Tras haber permanecido alejados de la vida pública e inmersos en sus vacaciones de verano, Federico y Mary de Dinamarca han reaparecido. El matrimonio se dejaba ver con motivo del Día de la bandera de Dinamarca, una jornada de lo más especial para el país en la que el monarca no pudo evitar que las lágrimas cayeran sobre su rostro. Ahora, ambos han tenido que hacer frente a otro momento cuanto menos emotivo: la despedida de su hijo Christian.
Christian de Dinamarca pone rumbo a África en su año sabático
Del mismo modo que otros miembros de la realeza como Irene Urdangarin, al acabar sus estudios de bachillerato, Christian de Dinamarca ha optado por tomarse un año sabático. Teniendo en cuenta que se ha convertido en el heredero al trono, el joven quiere darse un respiro antes de comenzar a prepararse para coger el testigo de su padre al frente de la Corona cuando sea oportuno. Para conseguirlo, ha escogido África como destino. Algo que preocupa especialmente a su madre, que no ha dudado en mandarle un mensaje de despedida que no ha pasado desapercibido para nadie.
Podría decirse que Mary de Dinamarca siente entusiasmo y nervios a partes iguales por la marcha de su hijo. Aun así, le desea todo lo mejor en esta nueva etapa: “Esperamos con ansias todo lo que experimentará y aprenderá en su viaje, pero al mismo tiempo lo echaremos mucho de menos”, ha confesado a la revista danesa Billed - Bladet.
Mary de Dinamarca saca a relucir su lado más sensible por su hijo: "Lo echaremos de menos"
Con sus palabras, la esposa de Federico X deja entrever que todos los miembros de la Familia Real danesa notarán la ausencia del heredero al trono. Entre tanto, espera que esta experiencia sea de lo más enriquecedora para él y le ayude a cargar pilas antes de iniciar la formación que le llevará hasta la primera línea de la Corona. Y es que, con la mayoría de edad y la abdicación de la Reina Margarita, el papel del joven en la monarquía va siendo cada vez más y más notable.
Se espera que Christian de Dinamarca esté, nada más y nada menos que hasta finales de diciembre, desempeñando en África labores propias de un granjero. Sus labores estarán relacionadas con el funcionamiento de dos explotaciones agropecuarias, y también llevará a cabo otras funciones administrativas. Una serie de funciones en las que tendrá que desenvolverse a la perfección como si de un trabajador más del lugar se tratase.
De momento, la Casa Real danesa no ha querido desvelar más detalles sobre este viaje de su heredero a África. Con el objetivo de salvaguardar la privacidad del joven, la institución ha preferido no hacer públicas algunas de las tareas que desempeñará el hijo de Federico de Dinamarca. Un movimiento con el que demuestran que su deseo es que Christian exprima al máximo cada minuto de esta experiencia alejado del foco mediático.
El heredero al trono sigue los pasos de Federico y Margarita de Dinamarca
Aunque han sido muchos los que han criticado la decisión de Christian de Dinamarca a la hora de coger un año sabático, se trata de una tradición que en su día también hicieron su padre y su abuela. En 1986, el Rey Federico escogió Mongolia como destino para adentrarse de lleno en una expedición junto a los nómadas de la zona. Tres años después, en 1989, ejerció la viticultura en California durante un año completo. Una serie de tareas que le hicieron tomar conciencia de los trabajos de los ciudadanos de a pie, y que por ende, le prepararon para ser Rey.
Por su parte, la Reina Margarita también se tomó un año sabático para recorrer uno de los puntos del planeta. Concretamente, América del Sur. En los años 60, la que fuera monarca danesa recorrió diversos enclaves de esta zona que la ayudaron a curtirse para convertirse en la soberana de su país. Un aprendizaje que le fue de mucha ayuda, pues consiguió ser uno de los miembros de la realeza danesa más queridos por sus ciudadanos.
Lo que nadie podía llegar a imaginar es que, en medio de la polémica generada por las imágenes de su hijo Federico junto a Genoveva Casanova en Madrid, doña Margarita le daría un voto de confianza. Tan solo unas semanas después de que saltara el escándalo de las instantáneas en cuestión, la entonces Reina decidió abdicar en su primogénito. Un importante papel que el todavía Príncipe cogió con la mayor de las ilusiones, y dispuesto a dar lo mejor de sí mismo por Dinamarca, y también por un matrimonio que se encontraba en la cuerda floja. Por suerte, tanto él como Mary han sabido anteponerse a las circunstancias y superar los baches que han ido poniéndose en sus caminos.