Como en todas las familias, en la familia real británica hay agravios que no son fáciles de olvidar para los afectados. El actual rey Carlos III simultaneó su matrimonio con la malograda princesa Diana con una relación con Camilla Parker-Bowles que había comenzado en su adolescencia. Este hecho marcó todo su matrimonio y la posterior etapa como viudo de la princesa de Gales. Para los hijos del matrimonio no fue una circunstancia fácil de aceptar: la madrastra malvada se hizo con la corona.

Enrique ha sido especialmente beligerante con Camilla ya que en ella siempre vio la raíz de la infelicidad de su madre, pero Guillermo, más reservado y serio que su hermano menor, siempre ha sabido mantener mejor las formas, aunque en el fondo estuviera de acuerdo con Enrique. Ahora, un movimiento inesperado ha dejado patente que su animadversión por Camilla sigue tan viva como siempre por mucho que ahora ostente el titulo de reina.  

Camilla, integrada en su papel de reina

Desde antes de la subida al trono de Carlos III Camilla ha ido poco a poco conquistando terreno en su tarea de consorte del heredero. Antes del fallecimiento de Isabel II le llegó el espaldarazo final: en un comunicado la reina expresó su deseo de que Camilla fuese considerada como “reina Camilla” y no como la consorte del rey. Este gesto, que provocó la sorpresa entre los más tradicionales, no fue más que la demostración de aquello que siempre se ha dicho sobre la dulcificación que  trae la edad a aquellos que son más duros. Nunca antes en su vida (o casi nunca) la reina Isabel había tirado un capote a Camilla.

Instantánea de la boda de Guillermo y Catalina

Instantánea de la boda de Guillermo y Catalina

Gtres

Mucho antes de ese gesto de la desaparecida Isabel II, en la boda de los actuales príncipes de Gales, Guillermo y Catalina, la nieta de Camilla formó parte de la corte de pajes de honor que acompañó a la novia, posando de esta gorma en el balcón de Buckingham Palace para saludar a la multitud que se congregaba frente a palacio. De nuevo este movimiento de Camilla no fue bien acogido por los sectores más conservadores del establishment británico. Aun así, Carlos III conseguía una nueva victoria para su amada esposa, aunque eso lo enfrentara con opiniones de sectores importantes para mantener su posición como futuro rey de Inglaterra.

La bofetada que Guillermo tenía preparada para su madrastra

Ahora, muchos años después. Isabel II ya no está, Carlos y Camilla son reyes y Guillermo y Catalina los príncipes de Gales. Parte de las cosas que han cambiado para esta nueva familia real británica han sido sus títulos y con ellos, las obligaciones y lo beneficios que traen consigo. Como parte de los nuevos privilegios de Guillermo como príncipe de Gales se encuentra la gestión del Ducado de Cornualles. Esta gestión se entiende como un bien privado por lo que se permite que se gestione con cargos puestos “a dedo”. En 2005, después de su boda con Camilla, Carlos confío en la hermana de su mujer, Annabel Elliot, para encargarse de la gestión patrimonial del mobiliario de la fastuosa propiedad.

Annabel, decoradora de profesión, asumió este cargo designado a dedo por su cuñado y lo desempeñó durante caso dos décadas. En distintas ocasiones Carlos ha manifestado que el gusto de su cuñada para la decoración es el mismo que el suyo y por eso está encantado con su trabajo. La verdad es que tener la seguridad de disponer de un sueldo del Ducado de Cornualles por el hecho de ser la cuñada del rey no está nada mal, pero ahora eso ha cambiado. Con la subida al trono de Carlos III el Ducado de Cornualles y su gestión han pasado a manos del actual príncipe de Gales, Guillermo. Con la publicación de las cuentas desglosadas de la gestión de su primer año al frente se ha podido comprobar que Guillermo ha decidido dejar de contar con los servicios de la hermana de Camilla.

 

El repuesto de la hermana de Camilla

Con la salida de Annabel el puesto que ocupaba ha quedado de nuevo disponible y Guillermo no ha dudado en colocar a alguien de su confianza, quedando así demostrado que lejos de prescindir de la hermana de Camilla para amortizar el puesto el motivo era dar una bofetada sin mano a la mujer de su padre. Guillermo ha nombrado para ese puesto a uno de sus mejores amigos y padrino de su hijo George, William van Cutsem. De este modo Guillermo va afianzando posiciones en todo lo referente a su gestión como príncipe de Gales.

Guillermo y William en la boda de su amigo común, el duque de Westminster

Guillermo y William en la boda de su amigo común, el duque de Westminster

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Carlos III no se ha quedado de brazos cruzados mientras Guillermo despojaba a la hermana de su mujer de su puesto de asesora y raudo ha buscado un nuevo lugar donde asegurarle una remuneración a cargo de la casa real. Annabel se encargará de adecuar y preparar para su apertura al público las zonas de visita del Palacio de Balmoral. Este nuevo encontronazo evidencia que las posiciones entre padre e hijo, si bien son cordiales y adecuadas por las tareas que ambos desempeñan, están lejos de ser idílicas.