A veces las circunstancias no son tan favorables como nos gustaría. Hablamos con una psicóloga sobre cómo sobrellevarlas de la mejor posible y elevar el nivel de bienestar.

La situación internacional, la economía, la incertidumbre política, el trabajo o nuestras circunstancias personales pueden abatirnos y desbordarnos. A veces no basta con llevar unos hábitos saludables porque nuestra mente puede jugarnos malas pasadas y dejar nuestros niveles de energía tan bajos que pueden embargarnos sentimientos de tristeza, pesar y ansiedad. ¿Cómo podemos trabajar para impedir que las circunstancias externas nos fagociten?

Síntomas de que la realidad nos supera

No es fácil vivir siempre de forma tranquila y sosegada, muchas veces la realidad que nos rodea puede ser verdaderamente abrumadora. ¿Qué ocurre cuándo esto pasa? 

La psicóloga y terapeuta holística Maribel Jiménez, conocida como Aguamarina, explica a SEMANA que “cuando nos sentimos vulnerables, atosigados y superados por las circunstancias, los síntomas pueden manifestarse tanto física como emocionalmente. Desde ansiedad o tristeza profunda, hasta fatiga, agobio constante, dificultad para concentrarse y también una sensación de falta de control con pensamientos que pueden ser turbulentos o caóticos”.

Esta sensación de descontrol puede derivar en ataques de pánico y un desasosiego que puede llegar a ser limitante y que es necesario trabajar para poder gestionarlo de forma efectiva.

 

Cómo controlar la ansiedad y el malestar emocional ante una realidad no deseada

Cuando tenemos unos pensamientos intrusivos, emociones incómodas, estrés, circunstancias desfavorables o malestar emocional, tendemos a querer que desaparezcan para no sufrir y evitar esas emociones que se consideran “negativas”. ¿Es esta una buena estrategia para alejar aquello que nos está dañando? Lo cierto es que no.

Aguamarina subraya que “lo más importante es aprender a «hacer espacio» a ese malestar y a esas emociones, no luchar contra ello, sino permitirnos experimentar lo que ocurre, sin juicio, simplemente observando todo como un testigo omnisciente que puede percibir objetivamente su experiencia sin quedar atrapado o abrumado por ella”. Negar estas emociones no hace más que incrementar el problema de malestar y/o retrasar su resolución.

El primer paso para sanar es la consciencia, desde ella podemos tener más perspectiva de las cosas y comenzar a trabajar para lograr paz mental y armonía. “Desde este reconocimiento y aceptación de lo que estamos sintiendo, podemos practicar diferentes técnicas o herramientas, como la meditación o la respiración consciente, que nos ayuden a centrarnos en nuestro ser y a conectar con la paz y la calma internas, que en realidad siempre emanan desde dentro y están disponibles en todo momento a pesar de las circunstancias externas”, señala la experta.

Cómo mejorar nuestro estado de ánimo con meditación
La meditación ayuda a mantener el equilibrio emocional y a tener una mente más serena y sosegada. (Pexels)

Cómo podemos impedir que nos afecten las circunstancias externas

Cuando nos vemos sobrepasados por la vida, ¿cómo podemos volver a nuestro centro y recuperar un buen estado de ánimo? Aguamarina nos apunta que “podemos utilizar diferentes estrategias atendiendo a todas las dimensiones del ser (física, mental, emocional y energética). Primero es importante aprender a ser flexibles con nuestros pensamientos y emociones, permitir que se expresen sin aferrarnos ni engancharnos a ellos. Esta flexibilidad cognitiva es imprescindible para volvernos más resilientes y aceptar las circunstancias externas que no dependen de nosotros ni podemos controlar. Incluso, para reforzar esto, podemos visualizar un escudo energético que rodea nuestro cuerpo, permitiendo que las circunstancias externas reboten sin afectarnos profundamente”.

¿El mindfulness sería una herramienta de ayuda en estos casos? “Sí, desde esa flexibilidad, todas las prácticas de respiración consciente y atención plena, o mindfulness, nos ayudan a estar presentes, observando sin juzgar y, de nuevo, sin apegarnos a lo que ocurre. Lograr ese estado mental nos facilita que podamos tomar mejores decisiones respecto a lo que sí podemos controlar y sí depende de nosotros, adaptándonos mejor a las circunstancias”.

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Trabaja la gratitud y los límites para conseguir un mayor equilibrio emocional

La psicóloga nos da otras pautas para conseguir elevar nuestros estado de ánimo ante las circunstancias adversas: “Otro de los factores que siempre ayudan es desarrollar una mentalidad de gratitud, es decir, focalizarnos en lo positivo, en aquello que sí podemos agradecer ahora. Practicar el agradecimiento a diario nos ayuda a cambiar el foco y la energía hacia lo que es más positivo y constructivo”.

¿También es importante trabajar los límites saludables para recuperar el equilibrio emocional? “Sí, hay que aprender a decir no, protegiendo nuestro tiempo y energía, y no permitiendo que las influencias externas negativas nos condicionen. Saber poner límites nos ayuda a mantener un equilibrio, protegiendo nuestro bienestar emocional y mental frente a las presiones externas” asegura Aguamarina.

Buscar apoyo en estos casos, tanto en nuestro entorno como profesional, es fundamental para devolvernos la estabilidad emocional. “Tener una red de apoyo de confianza nos ayuda a transitar cualquier momento difícil de la vida, ya que de forma natural nos permite ampliar la perspectiva, lo que nos ayuda a aceptar que hay cosas fuera de nuestro control y que, a veces, los momentos más estresantes y oscuros pueden traernos cambios positivos y un crecimiento que ahora no podemos ver”.

Muchas veces la realidad puede ser dura y cruel pero podemos buscar la forma de que no nos afecte tanto. No podemos controlar la realidad pero sí la manera en que la percibimos y respondemos a ella. Ver los obstáculos como retos, y aceptar que las adversidades son una parte natural de la vida, es el primer paso para superarlas con éxito.