La edición de Supervivientes del año 2011 es una de las favoritas de los fans del formato. Aquel año fue el que llevó a Rosa Benito a la victoria o en el Sonia Monroy acabó desplomada en el suelo durante su final. En aquella edición conocimos a Tatiana Delgado una bailarina exótica que pronto conquistó el corazón de los espectadores.

Curtida en los bares más canallas de la noche madrileña y personaje secundario de las películas de Torrente, la participación de Delgado en el reality de superviviencia la convirtió en personaje habitual de la prensa del corazón. Tras varios años en el candelero (fue Tronista en ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ y polemista habitual de los espacios de Mediaset), Tatiana ha roto con el pasado y tiene una nueva vida en Centroeuropa.

Siempre fue una gran fan de los tratamientos estéticos

Concretamente, Tatiana se ha afincado en la capital de los Países Bajos, en Ámsterdam. Cansada de la fama y necesitada de un cambio de aires, la explosiva concursante ha encontrado en la capital de los canales y las bicicletas la estabilidad que anhelaba. Según cuenta, su profesión en los dominios de la Reina Máxima nada tiene que ver con los medios de comunicación en los que una vez se movió como pez en el agua: se ha reinventado como consultora de belleza.

Aficionada desde siempre a los tratamientos estéticos y la mejora artificial de sus atributos naturales, Delgado ha desarrollado en tierras holandesas estos intereses para convertirlos en su profesión. Allí ofrece tratamientos e intervenciones de baja intensidad y aconseja a su clientela sobre cómo ofrecer una imagen exterior acorde con la que quieren trasmitir.

Una casualidad que ha cambiado su vida

Delgado ha recalado en los Países Bajos casi por casualidad, según cuenta visitó aquel país como una turista más y fueron unas personas que conoció durante su estancia las que le convencieron de su potencial estético. "Me vine a pasar unos días y de casualidad me presentaron al dueño de un teatro erótico". Empezó a trabajar mientras se formaba como esteticista y ahora está allí afincada, donde es delegada de una empresa norteamericana y no tiene intención de volver a España nada más que para visitar a sus seres queridos.

Este destino vital es fruto de una vida llena de inseguridades que Tatiana ha conseguido canalizar para ayudar a los demás y también a sí misma. Criada en un entorno disfuncional y víctima de varias relaciones tóxicas a lo largo de su juventud, Delgado ha padecido a lo largo de su vida varias crisis vinculadas con una frágil salud mental.

La ex superviviente, siempre honesta y sin tabúes, ha relatado en varias ocasiones el duro camino que le ha llevado hasta la situación de aparente equilibrio que vive hoy en día. “No me quería y no encontraba la manera de conseguir estar a gusto”, confesaba hace algunos años en una entrevista.

La fama, un sueño que se tornó en pesadilla

A pesar de que desde niña había soñado con la fama y el encanto de los flashes y las alfombras rojas, la notoriedad pública no le acercó esa plenitud con la que fantaseaba. Más bien todo lo contrario, los juicios de valor por parte de una parte de la audiencia y de algunos colaboradores televisivos hicieron mella en su frágil autoestima y llegó a caer en un pozo sin fondo del que temió que no podría salir nunca.

Gracias a su coraje natural y a su alma resiliente, Tatiana no solo ha conseguido renacer de sus cenizas sino que también ha logrado presentarse inmune a los comentarios maledicentes. Con ayuda de la medicina estética de la que se ha hecho experta ha transformado su imagen y, a pesar de que dista de los cánones estéticos imperantes, ha alcanzado sus objetivos y acercarse, en su madurez, a la mujer que siempre ha querido ser.

Aficionada a los retoques y a los tatuajes

No solo el maquillaje, las cremas o las infiltraciones han obrado el milagro de Tatiana, también los tatuajes. La ex bailarina exótica ha ido modificando su presencia estética a base de tinta indeleble y asegura, en tono de broma, haberse convertido en una adicta: “cuando empiezas ya no puedes parar”, declaraba esta misma semana al programa “Socialite Club” que cada tarde se emite en Divinity.

La búsqueda vital de Tatiana y sus aparentemente superados problemas de autopercepción vienen de atrás. Delgado se sometió a una labioplastia vaginal "mis son un poco de color oscuro y un poco sobresalidos y me los van a dejar como los de una niña pequeña”, explicaba en un espacio de Cuatro hace ya unos años. Se trató de una intervención forzada por su pareja de entonces: “Mi novio me decía en broma que tenía un 'chochito' muy gordo y me piqué”. Tras un largo peregrinar por distintos especialistas, necesitaba a cambio de mostrar el proceso ante las cámaras.

Aquel proceso, que en ningún caso fue una reasignación de sexo porque ella no había nacido con atributos masculinos, fue especialmente complejo y doloroso pero acabó de manera satisfactoria y feliz. Eso sí, no ha podido ser madre aunque Delgado admite esta realidad con entereza y compromiso.

Sus prótesis mamarias pusieron en riesgo su participación en 'Supervivientes'

Los complejos y la necesidad de sentirse una mujer exhuberante no se limitaban a sus órganos sexuales y Tatiana también ha prestado especial atención a sus pechos. Precisamente, una de sus prótesis de silicona le jugó una mala pasada durante su paso por “Supervivientes”.

Como recuerdan muchos espectadores, la caída del helicóptero con el que arranca la aventura televisiva le provocó un desplazamiento de sus prótesis mamarias y tuvo que abandonar la competición entre lágrimas. Una vez superado el problema y tras recibir la atención médica que precisaba, Tatiana pudo volver a la competición en los Cayos Cochinos.

A pesar de que no faltaron conflictos y varias nominaciones, Tatiana contó con el favor del público e incluso se coló en la final de la edición y quedó en tercera posición. Hasta la recta final del programa, que se disputó en Madrid, llegó junto a Sonia Monroy (cuarta clasificada), la concursante anónima Rosi Arcas, medalla de plata; y Rosa Benito, flamante ganadora de la edición.