Esta historia empieza por el final porque todos conocemos que la princesa Diana de Gales encontró la muerte la noche del 31 de agosto de 1997 en el Puente del Alma de París a bordo de un coche en el que viaja con Dodi Al-Fayed. Esta trágica circunstancia elevó una casualidad, como era la circunstancia de estar en compañía del playboy egipcio, a la categoría de gran historia de amor.
La épica necesaria para afianzar esta supuesta gran historia de amor la aportó el padre del difunto Dodi, Mohamed Al-Fayed, quien dedicó el resto de sus días a propagar todo tipo de falsedades como que Diana murió embarazada de su amado hijo. La realidad no escapa del conocimiento de cualquiera que perteneciera al círculo íntimo de la princesa: Diana murió enamorada hasta el tuétano de otro hombre, con el que había tenido una relación hasta junio de 1997.
La más grande casualidad
Era septiembre de 1995 y la princesa Diana de Gales cada vez se sentía más fuera de todo, menos parte de nada. Los días pasaban entre escasos compromisos, con vacíos difíciles de llenar, sin alicientes. La firma, como los británicos se refieren a su casa real, ya había catalogado a Diana como un problema y les era una figura incómoda, demasiado visceral, demasiado humana, demasiado incontrolable. Hacía poco que una figura controvertida, el periodista Martin Bashir, había llegado a su vida sembrando nuevos miedos, nuevas preocupaciones. El periodista había logrado ganarse la confianza de la princesa haciéndole creer que manejaba información que confirmaba que Palacio la espiaba y conspiraba en su contra.
En medio de ese clima que desestabilizaba a Diana, el marido de una de sus amigas íntimas tuvo un percance de salud que lo llevó a tener que ser intervenido del corazón. Diana, que necesitaba ocupar sus días en algo, ejerció de amiga y acompañó al matrimonio mientras duró el ingreso hospitalario. Fue en este hospital en el que se cruzó en su vida el doctor pakistaní Hasnat Khan. El flechazo fue más que inmediato. Años después Khan contaría que “la más grande cualidad de Diana era la vulnerabilidad”, quizás eso fue lo que lo enamoró de Lady Di. El médico y Diana comenzaron en aquel momento una relación que terminaría por ser más que importante para la princesa.
Un corazón roto
Los días de Diana comenzaron a tornarse en más soportables. La princesa lidiaba con sus inseguridades, con la insistencia de Martin Bashir de conceder una entrevista, con cumplir con su papel de madre y los ratos libres los dedicaba a vivir su historia de amor con el doctor Khan. De hecho, el entorno de Diana contó a posteriori que se refería a él como Mr. Wonderful y que disfrutaba ejerciendo de ama de casa en su pequeño apartamento del centro de Londres. Posiblemente con el cirujano pakistaní Diana descubrió lo que era realmente el amor y lo que era vivir una vida normal.
Finalmente, en noviembre de 1995 Diana concede a Panorama, el programa que Bashir presentaba en la BBC, una explosiva entrevista donde por primera vez admitió de viva voz que su matrimonio con Carlos III había sido un baile a tres con Camilla Parker Bowles. Aquello desató una oleada de reacciones a nivel mundial que desembocó en la decisión de Buckingham de que el mejor escenario para todas las partes era el divorcio de los príncipes de Gales. Diana lo vivió como una victoria, pero posiblemente no calibró la magnitud de sus acciones. Khan nunca vio con buenos ojos a Martin Bashir y tampoco percibió como algo beneficioso para la princesa todo lo que aquella entrevista desencadenó.
La pareja se sobrepuso al huracán mediático apoyándose secretamente como habían hecho hasta ese momento. A principios de 1996 Diana estaba profundamente enamorada de Hasnat e incluso compartió con su entorno que la idea de llegar a casarse les había sobrevolado a ambos. Diana comenzó a colaborar con distintas causas relacionadas con el país de origen del doctor Khan. Durante ese año realizó distintos viajes de cooperación al país, en uno de ellos aprovechó para conocer a la familia del doctor y descubrir de primera mano cómo sería vivir en el país. Diana fantaseaba con la idea de dejarlo todo por amor, convertirse al islam y vivir con su amor en Pakistán. En octubre de 1996 la historia de amor del cirujano y la princesa saltó a la primera plana de los tabloides.
Demasiado para un simple cirujano
Hasnat se vio de un día para otro en la portada de todos los periódicos, asediado por la prensa en la puerta de su trabajo y acaparando una atención que jamás había solicitado. Posiblemente aquel nivel de atención no habría sido manejable para nadie ajeno a ello, pero Hasnat contaba con el apoyo de una auténtica experta, la princesa tomó las riendas de la situación y consiguió que el doctor Khan pudiera lidiar con ello sin que la relación se resintiera. O eso pensaba ella, para su desgracia, el doctor tenía otro punto de vista sobre el futuro de la pareja.
Tal y como trascendió años después, el cirujano no se veía compartiendo el resto de sus días con una figura que acaparara la atención que Diana concentraba. La familia pakistaní del doctor tampoco veía con buenos ojos el matrimonio, que se les antojaba complicado y al que no daban más de un año de vida. Diana, enamorada hasta las trancas, no estaba dispuesta a renunciar al amor que le había recompuesto su maltrecho corazón. Aun así, en junio de 1997 la pareja puso fin al affaire que muchos amigos de la princesa aun hoy consideran “el amor de su vida”.
La huida hacia delante de Diana
A partir de aquel momento Diana se centró en intentar recuperar el amor del doctor Khan. Fue en ese delicado momento en el que se cruzó en su vida Dodi Al-Fayed: la oportunidad perfecta de llamar la atención del cirujano y hacerlo reaccionar. Diana aceptó la invitación del playboy de pasar unas vacaciones en la costa azul francesa y una vez más no calibró la magnitud de su decisión. La prensa enseguida mostró un interés desorbitado en la incipiente relación y las vacaciones de Diana se convirtieron en un asedio sin límites que se retransmitía prácticamente en vivo en todos los medios del mundo.
Esta especie de huida hacia delante de Diana terminó de forma abrupta la madrugada del 31 de agosto de 1991. ¿Pudo la princesa enamorarse de forma repentina de Dodi en apenas dos meses? ¿se murió Diana enamorada de Khan? Para su entorno más próximo la historia es clara y es por eso que siempre han renegado de los lazos de Diana con Al-Fayed, para desgracia de su mediático padre, que pasó sus días intentando ejercer de agraviado suegro de una princesa fallecida. Khan se casó en un matrimonio de conveniencia en el año 2006 pero no duró mucho, dicen que nunca ha conseguido olvidar a la princesa. En una entrevista concedida en el año 2008 confesó que aun tenía pesadillas con el accidente de Diana. Parece que un cardiólogo no es capaz de arreglar su propio corazón.