Isabel Pantoja ha empezado a tomar decisiones definitivas en su vida para solucionar sus problemas financieros y personales. Está enfocada en liquidar la deuda millonaria que tiene pendiente con la Agencia Tributaria. Y, más exactamente, la que todavía debe por su hipoteca de Cantora: 1.400.000 euros y no los 4.000.000 de euros que se dijo en un primer momento. En cualquier caso, se trata de una cifra muy significativa que le obliga, no solo a centrarse en su gira de conciertos, sino en buscar maneras de tener liquidez. Entre las medidas que ha tomado para acceder a financiación, ha llamado especialmente la atención la que afecta, directamente, a uno de los miembros de su familia más queridos por la tonadillera: su hermano Juan.
Isabel Pantoja pide a su hermano Juan que se vaya del piso antes de diciembre
Tal y como han desvelado hoy en 'TardeAR', Isabel Pantoja está envuelta en un nuevo e inédito conflicto familiar. Lo que sorprende el rifirrafe tenga como protagonista a Juan. Una de las personas que "realmente la quieren", como señaló la madre de Kiko Rivera en su última reaparición televisiva en 'El Hormiguero' cuando lanzó varios dardos envenenados. Lo que tiene enfrentados a la sevillana y su hermano pequeño es el inmueble en Sevilla en el que reside este último. Isabel le ha pedido que abandone de manera inmediata el piso de su propiedad. Le ha dado de margen hasta que inicie el mes de diciembre, ya que su intención es ponerlo en venta inmediatamente. En la actualidad, Juan Pantoja vive en el domicilio con su pareja, lo que, sin duda, hace más peliagudo el asunto.Según han comentado en el programa presentado por Joaquín Prat, la intérprete de 'Marinero de luces' no se habla con su hermano desde su último concierto por este motivo. Lógicamente, la drástica decisión de dejarle "de patitas en la calle" no ha sentado nada bien a Juan, lo que ha provocado una separación entre ellos. El hermano vive en este domicilio, localizado en un exclusivo barrio del centro de Sevilla de algo más de 200 metros cuadrados, desde hace unos años. Tiene cinco dormitorios y tres baños y está valorado en 600.000 euros. Un piso que la tonadillera compró en 1984 con sus primeros ahorros y que compartió con su marido Paquirri hasta su trágico fallecimiento.
El segundo domicilio que la tonadillera necesita que desalojen: el de Junco
"La mala relación de Juan con su hermana y su hermano Agustín viene de lejos. Él les pidió que le llevaran como guitarrista a los conciertos de Isabel y ellos no quisieron", han comentado en el formato de Telecinco. Pero este no sería el único y drástico movimiento de Isabel Pantoja para saldar su multimillonaria deuda con Hacienda. Hay otro piso, también con inquilinos, que ha solicitado que se desaloje de forma inminente, antes del mes de diciembre, para poder venderlo. Se trata de la vivienda donde en la actualidad reside Junco, la mujer del fallecido Bernardo Pantoja, padre de Anabel Pantoja.Este no es el único conflicto familiar que la madre de Isa Pantoja ha inaugurado en los últimos días. Todos circunscritos a un mismo objetivo: que sus familiares dejen de vivir a su costa. Respecto a sus hijos, también ha dicho basta. Quiere evitar a toda costa que tanto Kiko Rivera como la pequeña del clan dejen de 'hacer caja' a partir de vender su vida y no la de ellos. "Su última voluntad es estar sola. Está cansada. Lo que quiere hacer de aquí hasta que ella, algún día, no esté en este mundo es que sus hijos no vuelvan a comercializar con ella", explicaba Iván Reboso, redactor de revista SEMANA, en Fiesta. Unas fuertes declaraciones que han secundado el resto de colaboradores presentes en el plató.La nula relación que mantiene con Kiko Rivera e Isa Pantoja no parece que se vaya a revertir próximamente. Con el primero no se habla desde hace años. Con su hija, no lo hace desde hace unos meses, cuando la propia colaboradora confirmó el distanciamiento y su no asistencia a su matrimonio. "Quiere que el día que ella no esté, ellos no tengan ni una oportunidad de vender su funeral, ni el entierro ni como se sienten. Si ahora está sola, se quiere ir sola. Está cansadas de que siempre su imagen esté por encima de la de sus propios hijos. Ha llegado al límite", sentenciaba Reboso.