Los reyes de Holanda siguen trabajando en el palacio de Huis ten Bosch, cuyos interiores al fin vemos al detalle tras haberse mudado hace un año.
Durante todos estos días estamos viendo diferentes rincones de las residencias oficiales de la realeza. Sobre todo sus despachos, desde los que están llevando a cabo una intensa actividad informativa con llamadas y videoconferencias con los sectores más importantes de cada país. Pues bien, unos de los últimos en abrirnos las puertas de su casa han sido los reyes Guillermo y Máxima de Holanda. El palacio de Huis ten Bosch ya no es un misterio de puertas para adentro, ya que gracias a los monarcas nos han dejado atisbar unos cuantos espacios compartiendo algunos momentos de su jornada laboral.
Dicho palacio está situado a las afueras de La Haya y a él se mudó toda la Familia Real hace poco más de un año. Fue un movimiento que originó bastante polémica, pues las obras de reforma del mismo se alargaron más tiempo de lo previsto hasta alcanzar los tres años. También el presupuesto se desbordó por encima de los 63 millones de euros, lo que motivó que el Gobierno tuviera que dar explicaciones en el Parlamento. Los reyes y sus tres hijas habían residido desde su boda en el palacio de Wassenaar. Allí vieron nacer a sus princesas y cómo daban sus primeros pasos, pero se consideraba necesario un cambio a la altura del estatus real y esta fue la mansión elegida.
Huis ten Bosch (La Casa del Bosque) fue la residencia oficial durante años de la propia exreina Beatriz, madre de Guillermo, donde este y sus dos hermanos vivieron su adolescencia. Así que era un lugar ligado a muchos recuerdos personales también. La reforma, de todos modos, era necesaria para quitar el amianto de la estructura y dotar a la residencia de las comodidades modernas. Hay que recordar que aquí no solo se encuentra la vivienda de la familia, sino también otros edificios anexos de servicios y para reuniones sociales.
El resultado de semejante inversión no lo habíamos visto... hasta ahora.
Los reyes Máxima y Guillermo se han dejando fotografiar mientras mantenían algunas videollamadas con organizaciones de salud en sus respectivos despachos. Y lo que puede apreciarse de estos espacios es bastante sorprendente. En concreto el de ella. Se trata de un amplio salón en el que domina una decoración que mezcla a la perfección vanguardia y clasicismo. Uno de los elementos que más destaca es el papel de la pared, un vistoso paisaje en blanco y negro con grandes palmeras. También una moderna lámpara dorada que cuelga de los altos techos palaciegos. El mobiliario va en consonancia, apostando por el color y el lujo.
El despacho del monarca es más 'modesto' en cuanto a detalles, pero también llama mucho la atención. En ambos casos notamos que han querido ponerse al día con las últimas tecnologías e improvisar una especie de estudio en casa, donde no les faltan los trípodes para sostener las tablets a la altura del rostro y que así puedan salir más favorecidos en estas reuniones virtuales. Abriendo un poco más el foco, también podemos ver un salón marcado por un intenso color azul, con lo que los reyes demuestran ser atrevidos en cuestiones decorativas. Pasen y vean...