El Papa Francisco ha fallecido este lunes, 21 de abril, a los 88 años. Miles de fieles se han congregado en la Plaza de San Pedro del Vaticano para recordar al pontífice. Desde que se conociera la noticia, diferentes líderes políticos, religiosos, así como jefes de Estado. Como es el caso del Rey Felipe y el telegrama de condolencias que ha mandado para expresar su tristeza por el fallecimiento.
En medio de la ola de reacciones que se están produciendo, como el comunicado emitido por el Rey Carlos III, supremo gobernador de la Iglesia anglicana, el Vaticano ha informado a última hora de la tarde de la causa de la muerte del Papa Francisco y ha hecho público su testamento.
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El Vaticano ha emitido un comunicado informando de la causa de la muerte del Papa Francisco. "Accidente cerebrovascular, coma, colapso cardiovascular irreversible. Estas son las causas de la muerte del Papa Francisco, ocurrida esta mañana, a las 7:35 horas en su apartamento de Casa Santa Marta", señalan. Según explican, la confirmación se ha determinado mediante registro electrocardiotanatográfico.
También se ha publicado el parte de defunciones en el que se precisa que en el informe médico del pontífice tuvo previamente un episodio de insuficiencia respiratoria aguda con neumonía multimicrobiana bilateral, bronquiectasias múltiples, hipertensión arterial y diabetes tipo II. El doctor Andrea Arcangeli, Director de Salud e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, emitió la certificación oficial de la muerte.
El último deseo del Papa Francisco
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Antes de morir, el Papa Francisco dejó escrito un testamento en el que expresaba su deseo de ser enterrado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza de la Basílica Papal de Santa María la Mayor. No quería opulencias y quería estar "en la tierra". Insistió en que no quería decoración y que tan solo pusiera "Franciscus" en la inscripción de la lápida.
En el testamento está datado a fecha de 29 de junio de 2022, cuando sentía que "se acerca el ocaso de mi vida terrrenal". "A lo largo de mi vida, y durante mi ministerio como sacerdote y obispo, me he encomendado siempre a la Madre de Nuestro Señor, la Santísima Virgen María. Por esta razón, pido que mis restos mortales descansen -en espera del día de la Resurrección- en la Basílica Papal de Santa María la Mayor", apuntó. El Papa Francisco deseaba que su último viaje terrenal estuviera en este antiguo santuario mariano, pues era aquí donde siempre se detenía a rezar.
En el escrito también estipuló que los gastos de preparación de la sepultura iban a estar a cargo de un benefactor para que se transfiera a la Basílica Papal de Santa María la Mayor. Él mismo expresaba que había dado las instrucciones necesarias sobre todo esto al cardenal Rolandas Makrickas, comisario extraordinario de la basílica liberiana.
"Que el Señor conceda una justa recompensa a cuantos me han amado y siguen rezando por mí. El sufrimiento que ha marcado la parte final de mi vida, lo ofrezco al Señor, por la paz en el mundo y por la fraternidad entre los pueblos", termina escribiendo en su testamento.
Los últimos meses del Papa Francisco
Carlos III junto al Papa Francisco y Camilla en 2019
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La salud del Papa Francisco se ha visto resentida en los últimos tiempos. El pasado mes de febrero, el pontífice era ingresado debido a una bronquitis complicada con neumonía bilateral. No era la primera vez que esta enfermedad respiratoria hacía mella en él puesto que aparecía cada invierno desde hacía ya varios años.
El Vaticano informó del motivo del ingreso en las primeras horas en las que permaneció ingresado. Sin embargo, los días posteriores tan solo se limitó a actualizar sobre cómo había descansado y pasado la noche el pontífice. Esto se debía a la gravedad de la situación. Aunque permanecía estable, su situación era crítica después de sufrir varias crisis respiratorias.
A pesar de ello, recibió el alta y los médicos le aconsejaron que debía descansar y recuperarse durante varias semanas. De hecho, su delicado estado de salud obligaba a la Casa Real británica a suspender el encuentro privado que iba a producirse entre el Rey Carlos III y el Santo Padre. Finalmente, aunque no estaba previsto que se vieran, sí se produjo el encuentro y vimos cómo el Rey de Inglaterra y su mujer, la Reina Camilla, le dieron un regalo durante su viaje de Estado a Italia.
La última vez que vimos al Papa Francisco fue este mismo domingo, 20 de abril, cuando apareció en el balcón del Palacio Apostólico, en la Plaza de San Pedro, para impartir su bendición "Urbi et Orbi". En esta breve aparición, pronunció una significativa reflexión, que ahora muchos creen que fue su testamento espiritual. "El verdadero ordo amoris que hay que promover es el que descubrimos meditando constantemente la parábola del Buen Samaritano, es decir, meditando el amor que construye una fraternidad abierta a todos, sin exclusión", aseguró.