La Infanta Pilar ya descansa junto a su marido, Luis Gómez-Acebo, en el panteón familiar situado en el cementerio madrileño de San Isidro. Y allí han estado todos los suyos para darle el último adiós: sus cinco hijos y los Reyes Felipe y Letizia junto a los Reyes eméritos Don Juan Carlos y Doña Sofía. Además de las Infantas Elena y Cristina, que adoraban a su tía. Como ya habían manifestado, por expreso deseo se ha tratado de una ceremonia privada y en la más estricta intimidad.
Alrededor de la una de la tarde, los familiares se han trasladado hasta dicho camposanto, que se encuentra justo al lado de la Ermita del Santo. Hasta allí se han llevado las cenizas de Doña Pilar, quien prefirió ser incinerada, siendo el primer miembro de la Familia Real española en hacerlo. Recordemos que murió en el hospital Ruber Internacional el pasado 8 de enero tras luchar contra un cáncer de colon. Esa misma tarde sus restos fueron trasladados hasta su domicilio en la urbanización Puerta de Hierro de Madrid para ser velada por las personas que más la querían. Entre ellos estaba su hermano menor, Don Juan Carlos, y su cuñada, Doña Sofía, a quien siempre estuvo unida. También estuvieron los Reyes Felipe y Letizia para ofrecer consuelo y sus respetos.
Al día siguiente se dio un responso en esta misma casa, antes de su incineración, pero ya no pudieron asistir los Reyes, pues ambos cumplían esa misma mañana con sendos compromisos de su agenda oficial. Hoy no han querido faltar para dar su despedida a una persona tan cercana y entrañable para ellos.
El último homenaje, de carácter más solemne, se celebrará en el monasterio de El Escorial. Aún queda por determinar la fecha. Doña Pilar no ha querido reposar en el Panteón de Infantes, junto a sus antepasados, como sería posible acorde a su rango real, sino al lado de su marido, que falleció en 1991, con 56 años, a causa de un cáncer. Ahora ya están unidos para siempre.