Estamos acostumbrados a que el ceremonial que envuelve la figura de los miembros de las casas reales opaque la figura del ser humano que hay detrás, por eso cada vez que se produce el mínimo atisbo de humanidad es noticiable. En nuestra familia real hay miembros que nacieron en esa disciplina del protocolo y otros, como Letizia, que han tenido que ir aprendiéndolo paso a paso.Todavía hay reductos cortesanos en prensa y medios que afean cada vez que se produce uno de estos ‘errores de protocolo’ y disfrutan señalando el origen plebeyo de Letizia como una desventaja.

Lejos de ser un hándicap, son precisamente estos momentos de ruptura, estos guiños, los que consiguen acercar (aunque sea mínimamente) a la institución al pueblo. La supervivencia de elementos medievales, como lo es la monarquía, posiblemente pase por encontrar el equilibrio entre el ceremonial y la humanidad, entre el protocolo y la naturalidad.Hoy repasamos los momentos en los que la Reina Letizia se olvidó de la etiqueta y mostró a la humana detrás de la corona.

El primero y más sonado síntoma de humanidad de Letizia

La mañana del 6 de noviembre de 2003 toda la prensa del país se amontonaba en el patio de los Austrias del Palacio del Pardo esperando a que el Príncipe de Asturias compareciera junto a su prometida para formalizar el compromiso y atender a algunas preguntas. Felipe y Letizia aparecieron de la mano y posaron ante los medios que tras algunas ráfagas de fotos comenzaron a lanzar preguntas. Ante una cuestión sobre cómo enfrentaba la joven periodista la tarea de convertirse en princesa de Asturias, Letizia comenzó a explicarse y en un momento dado Felipe la interrumpió para añadir que “no le iba a faltar trabajo” y ella, cómo es lógico, le dijo la famosa frase de “déjame terminar”.

Felipe y Letizia durante el anuncio de su compromiso en noviembre de 2003

Felipe y Letizia durante el anuncio de su compromiso en noviembre de 2003

Gtres

Aquel sería solo el primero de muchos momentos en los que la idoneidad de Letizia sería cuestionada, en esta ocasión un simple detalle como el de querer terminar lo que estás diciendo fue suficiente para poner el grito en el cielo. Si lo analizamos fríamente, el que se saltó el protocolo fue el entonces príncipe Felipe al no dejar a su prometida acabar la frase.

Unos años después Letizia sería también criticada por las alas mas reaccionarias de la prensa mas rancia de este país cuando en febrero de 2007 se despedía de su hermana en su capilla ardiente y se acercaba a la prensa para agradecerle que se sintieran conmovidos por su pérdida y fue incapaz de articular palabra sin sollozar. Una vez más, el gesto más humano era el más incómodo para los más cortesanos.

 

La misa de Pascua Militar en la Catedra de Palma

Tenemos que viajar hasta abril de 2018 para encontrar la gran salida de tono de la reina Letizia. Durante la misa de Pascua Militar en la Catedral de Palma la reina se interpuso entre la reina Sofía y las cámaras para evitar que la emérita se hiciera una foto con la princesa Leonor y la infanta Sofía. Este acto en el que Letizia se dejó dominar por sus emociones fue gasolina para todos aquellos que siempre le han tenido ganas.

“¡Doña Letizia, un selfie!”

Son incontables las ocasiones en las que la reina se salta el protocolo para acercarse a saludar a particulares durante sus actos públicos. La primera vez que doña Letizia accedió a tomarse un selfie con una mujer que se lo pidió en un acto en Mallorca el gesto copó todos los digitales. Posiblemente haya sido la primera de la familia real en sumarse a esta mundanal moda.

En el año 2014 varios medios se hicieron eco de una salida privada de los reyes a los cines Kinépolis donde dos adolescentes que los reconocieron les pidieron una foto que se hizo pública después y en la que se veía a una sonriente Letizia posando con las dos jóvenes. "Nos abrazó como si nos conociera de toda la vida, es una más" contaron las chicas encantadas después del encuentro.

BeReal con  Real Canoe club de natación

La reina en el BeReal del Real Canoe

La reina en el BeReal del Real Canoe 

@CANOEWPFEM Instagram

En enero de 2023 la Reina protagonizó otro momento viral que se salía de todo protocolo cuando durante una visita al Real Canoe club de natación accedió a tomarse otra foto con las jóvenes de la selección de waterpolo. Además, en esa ocasión le pidieron también hacerse un BeReal juntas, algo a lo que la reina accedió con un divertido “a mí hacedme lo que queráis”.

El abrazo que Marujita pidió a la Reina Letizia

Otro momento en el que la Reina dejó a un lado el protocolo y sacó a la ciudadana Ortiz fue en septiembre de 2022 mientras presidía un acto sobre la acción social del Banco Santander y una de las beneficiarias de estas acciones allí presente, Marujita de 91 años, pidió la palabra para pedirle a Letizia un abrazo delante de todos los presentes. La Reina no dudo ni un nanosegundo en el metaverso en levantarse y abrazar a Maruja como si abrazase a su propia abuela.

Doña Letizia abrazando a Marujita durante un acto del Banco Santander en 2022

Doña Letizia abrazando a Marujita durante un acto del Banco Santander en 2022

Gtres

Los actos oficiales también necesitan de la ciudadana Ortiz

Las recepciones oficiales de Estado en las que los reyes han tenido que desempeñar un papel institucional no han sido tampoco un terreno baldío para las muestras de afecto fuera de todo protocolo. En muchas ocasiones Letizia ha saludado con mayor efusividad de la que marcaba la etiqueta a mandatarios o diplomáticos con los que la unen una buena sintonía especial.

Hemos podido ver cómo abrazaba fuera del protocolo en recepciones a Brigitte Macron (primera dama francesa) o al marido del primer ministro de Luxemburgo, Gauthier Destenay, con quien tiene una espléndida relación.

También Letizia en ocasiones ha saludado a gente de su círculo más íntimo, como es el caso de Luis Alegre. Se trata del director del Festival de Cine de Tudela ’Ópera Prima’ a quien le unen décadas de amistad y a quien en la recepción de su visita al festival pasó de estrecharle la mano para plantarle un señor achuchón ante la sorpresa de los medios que cubrían el acto. Letizia es una profesional en su tarea de reina consorte, pero también es más humana que la media de quienes se crían en entornos como la familia real y posiblemente ahí resida gran parte de su éxito.