A sus 75 años, el rey Carlos III atraviesa un momento amargo. En pleno tratamiento contra el cáncer, ha retomado sus obligaciones como soberano. Pero su vuelta al trabajo no se le está haciendo del todo fácil. Dentro del ámbito familiar, el patio está más que revuelto. A a su dolencia se suman dos circunstancias muy dolorosas para los suyos. Una, el cáncer de Kate Middleton, -esposa del Príncipe Guillermo-, quien se ha alejado de la vida pública desde el pasado 22 de marzo, cuando anunció su enfermedad. Otra, el aislamiento de Harry. El Príncipe se encuentra estos días en Londres con motivo de los Juegos Invictus, pero nadie del clan Windsor se va a reunir con él.
El soberano, ajeno a los movimientos de su hijo pequeño, celebró el pasado miércoles una multitudinaria fiesta en los jardines del palacio de Buckingham. Curiosamente, al evento acudieron numerosos miembros de su familia. Pero ninguno de sus dos vástagos hizo acto de presencia. Ese día, el Príncipe Guillermo había presidido una investidura en Windsor. Y, a solo tres kilómetros de Buckingham, el Príncipe Harry acudía a una misa de acción de gracias en la Catedral de San Pabloarropado únicamente por la familia de su madre, los Spencer. Durante la fiesta organizada en su residencia oficial londinense, a Carlos le preguntaron por su evolución. Y no pudo mostrarse más sincero...
Aplaudido y arropado por los asistentes a la comitiva real que tuvo lugar en la terraza del Palacio, el rey vivió un día memorable. Saludó a los héroes de la caridad con "calurosos apretones de manos y grandes sonrisas", con los que llegó a bromear sobre su evolución. Según detalla la prensa británica, "se le oyó decir: "No lo estoy haciendo mal". Unas palabras con las que intentó 'normalizar' su regreso a sus funciones, a pesar de que sigue recibiendo tratamiento.
Fue precisamente en su baño de masas en Buckingham cuando al rey Carlos III le formularon la pregunta del millón ("¿Cómo te encuentras?"), respondió de manera simple y rotunda: "No demasiado mal". Con solo tres palabras, Carlos III fue capaz de resumir cómo se encuentra sin ser opaco a la hora de revelar su estado.
Cabe recordar que desde el pasado mes de febrero, cuando se anunció el cáncer del rey Carlos III, los mensajes desde Buckingham han sido siempre positivos y alentadores. Muy probablemente el panorama se haya pintado un poco mejor de lo que suceda en la realidad.
Sin embargo, en esta ocasión el monarca ha optado por ser más claro que de costumbre. Su "no demasiado mal" denota que ni está tan bien como se ha dicho hasta ahora ni tan mal como la prensa internacional ha llegado a adelantar.
El rey Carlos III, muy animado en su última aparición pública
Dicen que las imágenes valen más que mil palabras. Y si nos fijamos en las instantáneas del soberano en su último acto público todo apunta a que su estado de ánimo no se ha visto mermado.
Sonriente, relajado y gastando bromas con sus invitados, charló con miembros de la Royal Commonwealth Society, con el equipo de natación sincronizada del Reino Unido, -al que prometió ver en los Juegos Olímpicos de París-, o con miembros de su familia (entre ellos su hermana la Princesa Ana, los Duques de Edimburgo, Eduardo y Sofía, y los Duques de Gloucester).
En total, Carlos III pasó alrededor de una hora con los invitados, a pesar de que los médicos "calibraron" de manera precisa el tiempo de duración de su aparición.
La "apretada" agenda del rey Carlos III que le impedirá ver a su hijo Harry
Este jueves tiene previsto reunirse con la 3 Royal School of Military Engineering (3RSME) en el Cuartel de Gibraltar, en Surrey. Nadie espera ya que se reúna con su hijo Harry, al que no ve desde el pasado mes de febrero cuando este viajó desde Estados Unidos, donde reside actualmente con su mujer e hijos, para reunirse con su padre tras conocer el diagnóstico de su enfermedad.
En estos momentos, lo más importante para Carlos es su recuperación y sobrellevar de la mejor manera posible sus citas profesionales. Estas son tan numerosas y apretadas que le impedirán tener un encuentro con su hijo pequeño. "Desgraciadamente no será posible debido a la apretada agenda de Su Majestad”, han zanjado desde Buckingham.
Llama la atención la respuesta oficial que ha lanzado su hijo a los medios de comunicación sobre el no encuentro con su padre: "El Duque, por supuesto, comprende la agenda de compromisos y otras prioridades de su padre y espera verle pronto». La palabra que salta a la vista es "prioridades", ¿no les parece?