Como te contamos en exclusiva en revista SEMANA a finales del pasado mes de enero, la Infanta Cristina se trasladó a Barcelona para supervisar en persona la reforma integral a la que está sometiendo su nuevo piso. Antiguo, en realidad, que ha recomprado, pues se trata de la vivienda en la que residió con Iñaki Urdangarin después de casarse.

La hermana del Rey Felipe VI se dejó ver con el brazo izquierdo en cabestrillo, lo que despertó la preocupación en torno a qué le había sucedido. En la reciente boda de su primo Nicolás en Atenas, ya no lo llevaba, evidenciando que no se trató de nada grave. Ahora se ha conocido el motivo por el que tuvo que le inmovilizaron la extremidad por un tiempo

La 'normalización' de la relación de la infanta Cristina con su hermano Felipe

Todo indica que la Infanta Cristina está viviendo una nueva etapa en su vida coincidiendo con el inicio del año. La hija de los eméritos se deja ver cada vez más en nuestro país (reside en Ginebra) coincidiendo con la 'normalización' de su relación cara al público con el Rey Felipe VI.  En septiembre del año pasado, los dos se dejaron fotografiar juntos mientras acudían en el mismo coche a la boda de Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova. Una imagen insólita que no se producía desde el estallido del caso Nóos. 

A esto se suma la reciente fotografía del 'beso de la reconciliación' que se dieron, conscientes ambos de que las cámaras estaban grabándoles, durante la misa funeral a Fernando de Borbón y Medina, su primo, fallecido a comienzos de enero de un infarto. Sucedió en Sevilla, donde viajaron los dos hermanos junto a la Reina Sofía. Dicen quienes presenciaron el momento que la Infanta y el Rey se mostraron de lo más cercanos y cómplices, como en sus mejores años antes del escándalo mayúsculo. 

Anabel Pantoja, protagonista en la portada de SEMANA

La portada de SEMANA donde te mostramos a la Infanta Cristina con el brazo en 'cabestrillo'. 

SEMANA

En este contexto de acercamientos varios con la familia real española, o, como mínimo, con Felipe VI, la Infanta Cristina está determinada a pasar más tiempo en España y volver a retomar cierta rutina en Barcelona, su hogar durante décadas. Ahí pasó los años más felices de su matrimonio y es la ciudad que vio nacer a sus cuatro hijos, Pablo, Miguel, Juan e Irene, entre 1999 y 20025, y donde se criaron. Aunque la hija pequeña de Juan Carlos I y la Reina Sofía reside y trabaja en Ginebra, está participando de forma muy activa en las obras de remodelación de su piso barcelonés, que recompró a finales del año pasado. 

El accidente doméstico que ha obligado a  la Infanta Cristina a llevar el brazo inmovilizado

En las imágenes que te ofrecimos en el interior de Revista SEMANA, en enero, te mostramos a la Infanta Cristina en Barcelona mientras supervisaba las reformas de su vivienda que comenzaron a principios de año. Aprovechó su estancia en la ciudad condal para visitar a su médico. Y es que, como reflejaban las citadas fotografías, Cristina tenía una lesión en el brazo izquierdo que le obligó a portar un cabestrillo para mantenerlo inmovilizado. 

Está bien -o mejor- y ya no lleva el accesorio en el brazo. Como mínimo, no se dejó ver con él durante la boda de su primo, el príncipe Nicolás y Chrysi Vardinogianni del pasado viernes 7 de febrero en Atenas, Grecia. Según ha desvelado 'Vanitatis', el motivo por el que la Infanta Cristina llevó el cabestrillo tiene su razón de ser en un accidente doméstico del que, añaden, todavía sufre las consecuencias. Tuvo lugar en Madrid, más exactamente en el interior del Palacio de la Zarzuela. 

Como apunta Silvia Taulés, la hermana de Felipe VI sufrió un golpe en el hombro izquierdo que le impide moverse todavía con normalidad. No es nada grave ni nada que no se cure con el tiempo, pero, hasta que eso suceda, resulta incómodo e impide la libre movilidad. 

El piso de 'soltera' de la Infanta Cristina en una de las zonas más exclusivas de la ciudad condal

Fue una de las noticias de 2024 a pocos meses de dar por finalizado el año. En un movimiento inesperado y del todo impredecible, la Infanta Cristina volvió a comprar el que fuera su hogar en Barcelona. Un piso situado en uno de los mejores barrios de la capital catalana, Pedralbes, en el que residió junto a Iñaki Urdangarin tras contraer matrimonio en 1997.

Se trata de un domicilio de 300 metros cuadrados, cuatro habitaciones, tres baños, un trastero para acumular lo que sobra y una amplia terraza que permite la entrada de luz natural, dando amplitud al espacio. La exclusiva vivienda cuenta, además, con dos plazas de garaje de dimensiones más que suficientes. 

Según las informaciones que se publicaron cuando saltó la noticia, a la Infanta Cristina le habría costado cerca dos millones de euros hacerse de nuevo con su antiguo piso. En principio no tiene pensado mudarse a la vivienda de forma permanente, sino convertirla en su refugio cuando viaje a España y ponerla a disposición de Pablo Urgangarin