La llegada de las vacaciones de verano supone un frenazo a la actividad frenética del día a día, un merecido descanso. Pero con este frenazo también llegan situaciones que no siempre son de nuestro agrado, sobre todo cuando se encuentra la familia política de por medio. Juntarse con los suegros, aguantar al cuñado de turno o adaptarte a una rutina grupal donde se escrudiñen tus movimientos. La familia real no se escapa de este tipo de marrones estivales y desde hace unos años además se convierte en una fecha que sirve como termómetro de cómo están sus relaciones familiares. Quién va o quién no va a Mallorca nos dicta quién está fuera y quién dentro en este particular juego de tornos patrio.
Durante años se ha especulado con que a la reina Letizia no le gusta pasar las vacaciones de verano en Marivent y la verdad es que indagando un poco en el tema parece que motivos no le faltan. Hoy repasamos los indicios y anécdotas que confirman por qué a la reina no le entusiasma pasar el descanso estival en el palacio de Marivent de Mallorca.
Un palacio en el que la reina Sofía está por todas partes
Era el año 1973 cuando los, por aquel entonces, príncipes de Asturias recibían Marivent para establecerlo como su residencia de vacaciones. En aquel momento el palacio había pasado a titularidad del gobierno Balear tras una donación por parte de Ioannes Saridakis, que lo había heredado de su mujer Ana Marconi. El complejo de Marivent, en primera línea de mar de Cala Major tiene entre sus jardines un total de nueve edificaciones destinadas a albergar a la familia real y sus invitados durante las jornadas veraniegas.
Desde el año 1976, año en que terminó la reforma de la propiedad para adaptarla a las necesidades de la familia real, se convirtió en una cita obligada todos los veranos. Los que han visitado el palacio aseguran que se trata de un palacio decorado totalmente al gusto de la reina Sofía, cada esquina respira su esencia. Incluso hay estancias que se han decorado a imagen y semejanza de otras en el palacio de Tatoi de Atenas, residencia en la que Sofía pasó parte de su infancia en Grecia y donde reposan los restos de sus padres. Ver el reflejo de una suegra con la que no tienes especial sintonía en cada rincón del palacio no parece la mejor forma de coger cariño a un lugar.
La evolución de la foto familiar
La tradición veraniega de la familia real española durante muchos años fue un posado para la prensa en los jardines de Marivent donde se juntaban los reyes Juan Carlos y Sofía con el príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina. Según las familias fueron creciendo, el posado fue incrementando de participantes hasta llegar a las épocas en las que los eméritos, sus tres hijos y sus ocho nietos. Era muy común que, además de los invitados al posado oficial, también hubiera agregados que formaban parte de la familia de Sofía. Su hermana Irene, su hermano Pablo con su mujer Ana María, alguno de sus sobrinos o su prima Tatiana Radziwill.
Con el paso de los años y la llegada de los divorcios y las sentencias condenatorias, esa foto de grupo se fue mermando hasta terminar por quedar en un raquítico posado de los reyes y los príncipes. Con la abdicación de Juan Carlos en 2014 el posado se redujo aun más: Felipe VI, Letizia, Leonor y Sofía. Aun así, aunque el posado se centró en la familia real, Marivent continúo siendo el patio de recreo favorito de Sofía y su corte, algo con lo que Letizia ha tenido que seguir lidiando. Nunca ha encontrado su sitio en un palacio tan colonizado por la camarilla de la emérita, tan es así que según llegó a apuntar Pilar Eyre, ha protagonizado algún enfrentamiento con sus cuñadas entre las paredes de la residencia estival.
Mallorca, los peores recuerdos de dos reinas
Si todo lo anterior no fuera suficiente, en Palma atesora la reina Letizia algunos de sus más desagradables recuerdos, pero no es la única. Palma fue el marco en el que Juan Carlos conoció a Marta Gayá, la dama del rumor con la que el emérito simultaneó durante años su matrimonio con Sofía. En la isla Marta contaba con su propia corte que blindaba sus encuentros con el jefe del Estado y por los que Sofía se había sentido de alguna forma traicionada. Sin duda, por mucho que la reina emérita tenga cariño a Mallorca por ser marco de multitud de recuerdos, son sus hijos y sus nietos, también será siempre la isla que acogió uno de los romances más importantes de su marido fuera de su matrimonio.
Por su parte, la reina Letizia también ha vivido en la isla alguno de sus peores momentos como parte de la familia real. En abril de 2018 Letizia llegó al límite de sus fuerzas y dejó que se hiciera pública su mala relación con su suegra durante la misa de Pascua en la catedral de Palma. En un momento dado se interpuso entre los fotógrafos y la reina emérita que pretendía fotografiarse con la princesa de Asturias y la infanta y por más que intentaba zafarse fue imposible que consiguiera hacerse esa foto. Ese momento dio la vuelta al mundo y semanas después fue acallado en una escenificación pública de un cariño quizás no tan genuino entre la emérita y la reina. Por todo esto, no parece que Marivent sea el lugar más querido por Letizia para pasar sus vacaciones de verano.