La casa real inglesa tiene muchas normas y protocolos marcados, algunos de ellos recientes. Una de las últimas normas de alimentación la promovió Carlos III cuando aún ostentaba el título de príncipe y sigue vigente (y extendido) a día de hoy. Por este veto, hay un alimento que el rey tiene prohibido en todas las residencias reales, una norma que Kate, Guillermo y toda la familia real está obligada a acatar.

Las imposiciones de la reina Isabel II

La reina Isabel II, durante su larguísimo reinado y longeva vida, estableció varias normas alimentarias para la familia real británica, muchas de las cuales estaban motivadas por razones de salud, seguridad y tradición.

Las restricciones de la reina eran un reflejo de su estilo de vida y también estaban acordes con la exigencia que le caracterizaba y también con su posición. Una de estas imposiciones es bastante conocida y es la prohibición de consumir mariscos. Esta regla se implementó para evitar el riesgo de intoxicación alimentaria, que podría afectar las obligaciones oficiales de los miembros de la familia real. Aunque no es una prohibición estricta, se recomienda a los miembros de la casa real inglesa evitar mariscos durante los viajes y eventos oficiales para evitar posibles complicaciones de salud. No estaba mal pensado.

Otra restricción curiosa es la limitación del consumo de alimentos tan comunes como el ajo y cebolla. La razón detrás de esta norma es evitar el mal aliento durante los compromisos oficiales y las reuniones diplomáticas. La reina Isabel II prefería que los platos servidos en eventos oficiales fueran sabrosos pero sin ingredientes que pudieran causar incomodidad en situaciones sociales. Aquí podemos vislumbrar esa flema británica, la educación extrema y la pulcritud de la reina.

Reina Isabel II

La reina Isabel II.

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Sencillez, pulcritud y alimentos saludables

La reina Isabel II era conocida por su preferencia por una dieta sencilla y saludable. Se dice que disfrutaba de comidas caseras y frescas, y que evitaba los alimentos procesados. Tampoco le gustaban mucho alimentos como la pasta o el arroz por ser altos en carbohidratos. Su dieta diaria incluía una variedad de frutas y verduras, y se aseguraba de que los ingredientes utilizados en las cocinas reales fueran de la más alta calidad y, preferiblemente, de origen local.

También había ciertas tradiciones culinarias que se mantenían en la familia real. Por ejemplo, durante la Navidad, la familia real sigue una serie de rituales gastronómicos que incluyen el tradicional pudín de Navidad y el pavo asado. Estas tradiciones no solo reflejaban las preferencias personales de la reina, sino también la historia y la cultura británica de la que Isabell II era ferviente defensora.

En realidad las imposiciones alimentarias de Isabel II en la familia real británica estaban diseñadas para garantizar la salud, la seguridad y también la dignidad en todas las actividades oficiales y personales de los miembros de la realeza. Estas normas han ayudado a mantener una imagen de elegancia y disciplina que caracteriza a la monarquía británica.

Carlos III y Camila

El rey Carlos III y la reina consorte CAMILA.

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El ingrediente vetado por el rey Carlos III

Siendo aún príncipe, en el año 2008, el rey Carlos III promovió una nueva norma y desde que fue proclamado rey hay un ingrediente prohibido en todas las residencias de la realeza británica. Este alimento es el foie gras, no puede entrar en las cocinas de la realeza y no puede servirse en los menús reales.

El rey tomó la decisión de prohibir el foie gras en todas las resisdencias reales del Reino Unido debido a que es un gran amante de la naturaleza y no ve con buenos ojos que los animales sufran de manera innecesaria. Dada la tremenda crueldad que se emplea en los patos para poder elaborar el foie gras, el monarca decidió prohibir este alimento en sus residencias. La decisión fue comunicada a través de una carta enviada al grupo de defensa de los derechos de los animales PETA, en la que se confirma que el foie gras no se servirá en palacios como Buckingham, Balmoral, Windsor y Sandringham.

El foie gras, hecho a partir del hígado hipertrofiado de patos o gansos, ha sido objeto de controversia debido a las prácticas de alimentación forzada utilizadas en su producción. Carlos III ya había vetado el uso de este producto en sus propiedades cuando era príncipe, y ahora ha extendido esta prohibición a todas las residencias oficiales tras su ascenso al trono.

Carlos III

El rey Carlos III de Inglaterra.

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Un rey comprometido con la naturaleza y la sostenibilidad

Esta decisión ha sido bien recibida por organizaciones defensoras de los derechos de los animales, como PETA, que han elogiado al rey por su postura y han instado a otros a seguir su ejemplo. La prohibición del foie gras en las residencias reales es vista como un paso importante hacia la promoción de prácticas alimentarias más éticas y sostenibles.

Carlos III ha sido un defensor activo del medio ambiente y el bienestar animal durante muchos años. Su compromiso con estas causas se refleja en diversas iniciativas, como la promoción de la agricultura orgánica y la conservación de la biodiversidad. La prohibición del foie gras es solo una de las muchas acciones que ha tomado para alinear las prácticas de la familia real con sus valores personales y su visión de un mundo más justo y sostenible.

Además de la prohibición del foie gras, el rey ha promovido el uso de productos locales y sostenibles en las cocinas reales. También ha apoyado proyectos de conservación y ha trabajado para reducir la huella de carbono de las propiedades reales. Estas acciones demuestran su dedicación a la protección del medio ambiente y al bienestar de todos los seres vivos.

No sabemos si su sucesor mantendrá el veto del rey pero lo que sí sabemos es que ningún miembro de la familia real puede comer foie gras en las residencias reales, al menos mientras viva el rey. Un gesto que dice mucho de la personalidad y los valores de Carlos III.