nos ayuda a conectar con ese pasado traumático para poder sanarlo y así conseguir más paz y serenidad en nuestra vida, sin sufrir de más.
Judit Mateu, autora del libro Sobrevivir en la mente o vivir en el corazón (Ed. Hakabooks, 2023), terapeuta psico-corporal especializada en gestión emocional, explica a SEMANA qué es el método Brainspotting y cómo esta técnica de diálogo con el inconsciente y sanación del trauma puede mejorar nuestra vida.
Sobrevivir en la mente o vivir en el corazón
¿Qué es el método Brainspotting y cómo se practica?
La llamada técnica terapéutica del Brainspotting fue desarrollada por el psicoterapeuta David Grand en el año 2003 y se basa en la neurobiología de nuestro cerebro. El método trabaja con el cerebro profundo y con el cuerpo, lo que hace posible un enfoque fisiológico de lo que ocurre en nuestro cerebro y que tiene consecuencias psicológicas, físicas y en nuestro estado de ánimo.
¿En qué consiste exactamente el método Brainspotting? “Es una técnica innovadora, muy efectiva y profunda que te permite contactar con tu cuerpo, escuchar tus emociones y dialogar con tu inconsciente con el objetivo de identificar y liberar la fuente del trauma, el origen del sufrimiento, del dolor físico, psíquico y emocional”, señala la experta, y añade que: “Se practica en sesión individual y consiste en volver a visitar la experiencia dolorosa y traumática del pasado, invitando a la persona a sentir y recordar las sensaciones corporales que le produjo".
Mateu expone que reviviendo la experiencia se puede establecer un diálogo con el inconsciente, el “trastero” de nuestra mente, sede de estas experiencias dolorosas y traumáticas que en su momento, cuando tuvieron lugar, no pudieron ser sostenidas, vividas, expresadas, compartidas ni procesadas. Es decir, tendríamos la oportunidad de gestionarlas y abordarlas ahora de una manera sana y consciente.
La mente esconde en un lugar profundo las experiencias traumáticas
Nuestro cerebro se encarga de protegernos por lo que si vivimos una experiencia muy traumática y que no podemos encajar en ese momento lo que hace es guardar ese recuerdo en un lugar mucho más profunda que nuestra consciencia racional para evitar ese dolor que no podemos gestionar. “Esas experiencias se guardan de manera automática en nuestro cerebro más profundo, nuestro cerebro reptiliano y emocional, también conocido como cerebro subcortical, sede de nuestro inconsciente”, subraya la terapeuta.
¿Si no recordamos estas experiencias traumáticas y dolorosas del pasado, cómo nos afectan en nuestra vida presente? “La huella de cualquier experiencia traumática del pasado, independientemente de su intensidad y duración en el tiempo, tiene su efecto y consecuencias en nuestra vida actual. Estas experiencias que vivimos mal en el pasado, que no pudimos compartir con nadie, afectan nuestra vida presente, nuestra autoestima, nuestros miedos, nuestros sentimientos de culpa, nuestra manera de ver y percibir la vida y, como consecuencia de ello, afecta también nuestra manera de ser y la manera que nos relacionamos con nosotros y con los demás”.
¿Nuestra decisiones podrían estar entonces condicionadas por un pasado que no recordamos? “Desde la neurociencia ya se sabe que nuestras decisiones más racionales, que teóricamente procesamos en nuestro neocórtex, el cerebro más racional, resulta que están muy condicionadas por nuestro cerebro subcortical, nuestro inconsciente. Es decir, sí, nuestro pasado condicionaría nuestras decisiones”.
Mateu apunta que “para que este sufrimiento del pasado no nos condicione nuestro presente y podamos recuperar las riendas de nuestra vida y nuestro bienestar, tanto físico como emocional, debemos acceder a esta parte más profunda del cerebro, el cerebro subcortical, para conocer, mirar, escuchar, liberar, integrar, transformar y sanar todo este dolor. En definitiva, para ser más feliz.
Un descenso a nuestros “infiernos” personales
Si el método Brainspotting supone esa bajada a nuestros “infiernos”, ese mirar cara a cara a la oscuridad y al dolor, tal vez no sea lo más apetecible del mundo y prefiramos mirar a otro lado. Pero cuando tenemos cuentas pendientes con nosotros mismos surgen síntomas y efectos que no nos dejan vivir en paz y en armonía. ¿Sufrimos de más al no mirar a nuestros demonios a los ojos? “¡Un rotundo sí! Sufrimos de más porqué nos acostumbramos al malestar emocional. Nos da miedo empezar un proceso de trabajo personal, de búsqueda interior, porque sabemos y tenemos la certeza que si vamos al cuerpo y a la escucha de nuestras emociones, vamos a encontrar dolor y no nos gusta contactar con el dolor. Esto hace que nos perpetuemos en el sufrimiento”, argumenta Mateu.
¿Cómo podemos enfrentarnos de adultos a una experiencia traumática vivida, por ejemplo, en la infancia? “El dolor emocional ya lo vivimos de pequeños y justamente para no sufrir lo escondimos en el “trastero” de nuestra mente. Pero la inteligencia que utilizamos para “sobrevivir” de pequeños (no teníamos otra alternativa) no es la misma que tenemos que aplicar de adultos para salir del sufrimiento, para sanar el dolor emocional, en definitiva, para “vivir””, nos cuenta la experta. “Ahora tenemos que hacerlo diferente y hacerlo diferente significa recuperar este dolor escondido en las profundidades de nuestro corazón. Tenemos que volver al cuerpo para volver al corazón, para escuchar las heridas que todavía se alojan en él”.
Así puede mejorar nuestra vida el Brainspotting
¿Cómo puede el Brainspotting mejorar nuestra vida para que esta no esté condicionada por el dolor y el sufrimiento del pasado? La terapeuta afirma que la técnica del Brainspotting nos permite acceder a las profundidades de nuestro inconsciente y emprender este viaje y proceso de exploración, descubrimiento, escucha, integración, transformación y sanación de todo el sufrimiento reprimido en nuestro cuerpo, encerrado en nuestro corazón, alojado y guardado en nuestro inconsciente. De esta manera, este sufrimiento, una vez liberado y sanado, no nos va a condicionar más nuestra vida presente, con todo lo que esto conlleva para la recuperación de nuestro bienestar tanto personal como profesional.
¿Qué persigue el Brainspotting al invitarnos a revivir una experiencia traumática? ¿Puede lograr que vivamos con un menos sufrimiento? “Este método se basa en nuestra fisiología y en los conocimientos en neurobiología para obtener cambios y sanación a nivel psicológico. No podemos cambiar lo que ocurrió, pero sí la percepción de lo que ocurrió y así poder dejar de sufrir”, comenta la terapeuta, y añade que: ”El objetivo de volver a la experiencia dolorosa y traumática no es simplemente revivirla, sino volverla a vivir de manera diferente, añadiendo los ingredientes necesarios para que se integre, transforme y sane”.
El Brainspotting nos facilita la llave de acceso a nuestro cuerpo, a nuestro corazón y a nuestro inconsciente, para poder mirar y sostener, desde nuestro observador interno, acompañados de un terapeuta absolutamente presente, disponible y con una mirada amorosa y compasiva, la experiencia que en su momento no pudimos sostener ni gestionar. Como decía C.G. Jung, “hasta que no hagamos consciente nuestro inconsciente, este dirigirá nuestra vida y lo llamaremos destino”.
hasta que no hagamos consciente nuestro inconsciente, este dirigirá nuestra vida y lo llamaremos destino