Máxima de Holanda ha vuelto a la primera línea tras superar la peor fase de la pandemia y la mejor prueba de ello es que esta semana no ha parado de salir para cumplir con diferentes actividades en su agenda. Así la hemos visto yendo en bicicleta a un museo, con su marido en el Teatro Nacional de La Haya y ahora en el súper... Sí, los reyes también hacen la compra, en persona o por encargo por motivos evidentes. Pero la visita de la reina de los Países Bajos estaba programada, como se puede suponer. En concreto acudió a un establecimiento de la cadena Jumbo, en la ciudad de Nimega.
Vestida de blanco impoluto, con un conjunto de blusa y pantalón ancho fluido, Máxima no renunció a unos de sus detalles favoritos para rematar un estilismo: un pañuelo largo colgando de un hombro. Un detalle elegante que combinaba a la perfección con unas alpargatas de cuña, ideales cuando se trata de caminar sin restar altura. Por otro lado, eran sus complementos los que marcaban la diferencia. Su cartera de piel de pitón era de Sofía de Habsburgo, una royal diseñadora ya consolidada; y los grandes pendientes de aro imitando el bambú los firmaba Cartier. Máxima de Holanda es una auténtica maestra en mezclar lujo y sencillez para hacer de la moda algo totalmente propio.
Por todo ello resultaba de lo más curioso ver a la reina moverse por los diferentes pasillos del supermercado. De la sección de carnes, a la de frutas y verduras, productos de aseo y limpieza y la panadería... Máxima de Holanda charló con los trabajadores de la cadena interesándose especialmente por su labor durante la crisis del coronavirus. Hay que señalar que, a diferencia de otras ocasiones, la esposa del rey Guillermo prescindía de la mascarilla, al igual que el resto de presentes, si bien se mantenía la adecuada distancia de seguridad entre las personas y se evitaron los saludos con la mano como establece el protocolo.
En su recorrido por el súper la reina mostró su habitual buen humor y su eterna sonrisa, a veces incluso transformada en carcajada. Sin duda era simpático observar a una royal entre todos esos productos básicos para la vida cotidiana. Sin embargo, uno de los momentos más llamativos fue a su paso por la zona de bebidas. Allí se produjo una parada estratégica ante los fotógrafos, y fuera de manera intencionada o no, el caso es que fue justamente ante un stand de cervezas de la marca Corona. Máxima siguió como si tal cosa, quizás sin reparar en la curiosidad de la asociación. El hecho es que la reina culminaba una intensa semana de trabajo dando lo mejor de sí, y con una gran sonrisa en la cara se marchó del supermercado.