A veces las circunstancias de nuestra vida no son tan favorables como nos gustaría. Saber adaptarse, y no poner resistencia a la realidad que nos rodea en ese momento, es clave para mejorar nuestro bienestar y calidad de vida.
Las circunstancias que nos acontecen y la actitud con la que las enfrentamos determina nuestra realidad y también nuestra paz mental. A veces es muy difícil afrontar la vida tal y como viene pero, por suerte, nuestra mente puede ayudarnos a no sumirnos en la desesperación, el sufrimiento, la tristeza o el caos. Hablamos con un psicólogo sobre cómo podemos trabajar nuestras respuestas ante lo que nos rodea para ganar en salud y vivir más felices.
¿Podemos reinventar la realidad?
A esta compleja pregunta, Bernardo Ruiz Victoria, psicólogo clínica y fundador del Programa Victoria, responde que “la realidad que vivimos tiene un componente subjetivo muy importante. Nuestra forma de hablarnos a nosotros mismos sobre aquello que nos rodea determina de una manera muy importante el estado de ánimo que tendremos. Un conocido refrán de la sabiduría popular dice que ‘nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira’”.
¿Podemos entonces cambiar el color de ese cristal para conseguir una mente más calmada y serena? El experto señala que “el cristal con el que filtramos la realidad son nuestros pensamientos, nuestro diálogo interior, la manera en la que nos hablamos a nosotros mismos sobre las cosas que nos están ocurriendo. De modo que la actitud mental con la que afrontemos las circunstancias que nos toca vivir es muy importante, porque determina nuestro estado de ánimo a medio y largo plazo, e influye decisivamente sobre las acciones que lleguemos a tomar. Tenemos un arma muy poderosa en nuestra mente que no siempre utilizamos a nuestro favor”.
El secreto estaría entonces en saber modular esa respuesta ante las adversidades. Algo que no es nada fácil pero que se puede trabajar si tenemos las herramientas adecuadas.
Cómo gestionar circunstancias externas desfavorables
Negar la realidad y dejar que nuestra mente divague entre posibilidades que no han sucedido ni van a ocurrir no es saludable para nosotros y, a la larga, puede conllevar muchos problemas de salud mental y malestar emocional, como ansiedad, ira, frustración, depresión…
¿Qué podemos hacer ante una circunstancia externa que no nos gusta? “Lo primero que conviene hacer cuando vivimos una circunstancia externa negativa, dolorosa o desagradable, es aceptar esa realidad tal y como es, no dejarnos engañar por los pensamientos que nos pueden inducir a negarla o a no querer reconocer las cosas como son. Aceptar las cosas que pasan es el primer requisito para vivirlas con serenidad, y para poder actuar de la forma más adecuada con el fin de minimizar los daños y el sufrimiento que se haya producido”, afirma el psicólogo, y añade que: “También la aceptación es el primer paso para poder transformar las cosas, cambiar aquello que sea posible cambiar y superar las dificultades de la mejor manera posible”.
La consciencia es el primer paso para sanar cualquier herida emocional. Saber lo que está ocurriendo o lo que ha pasado, sin adornarlo y sin mirar hacia otro lado, va a hacer que puedas gestionar mejor el proceso emocional que conlleva minimizando el estrés y la ansiedad.
Estrategias para mantener el equilibrio emocional ante una realidad hostil
El sufrimiento y el dolor forman parte de la vida. Es algo natural que todas las personas vamos experimentando, o vamos a padecer, a lo largo de nuestra vida. Teniendo en cuenta esto, el experto nos da las claves para conseguir controlar la situación a través de nuestra mente. De esta manera no sufriremos tanto y además lograremos una mayor estabilidad emocional.
¿Cómo podemos trabajar nuestra mente ante circunstancias desfavorables? “En primer lugar, estaría el ser consciente de que tus pensamientos determinan tu estado de ánimo y que nadie puede privarte de la libertad de pensar de la forma que tú desees. En segundo lugar, aceptar que las contrariedades de la vida siempre son pasajeras y que el sufrimiento que causan es mucho menor cuando mantienes una actitud mental positiva. En tercero, interpretar las dificultades como oportunidades de aprendizaje y pensar que siempre hay algo positivo que aprender de cualquier circunstancia vivida, por muy negativa que parezca. Y, por último, pero no por ello menos importante, pedir, si se necesita, ayuda profesional para mantener las actitudes correctas y los pensamientos positivos y saludables a pesar de las dificultades”.
Como decía Virginia Woolf, “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”. No podemos controlar muchas circunstancias externas pero sí que podemos controlar nuestra respuesta hacia ellas. Nuestra actitud ante las adversidades va a determinar nuestro grado de bienestar, satisfacción, serenidad y felicidad. Trabaja tu mente para que la realidad no te imponga más sufrimiento y puedas ganas en calidad de vida, tranquilidad y calma.
No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente