Daniel Sancho, autor confeso del crimen de Edwin Arrieta, ya ha cumplido un mes en la prisión tailandesa de Koh Samui. El joven, de 29 años, ha podido reencontrarse con su padre, Rodolfo Sancho, quien le visitó por primera vez el pasado 6 de septiembre. La investigación sigue su curso de la que forman parte un total de 30 personas. La policía cuenta con un plazo de 84 días para finiquitar el caso, aunque parece que la entrega del informe será próxima. El testimonio del chef ha sido clave, también su colaboración en la reconstrucción de los hechos. Unos vídeos que hemos visto recientemente en los que muestra su preocupación por un objeto que portaba en su equipaje y que guarda un gran valor sentimental para él.
"Yo dejé mis zapatos, algo de ropa y un sombrero", indicaba Daniel Sancho en el vídeo donde reconstruye los hechos y que se graba en la habitación donde tuvo lugar el crimen -emitido por el programa 'Y ahora Sonsoles'-. Su preocupación gira en torno a un sombrero que llevó a Tailandia. "¿Podéis cuidarlo? Era de mi abuelo y no quiero perderlo", unas palabras que dejan patente que se trata de una pieza valiosa para él y que perteneció al recordado Sancho Gracia. Ya sabíamos que el joven estaba muy unido a su abuela, Noela Aguirre, con quien residía en la capital, pero ahora conocemos que también sentía adoración por su abuelo, fallecido el 8 de agosto de 2012, cuando él tenía 18 años.
Las declaraciones del abogado de Daniel Sancho
Marcos García Montes, el abogado de Daniel Sancho que ha viajado a Tailandia junto a su padre, reconocía ante la prensa que existen "atenuantes" que podrían dar un giro al caso. Su objetivo es que el joven sea trasladado a nuestro país cuando cumpla cuatro años en una prisión tailandesa, en base a un convenio bilateral entre España y Tailandia. Un hipotético caso que solo se daría si la condena no es la pena capital. "Si es asesinato con premeditación, pena de muerte; si quitamos la premeditación estaríamos en un homicidio que en España tiene 15 o 20 años, o 10 o 15. Pero ahí tenemos que ver las circunstancias atenuantes”, subrayaba.
El abogado reconocía que estaban trabajando a fondo preparando pruebas que calificada de "interesantes", sin entrar en más detalles. "Tenemos informes y cosas. Nos podríamos quedar en una pena de ocho, nueve o diez años”, manifestaba ante los reporteros españoles desplazados hasta Tailandia.