Son muchos los rostros conocidos que se han mostrado conmocionados por los estragos causados por la DANA en Valencia. Entre ellos, Violeta Mangriñán. La influencer mostraba su preocupación por su madre, Elvira Mondragón, quien estaba atrapada en su pueblo debido a las fuertes lluvias.
Violeta Mangriñán ha estado en un sinvivir durante varias horas a raíz de que su madre quedara atrapada en su pueblo de Valencia. La joven reconocía que tenía el corazón en un puño, estaba en estado de shock observando las imágenes que le mandaban sobre cómo se encontraba la localidad. "Cuesta creerlo, parece una película de terror", escribía.
La influencer también se hacía eco de mensajes de seguidores que estaban buscando a sus familiares. Ha intentado aportar su granito de arena a la hora de ayudar ante la terrible situación que está viviendo Valencia. "Mi madre no puede salir de su pueblo y en el trabajo le han dicho que no salga si no es necesario", explicaba la exconcursante de 'Supervivientes'. También revelaba que la carretera con la que conectaba la localidad estaba cortada por desprendimientos.
Horas más tarde, Violeta Mangriñán confirmaba que toda su familia estaba sana y salva. "Todos mis familiares y amigos están bien. Mi madre se quedó atrapada ayer en el pueblo porque hubo desprendimientos de la montaña en la carretera, pero por suerte no sufrió daño alguno, gracias por preguntar", contaba.
Violeta Mangriñán tenía programado un viaje a Valencia este mismo miércoles
En medio de su shock, Violeta Mangriñán también reconocía que tenía planeado viajar este mismo miércoles, 30 de octubre, a Valencia. Sin embargo, debido a la gravedad de la situación, ha cancelado todos sus compromisos, pese a que "eran muy urgentes".
"Todo pasa por algo. Me quedaré en casa con mis niñas por precaución y porque además siguen muy malitas y me necesitan mucho. Aquí en Madrid ahora mismo está cayendo una tormenta increíble, da miedito", decía.
Violeta Mangriñán se compra una casa en Madrid tras su hartazgo por el precio de los alquileres
Violeta Mangriñán tomaba la decisión de invertir en una vivienda en Madrid porque reconocía estar harta de "pagar alquileres abusivos". "Para pagarle la hipoteca a otro, teniendo la posibilidad, prefiero pagar la mía", sentenciaba a través de las redes sociales. También admitía que iba a pagar prácticamente lo mismo por la hipoteca de su casa independiente con jardín y piscina, que por el piso en el que se encontraban de alquiler.
La vivienda que acaba de adquirir tiene 380 metros cuadrados construidos y 1000 de parcela. Es de obra nueva y está bastante avanzadas. Eso sí, hay algunos rincones que no le convencen, aunque se tiene que conformar con ello. "El tema de las escaleras teniendo niñas es un fastidio. La casa tiene tres plantas, pero la de abajo de ellas apenas la usarán y pondremos vallas protectoras", explica la joven influencer.
Hay que recordar que Violeta Mangriñan pagaba 3.000 euros de alquiler por el ático dúplex en el que vivía en Majadahonda. "Estoy muy feliz, orgullosa y agradecida. Dejar de pagar alquiler y ser por fin propietaria es un sueño que no puede describirse en un copy", insistía al anunciar que había adquirido una vivienda.
Violeta Mangriñán se compró una primera casa en Valencia, cerca de su localidad natal, aunque apenas vivió en ella. Tan solo estuvieron en ella unos meses debido a que la joven se dio cuenta de que no le compensaba estar desplazándose continuamente a Madrid por razones laborales.
En un primer momento, la puso en alquiler. De hecho, un conocido futbolista del conjunto valenciano vivió en ella. Sin embargo, se arrepentía de la decisión y dejaba de ponerla en alquiler para poder disfrutarla ella con su familia. También se le pasó por la cabeza venderla, pero finalmente no llegó a hacerlo.
La casa de Valencia se construyó desde cero en un terreno que se compró hace un tiempo. Está construida totalmente a su gusto, así como la decoración. Destaca la cocina que está abierta al salón comedor, pero una puerta corredera acristalada delimita el espacio. Todas las estancias son muy luminosas gracias a los grandes ventanales. La decoración es minimalista y predominan los muebles blancos, combinados con otros elementos beiges o marrones.