El 20 de marzo la gente que quería a Carlos Falcó entró en una profunda tristeza. A pesar de que el marqués de Griñón fue ingresado por coronavirus en la Fundación Jiménez Díaz, jamás recibió al alta hospitalaria. Su círculo creía que superaría la enfermedad, pero no fue posible y eso causó estragos en su familia. Prueba de ello, que existieran ciertas tiranteces entre Tamara Falcó y Esther Doña tras su muerte. La hija del empresario reconoció que no existía contacto entre ellas, no obstante, dejó claro que jamás habría un mal gesto, ya que "la educación prevalecería por encima de todo". Meses después de su muerte, ambas rehicieron sus respectivas vidas. Mientras Tamara Falcó apostó por el mundo de la televisión como tertuliana en 'El Hormiguero', la esposa de Carlos Falcó comenzó como tertuliana en 'La hora de la 1', dos trabajos por los que siguen más activas que nunca en la palestra mediática.

La vida sin Carlos Falcó: guerras, amores y otros claroscuros de su familia
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También en sus redes sociales, donde Esther Doña trata de transmitir vitalidad, prueba de ello, la frase que ha incluido en su biografía de Instagram : "Comenzando un nuevo capítulo en mi vida con alegría". En su perfil procura mostrar su día a día, promociona sus trabajos y posa junto a sus amigos, con lo que logra acercarse a los casi 5.000 seguidores, una cifra con la que está todavía lejos de ser influencer. A pesar de que ella no ha desvelado si ha encontrado o no el amor, quien sí lo ha hecho ha sido Tamara Falcó, que junto a Íñigo Onieva se encuentra más feliz que nunca. Tanto que desde que su relación se ha afianzado no ha dejado de dar pasos al frente, siendo él el hombro en el que se apoyó cuando perdió a su padre hace ya un año. 

La vida sin Carlos Falcó: guerras, amores y otros claroscuros de su familia
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Tamara se compró una vivienda cerca de su madre, según pudo saber SEMANA en exclusiva, muy cerca de su madre y, además, ha alquilado un piso que se ha convertido en el nidito de amor de ella e Íñigo, tal y como demuestran muchas imágenes. Aunque ahora está feliz, lo cierto es que en los últimos meses ha hecho frente a momentos muy complicados. La muerte de su tío y padrino, Fernando Falcó, quien falleció a los 81 años el pasado mes de octubre y la de su cuñado, Jaime Carvajal Hoyos, a los 56 años de manera repentina, dejaron a su familia desolada. No obstante, Tamara ha preferido vivir este duelo en silencio y apenas pronunciarse sobre lo duro que ha sido su pérdida.

Ha sido este mes de marzo cuando Tamara Falcó ha recibido la Real Carta de Sucesión dos meses después de que se oficializara en el BOE que era marquesa de Griñón. Este fue el mayor legado que le quiso dejar su padre y ella ha querido respetar su última voluntad.